Tonto #2

1.6K 197 34
                                    

Espero que les guste~

Wukong ama a su cachorro, lo adora, pero esta desesperado en este punto, el llanto ajeno resonando por su montaña. Lo intento, en serio que lo intentó pero nada de lo que hiciera parecía calmarlo, así que lo único que pudo hacer fue abrazarlo y pensar, repasando lo que había hecho y lo que le quedaba por intentar. Quería ayuda pero sus minutos lo habían abandonado y con la desesperación en crecimiento.

-Ayuda...- sollozo, palmeando la espalda del pequeño que aun lloraba entre sus brazos.

-¡¿Qué rayos es ese ruido?!- una sombra apareció en el suelo y un ser muy familiar emergió. -¡Puedo escucharlo desde la maldita ciudad y hace que me duela la cabeza!- todo el enojo, resentimiento y cualquier otro sentimiento negativo que Wukong sentía hacia Macaque se esfumó al verlo.

-¡Macaque!- llamó, una ola de alivio inundándolo. -¡Ayúdame!- se acercó rápidamente, moviendo al menor para acunarlo entre sus brazos y para que el otro pudiera verlo.

-¿Un...niño?- parpadeo, asombrado ante el pequeño demonio-mono que se retorcía entre los brazos ajenos. -¿Qué fue lo que hiciste?- frunció el ceño, mirando de manera acusadora al mayor.

-¡Fue un accidente!- soltó lo primero que se le vino a la mente.

-¿Creaste a un pequeño...con tus mismos poderes...por accidente?- se tapó los ojos con la mano cuando el dios asintió, sintiendo una ola de cansancio y molestia. -Eres un maldito imbécil...- gruñó, molesto ante la estupidez ajena.

-¡Insúltame todo lo que quieras pero ayúdame!- suplico, estaba desesperado.

-¿Le diste de comer?- estaba loco pero quería que el llanto parara de una vez.

-Si- hizo un puchero. -Lo bañe, le di de comer y de tomar, le di palmadas en la espalda, le ofrecí juguetes, le hice un nido...- enumero algunas de las cosas que había intentado. El mono de las sombras frunció el ceño, un portal apareciendo a su lado y metiendo su mano allí, sacando lo que parecía ser una canasta llena de frutas, la cual dejó en el suelo a su lado. Agarro una de las bananas que allí había y le sacó la cáscara, dejándola a un lado para tirarla después.

-Aquí, dámelo- extendió su mano libre hacia el dio, quien pareció dudar un poco antes de entregarlo a regañadientes. -Hey, Kid...- llamó, el llanto deteniéndose momentáneamente. El cachorro parpadeo con los ojos dorados irritados y acuosos, mirándolo con un puchero, amenazando con volver a su ruido anterior. -...apuesto que este tonto intento llenarte de duraznos, ¿no es así?- el pequeño soltó un chillido. -¿Quieres esto?- acercó la banana al rostro ajeno y espero. El menor olio, abrió la boca y le dio una gran mordida a la fruta que le ofrecían, agarrando la mano ajena para acercarse el resto, masticando con gusto. Macaque sonrió mientras que Wukong los miró con asombro y la mandíbula casi en el suelo. -¿Quieres más?- ofreció al verlo terminar lo que le había dado, inclinándose para agarrar otra fruta cuando el menor extendió las manos, impaciente. -Aquí, creo que te gustaran los mangos- le dio la fruta. El pequeño le dio una gran mordida, soltando pequeños ruidos felices y con algo de jugo escurriendo por su barbilla, su cola moviéndose con felicidad antes de lograr rodear la muñeca del mono de las sombras.

-¡¿Como?!- estaba molesto y aliviado al mismo tiempo, señalando casi de manera acusadora al menor. -¡Le di de comer!- lo había hecho, en serio que si.

-Le diste cosas con olor y sabor a durazno, ¿no es así?- enarco una ceja, sonriendo con diversión cuando el dios desvío la vista con algo parecido al nerviosismo. -No todos están obsesionados con los duraznos- se inclino para agarrar otra fruta al escuchar suaves chillidos y le entregó al menor otra de las frutas, una manzana está vez.

-Maldición...- gruñó con frustración, revolviendo su pelaje con algo de fuerza.

-Ahora, te ayude con tu ruidoso problema...- acomodo al menor, sintiendo la cola ajena que se apretaba ligeramente en su muñeca. -...creo que me gane algunas explicaciones-

-Si, eso supongo- dejo escapar un largo y pesado suspiro, estaba cansado.

-¿Eh?- parpadeo al sentir un empujón en su mejilla y bajo la vista, notando que el menor le extendía el corazón de la manzana, mirándolo con esperanza. -Vas a necesitar comprarle mucha comida, parece un pozo sin fondo- se inclino para agarrar otra fruta, otro mango, y se lo dio al chico.

-Me lo imagine- se paso una mano por el pelaje, suspirando nuevamente. -Venga, vamos adentro. Necesito sentarme- hizo un gesto hacia su casa y empezó a caminar. Macaque sujeto la canasta con la cola y lo siguió, algo sorprendido, de seguro estaba muy cansado como para recordar que su enemistad.

-Eres todo un problema, ¿no?- toco suavemente la punta de la nariz del cachorro.

-¡Mac!- chillo con una gran sonrisa, agarrando la mano ajena, solo haciendo que la sonrisa del mono se agrandara ligeramente.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora