-SAVE ME- [BTS] [NamJin] [Omegaverse] ✨FINALIZADA✨

-CAPITULO CINCUENTA&DOS-

•UN OMEGA MISERABLE•

-YG-

Sonreí mientras miraba a Tae y a Jimin jugar en su hora de recreo, mi salón de clases daba perfectamente hacia el jardín del prescolar por lo que lograba observar lo bien que se la pasaban los cachorros, Jimin ahora podía jugar un poco más, aunque en realidad tanto Tae como sus nuevos amiguitos procuraban que él se mantuviera quieto para no dañar su piernita.

— ¿En serio es tu destino? – la voz de Minhyuk me saco de mis pensamientos.

— ¿Te importa? – pregunte y el suspiro

— Yoongi...

— Es un cachorro... - mire a Kihyun quien estaba en la banca de adelante.

— Si lo es... y no es culpa ni mía ni de él que lo seamos. – dije tomando mis cosas.

— Yoongi. – gruñí.

— Hare mi parte del proyecto, ustedes hagan la suya y al final las unimos. – Minhyuk puchereo y yo suspire.

— Yoongi... - un gruñido escapo de mi boca cuando lo vi dar un paso hacia mí.

Hasta ahora o al menos hasta que lo descubrieron, ambos eran lo más parecido a mis mejores amigos, si un Alfa con dos amigos Omegas no era algo normal o más bien común ver, pero me agradaban; ahora todo estaba fracturado en nuestra amistad, me sentía culpable, claro que me sentía de esa forma, pero como lo había dicho no era culpa mía el que el destino pudiera en mi camino a Jimin y menos que fuese mi destino a pesar de la gran diferencia de edades.

Mientras bajaba las escaleras sentí como mi pecho vibraba para después sentir a Alfa gruñir con fuerza.

Jimin...

No sé en qué momento yo ya corría hacia el patio trasero de la escuela y en qué momento salte la valla para llegar al jardín del prescolar donde los pequeños quienes me vieron salieron corriendo mientras yo solo podía escuchar el llanto de Jimin.

— Jimin... - Tae y sus amiguitos quienes intentaban reconfortar a mi cachorro me miraron.

— Hyung... - las lágrimas de Jimin eran constantes y no pararon hasta que me miro.

— Hyung... - sus bracitos se estiraron hacia mí y yo sin dudarlo le tome sintiendo como su naricita se tallaba en mi cuello.

— Está bien ya paso... - dije arrullándolo para después mirar a Tae quien mordía la manga de su suéter, estire mi brazo hacia el pequeño castaño quien sin dudarlo se trepo también a mí.

Ambos solo eran un par de cachorro que necesitaban ser protegidos, su inocencia seguía intacta y así seria, disfrutarían de esta, y yo me encargaría de que fuesen felices.

Sin importar lo que la gente ajena opinara.

-

-SJ-

Miraba la pantalla de mi teléfono la cual ahora estaba completamente rota, había sido tan descuidado y estaba seguro que Nam se molestaría mucho cuando lo viera.

— Está bien hijo, cuando regresar los chicos les diremos que lo lleven a arreglar. – dijo la abuela mirándome desde la isla de la cocina.

— Fui tonto... - me reprimí y escuche un gruñido.

— El único tonto fue Ken, como se le ocurre asustarte de esa forma en el súper... - suspire pasamánate y volví a mirar mi teléfono.

— No fue su culpa el... - suspire – él no sabe lo que esa palabra significa para mi... - La abuela camino hasta donde yo me encontraba sentado y acaricio mi rostro con esa ternura que solo una madre puede.