Tonto #5

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Espero que les guste~

Nezha vio fijamente a MK, quien parecía muy contento con el almuerzo que le habían preparado, tenía boca ligeramente sucia y estaba balanceando los pies, su cola moviéndose con ánimo de un lado al otro. Había escuchado la historia del dios y a pesar de que sonaba loco, por no decir poco creíble, ahí estaba la prueba.

Miró de reojo al par de monos, quienes estaban a la vista y algo apartados, hablando entre ellos de algo que no presto atención. Respiro profundo y avanzó antes de que arrepentirse, acercándose al menor.

-Hola- maldición, se sentía muy fuera de su elemento en esos momentos.

-Hola~- saludo apenas trago lo que tenía en la boca, sonriendo. Nezha decidió sentarse, rígido y torpe, manteniendo las manos en su regazo y jugando ligeramente con sus dedos. -Papá dijo que eres un príncipe- comentó de repente, tomando a Nezha por sorpresa.

-Tercer Príncipe del Loto- ese era su título.

-¡Eso es genial!- sus ojos brillaron, estirando las manos para agarrar una servilleta y limpiándose la boca. -Los monitos del árbol de afuera dicen que mi papá es su rey, ¿eso me hace un príncipe?- preguntó con genuina curiosidad.

-Estoy seguro de que si- asintió lentamente, mostrando una pequeña y torpe sonrisa.

-¡Oh!- su sonrisa solo se agrando, animado al parecer. -Podemos ser amigos príncipes, ¿no?- extendió mano.

-Yo...- Nezha estaba sorprendido. Hace no mucho ese mismo niño lo había mirado con miedo y desconfianza pero ahora estaba allí, mostrando una sonrisa y extendiendo su mano para ser amigos, sin ningún rastro de mentiras. Los niños eran raros, se preguntaba si todos eran así o sólo era cosa de MK. -Claro~- agarro la mano ajena, dando un muy suave apretón, sonriendo cuando el niño río alegremente. Se soltaron al poco tiempo, el príncipe relajándose ligeramente en su lugar, un poco más tranquilo al decir verdad.

-¿Sabes hacer un truco?- preguntó de repente el menor, llamando su atención.

-¿Un truco?- enarco una deja, curioso.

-Papá puede hacer una nube que vuela y Mac hace cosas divertidas con las sombras- explicó, señalando al par de monos que los estaban mirando de lejos.

-Oh...- no lo había entendido al decir verdad pero supuso que el niño quería ver un truco de algún tipo que los monos no pudieran hacer. Extendió los brazos, juntando sus manos como si estuviera acunando algo allí y se concentró. Los ojos de MK se abrieron con sorpresa al ver como un capullo de color blanco, el cual se empezó a abrir hasta mostrar una flor que llamó su atención, con los pétalos curvados hacia arriba y de un suave color rosa, con el centro de color amarillo. Se veía delicada y llamativa, con un suave olor que no pudo identificar.

-Que bonita~- sonrió con ojos brillantes. -¿Que es?- desvió la vista de la flor para mirar al mayor.

-Es una flor de loto- tomo una de las manos del niño, colocando suavemente la flor en la palma ajena, mirando con cierto cariño el asombro del chico por la apariencia de la flor.

-¿Puedo quedármela, por favor?- acuno suavemente la flor entre sus manos, temeroso de que se rompiera si se movía mucho.

-Es toda tuya~- asintió sin dudar, riendo ligeramente ante el chillido feliz del pequeño.

-¡Papá, mira!- llamó con entusiasmo al ver que el dios se había acercado, alzando ligeramente sus mano para que su papá pudiera ver su regalo. -Nezha me hizo una flor muy bonita-

-Es hermosa, Kid- sonrió con cariño, inclinándose para acariciar suavemente la cabeza de su hijo. -¿Quieres ir a mostrarle eso a nuestro amigo emo de haya?- señaló hacia Macaque, quien se mantenía en su lugar, alejado y mirándolos con seriedad.

-¡Mac, mira!- chillo, yendo hacia el mono de pelaje oscuro, quien se inclino con una sonrisa al verlo acercarse. Nezha Y Wukong, ahora solos en la sala, se mantuvieron en silencio, ambos tensos y sin mirarse.

-No les diré nada- habló el príncipe de repente, levantándose de dónde estaba y mirando al mayor con seriedad. -No voy a dejar que sepan de él- respetaba a los celestiales, en serio que si, pero no confiaba del todo en lo que podrían llegar a hacer al saber de la existencia del hijo de Wukong. Tenía la sensación que si se enteraba, eso podría terminar muy mal.

-Gracias- Wukong no pudo evitar sonreír ligeramente, aliviado. Había esperado una discusión, quizás algún tipo de reclamo o algo así pero parecía que la gran sonrisa de su cachorro se había abierto paso hasta el corazón del príncipe. -Puedes visitarnos cuando quieras...- comentó, llamando la atención ajena. -...estoy seguro de que a MK le encantará verte otra vez- agregó con tono burlón, aunque el ofrecimiento era sincero.

-Lo intentaré- porque eso era lo mejor que podía decir.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora