Animatronicos #2

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Espero que les guste~

Resulta que estaba en gran lugar de entretenimiento, con los animatronicos (así dijo el mono que se llamaban) como espectáculo principal, con cada personaje teniendo su zona llena de juegos y mercancía, un lugar donde te servían comida y podías disfrutar de un gran show en el salón principal donde estaba el escenario, junto con las muchas tiendas de regalos.

-Wow...- era impresionante ver el gran escenario desde arriba, con todo los demás cubierto de sillas y mesas para que la gente pudiera disfrutar mientras comía.

-Te dije que era genial~- sonrió Monkie King, moviendo la cola con gusto ante el asombro ajeno.

-Lo es- asintió sin dudar. Era un lugar muy grande y con lo que parecía ser muchos juegos para entretenerse, por no mencionar la comida, parecía un gran lugar para pasar el tiempo pero eso aún no lo ayudaba a resolver el como había llegado allí, en especial teniendo en cuenta que el lugar estaba cerrado al público a esas horas.

-Vamos, aun hay mucho más para mostrarte- empezó a caminar, el menor siguiéndolo a paso rápido. Había logrado convencer al mono de que lo bajara porque MK se sentía un poco más seguro teniendo los pies en el suelo pero el robot daba grandes pasos y era difícil seguirle el ritmo con sus cortas piernas. Logró alcanzarlo y agarro suavemente la cola de pelaje castaño que se seguía moviendo frente a sus ojos, suspirando de alivio cuando eso pareció hacer que el robot caminara un poco más lento.

-¿Eh?- vio con curiosidad la cola que había agarrado, la cual se estaba moviendo para rodear lenta y suavemente su muñeca. Alzó la vista y se detuvo al notar que el más alto se había detenido de repente.

-¿Aún quieres caminar, pequeño?- sonrió, usando un tono burlón mientras lo miraba, al parecer divertido con la caminata ajena.

-N-No soy pequeño, tu eres muy alto y tienes las piernas muy largas- bufo con un puchero.

-Lo que te haga sentir mejor, Kid- rio, empezando a caminar nuevamente, aunque un poco más despacio y manteniendo su cola rodeando la pequeña muñeca del niño, quien aprovecho la guía para seguir mirando a su alrededor. Ese mundo era extraño pero supuso que podía haber caído en un peor lugar, al menos no lo estaban atacando y no tenía que estar huyendo para todos lados...por el momento.

-¿Eh?- se enderezó, teniendo que concentrarse un poco. Podía escuchar un cascabel, suave y algo lejano pero que se movía constantemente y que parecía estar por allí. -¡Hey!- algo rodeo su tobillo y tiro, un chillido saliendo de su boca mientras soltaba la copa ajena y sentía que se elevaba, viendo con algo de miedo como se alejaba de Monkie King, quien fue rápido en detenerse y voltearse.

-¡Kid!- intentó agarrarlo pero lo que se que estuviera tirando de su pierna fue más rápido y muy pronto, estaba colgado de cabeza junto a quien lo había agarrado. -¡Devuélvemelo!- gruñó, haciendo un gesto con su mano y su bastón encogiéndose, desapareciendo de la vista del niño que se balanceaba de cabeza.

-Es un niño, Wukong, no un juguete- bufo y es entonces cuando MK logró voltearse de alguna manera, viendo quien lo había agarrado.

-¡¿M-M-Macaque?!- chillo al verlo, sorprendido de ver otro rostro familiar...o tan familiar como podía ser verlo en una versión robótica.

-Así es~- Macaque se veía diferente, con las superficies pintadas de rojo oscuro, negro y violeta, junto a una sonrisa burlona que mostraba sus colmillos y los ojos brillantes que lo miraban fijamente. Tenía sus seis orejas visibles, tan coloridas y brillantes que llamaban mucho la atención, con el pelaje que cubría su cabeza y cola siendo una extraña mezcla de negro y blanco. -¿Y quién eres tú, Kid?- se cruzó de brazos, el suave sonido del cascabel volviendo a sonar.

-Soy MK...- sonrió con nerviosismo, sujetando los brindes de su remera al sentir una ligera brisa sobre su piel. -...y me perdí...-

-Es nuevo por aquí, así que le estoy enseñando el lugar como buen rey que soy- hablo Wukong, cruzándose de brazos.

-Es un niño, deberías haberlo llevado con el guardia de seguridad para que llamaran a sus padres- Macaque rodo los ojos, luciendo sorprendentemente fastidiado. -Es protocolo-

-Pase por la oficina y no estaba ninguno de los dos- contestó con un ligero gruñido, su cola moviéndose con molestia.

-Esos...- y la voz del mono oscuro fallo, sonando como estática, y MK no pudo evitar taparse la boca con una mano para ahogar su risa. Parecía que no podían decir malas palabras. -...Tang debe estar con Pigsy en la  en la cocina, comiendo como siempre...- rodo los ojos, molesto. MK no pudo evitar emocionarse un poco, ahí había dos nombres muy familiares. -...y el Mayor debe estar dando vueltas por ahí- el menor tembló ante eso, sintiéndose temeroso de repente ¿Él también estaba aquí? Eso significaba que...¿Ella también estaría aquí? Esperaba que no, deseaba que no.

-Ammmm, si sirve de algo...- hablo, haciendo que ambos monos se voltearan a mirarlo. -...no tengo padres a los que llamar, así que...- se encogió de hombros lo mejor posible.

-¿No los tienes?- la expresión y tono de voz de ambos se volvió algo más suave, hasta triste podía decir.

-Nop- mucho menos cuando se dio cuenta de que si Tang y Pigsy también estaban allí dentro, eso significaba que no tenía a nadie allá afuera. -Ahora, si no te importa, ¿Crees que podrías...?- hizo un gesto hacia el suelo, esperando ser bajado. No estaba mareado, no todavía, pero estar de cabeza y lejos del suelo no era la posición más cómoda del mundo.

-Oh...por supuesto- pero en vez de ser dejado en el suelo como esperaba, de repente se encontraba entre los brazos de Macaque, quien lo sostuvo con suavidad. MK se encogió de hombros ante eso y decidió estirar las manos para tocar las orejas ajenas, algo cautivado por los colores brillantes. -Aún así, tenemos que buscar a los guardias-

-Awwww, esta bien...- si fuera físicamente posible, Monkie King estaría haciendo un puchero. Justo en eso el estómago del niño decidió hacer un fuerte ruido, llamando su atención.

-Ups...- se sonrojo ante eso. -...tengo hambre, lo siento- sonrió con nerviosismo, avergonzado porque su estómago lo había traicionado. Ahora que lo pensaba, no recordaba cuando y qué fue lo último que comió.

-De cualquier manera, íbamos a ir a la cocina...- Wukong sonrió, divertido. -...¡A la cocina, mis súbditos!- se dio media vuelta y empezó a caminar.

-Voy a golpearte si me llamas súbdito de nuevo- gruñó Macaque, siguiendo al mono castaño de mala gana.

-En ese caso...- se dio vuelta solo para mostrar una sonrisa maliciosa, su cola moviéndose con diversión. -...¡Súbdito!- y empezó a correr, soltando una carcajada.

-¡Vuelve aquí!- lo siguió sin pensar, molesto y con todas las intenciones de golpear al otro mono. Mientras tanto, MK se aferro a quien lo sostenía, algo divertido con la repentina persecución. Supuso que había cosas que no cambiaban, como la extraña relación entre esos dos.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora