¿Soy Raro?

2.2K 210 21
                                    

Tuve esta charla una vez, fue extraño pero me hizo sentir mejor al decir verdad ^_^

Espero que les guste~

Nota: Esto lo hice más...personal :3

Wukong dejo escapar un ligero suspiro, su alumno había estado extraño toda la semana pero en ese día en particular parecía peor, distraído y distante, tropezando con sus propios pies y equivocándose en movimientos que antes le salían perfectos.

-Muy bien, creo que es suficiente por hoy- comento, notando como el menor ya estaba sentado en el suelo, con la mirada baja y jugando ligeramente con su bastón. -Hey Kid...- se sentó a su lado, mostrando una pequeña sonrisa, apoyando su mano en la espalda ajena. -...¿Quieres hablar?- MK se encogió de hombros sin siquiera levantar la vista. El mono se mordió el labio inferior, indeciso ante la falta de respuesta verbal, moviendo su mano para rodear al menor con su brazo y acercarlo a su costado, sintiendo como su alumno se apoyaba en su hombro. El dios alzo la vista, viendo a sus monos de pelaje blanco, quienes chillaban llenos de preocupación y queriendo llenar de abrazos al sucesor. -Los pequeños quieren darte un abrazo...- comento. -...¿quieres una abrazo?- tardo unos segundos pero sintió como el chico asintió contra su hombro y sonrío ligeramente, haciendo una seña con su mano libre, los monitos bajándose de su árbol para acercarse al par. Estaban rodeados por los pequeños, uno subiéndose a los hombros del rey para empezar a rebuscar entre su pelaje, uno haciendo lo mismo con el sucesor y el más pequeño del grupo quedando entre los brazos del menor, quien acaricio su blanco pelaje con aire ausente. -Puedes hablar cuando quieras, Kid. Estoy justo aquí- aseguro, dispuesto a quedarse allí por todo el tiempo que su alumno necesitara.

-¿Soy raro, Monkie King?- pregunto en un susurro después de unos minutos de silencio.

-Raro no, diferente más bien. Eres un humano con poderes de un dios- respondió, esperando no haber metido la pata.

-No en ese sentido...- murmuro, acurrucándose. -...es tonto-

-No es tonto si te molesta- fue rápido en decir. -Puedes hablar conmigo, chico. No voy a juzgarte de ninguna manera- no dudo en asegurar y eso pareció darle un empujón al menor acurrucado contra su costado.

-Es raro...¿si nunca me ha gustado alguien?- pregunto de repente, algo que tomo al mono con la guardia baja. -En el sentido romántico, me refiero- aclaro, mordiendo su labio inferior, nervioso y algo indeciso. No sabía como explicar su sentir. -Cuando iba a la escuela, todo los mis compañeros tenían pareja o hablaban de como había alguien especial que les gustaba...- empezó a contar, sin notar como el dios sudaba ligeramente ante el tema. Era pésimo en charlas emocionales pero iba a intentarlo. -...pero yo no...nunca sentí eso de lo que todos hablaban. No hubo alguien que llamara mi atención o que hiciera que mi corazón se acelerara...- el pequeño mono entre sus brazos se movió, abrazándolo, MK aferrándose con mucho cuidado. -...Pigsy y Tang dijeron que quizás no era mi momento, que todavía no había llegado esa persona especial...pero incluso ahora, nada sucedió...- acaricio su mejilla contra el pelaje del pequeño mono que lo abrazaba, sintiéndose triste. -...¿y si es mi culpa?- alzo la vista para mirar a su maestro, quien sintió que su corazón se estremecía ante la tristeza que reflejaban los ojos del menor. -¿Y si estoy roto? Quizás algo en mi esta mal, algo en mi debe estar roto y mal...- se mordió el interior de su mejilla en un intento de distraerse para no empezar a llorar, sintiéndose tono. Había sido una duda que había tenido durante mucho tiempo, una que había ignorado por un tiempo pero que había relucido en su mente en los últimos días. Había recibido muchas cartas de fans, muchos era niños que lo admiraban por sus poderes y sus movimientos de luchas pero otros cartas eran...confesiones, llenas de sentimentalismo y cursilería, cosas que lo hacían sonrojar pero que no llamaban realmente su atención.

-Hey, hey, hey...- Wukong llamo, usando su mano libre para acunar la mejilla del menor, haciendo que este lo mirara con los ojos bien abiertos y llorosos, sus labios temblando, obviamente sin querer empezar a llorar. El pequeño mono se bajo, quedando en el regazo del sucesor, esperando que el rey pudiera hacerlo sentir mejor. -...nada esta mal en ti, Kid. Lo que sientas nunca puede estar mal, tampoco puedes obligarte a sentir algo que te nace- mostro una pequeña sonrisa, secando apresuradamente las pequeñas lagrimas que empezaban a salir de los ojos ajenos. -Si alguien tiene algún problema contigo y lo que sientes, solo debes decirme y le romperé la cara- eso era una promesa. Se sintió animado al ver como su sucesor soltaba una pequeña risa ante sus palabras, eso era una mejoría de su triste expresión. -Escucha Kid, si realmente no sientes ningún tipo de atracción hacia nadie, no importa. Quizás Pigsy y Tang tienen razón de que no ha llegado el indicado pero si eso nunca pasa, si no hay nadie que te haga sentir diferente en ese sentido, no hay nada malo contigo- sonrío. -Nunca dudes de que lo que sientes- se quejo cuando el menor de repente se lanzo a abrazarlo, los monos soltando pequeños chillidos pero acomodándose rápidamente a su alrededor, abrazándolos a ambos. El dios tarareo, rodeando al menor con sus brazos y cola, abrazándolo con firmeza y fuerza.

-Gracias, Monkie King- murmuro contra su hombro, aferrándose al mayor, sollozando ligeramente con alivio.

-Cuando necesites, Kid- sonrío, aliviado de haber hecho sentir mejor a MK.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora