Hora del Cuento

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¡Para lo que lo pidieron, aquí esta! :3

Espero que les guste~

Fue en un día común y corriente, Macaque dando uno de sus tantos shows de sombras, contando una gran historia y sonriendo con satisfacción ante la atención del publico pero siendo tomado por sorpresa al notar un rostro sonriente y muy familiar entre todos los demás, luciendo absorto en lo que contaba. Espero hasta el final, cuando todo hubo terminado y la gente se estaba yendo.

-¡MK!- llamo y el menor se detuvo al instante, volteándose para mirarlo con una sonrisa, sin lucir nervioso o avergonzado. -¿Qué te trae por aquí?- pregunto, enarcando una ceja, sosteniendo su fiel linterna con su cola.

-Vine a ver tu show, claro- respondió y el mono pudo notar la sinceridad. -Me gustan~-

-¿En serio?- teniendo en cuenta que el primero y único show de sombras suyo al que el menor había ido había terminado con él robando las sombras de los amigos ajenos y asustándolo hasta el punto de atacar para defenderse, esa respuesta era repentina y sorprendente al decir verdad.

-¡Son increíbles!- sonrío, obviamente emocionado. -Tus historias son tan llamativas y entretenidas, me gusta venir a verte si puedo- eso significaba que había venido antes y solo hoy lo había notado, eso era nuevo. El chico se sobresalto ante un repentino ruido, sacando su celular, sus ojos abriéndose con alarma. -¡Llegare tarde!- chillo, guardando su teléfono. -¡Me tengo que ir, Mac!- se fue corriendo, aunque se asomo por la puerta de salida un segundo después. -¡Tu show fue genial, ya quiero ver lo que sigue!- sonrío enormemente y se fue, dejando al mono solo.

-Ese chico...- Macaque se rasco ligeramente la nuca. Se sentía un poco mal por haber arruinado el primer show del menor pero que este siguiera viniendo, incluso después de lo sucedido, no pudo evitar sentirse extraño pero de una buena manera, alagado de cierta forma. Tarareo para si mismo, mirando de reojo su linterna, sintiendo que debía hacer algo por ese niño al que había molestado.

Se lo pensó y cuando algo se le ocurrió, tardo unos pocos días en organizarse y, aprovechándose del día libre de trabajo del niño, se decidió a hacerlo de una vez por todas.

-Hey, Kid~- sonrío, emergiendo dentro del apartamento ajeno, divertido al ver al humano tropezar por la sorpresa.

-Hola Macaque- no tardo en sonreír al ver a su amigo, reacomodando apresuradamente algo de la ropa que había estado doblando. -¿Qué te trae por aquí?- pregunto con curiosidad. -¿Y por qué tienes tu linterna?- noto entonces la linterna que el mono sujetaba con su cola sin mucha dificultad. -¿Tienes un show? ¿Hoy?- ladeo la cabeza, curioso y algo confundido.

-Nop...- tomo su linterna con una de sus manos. -...pero tengo una historia en mente, ¿te interesa?- ofreció de la manera más despreocupada posible, sin mostrar el nerviosismo en su interior. Temía un rechazo, aunque eso se borro de su mente cuando la sonrisa en el rostro ajeno se agrando rápidamente.

-¡Me encantan tus historias!- saltó, acercándose con emoción. Se instalaron en la sala, con MK haciendo un rápido nido con mantas y almohadas, agarrando algo de comer y apagando las luces antes de lanzarse para sentarse al lado del mono, visiblemente emocionado. Macaque uso sus poderes para hacer que las sombras se movieran con fluidez, contando una historia que había empezado solo para esto pero que solo había empezado, sin darle una real continuación o un final siquiera, solo quería probando para ver cuanto le gustaba al menor. -Nooooooooo, necesito una continuación...- chillo ante el repentino corte, donde obviamente faltaba  más historia. Miro al mayor con ojo brillantes y suplicantes. -...no puedes dejarme con la intriga~-

-No hay una continuación...- MK hizo un puchero y el mono no pudo evitar sonreír ligeramente. Le había gustado, eso era lo que quería lograr. -...pero quizás...continúe...y tenga algo preparado para la otra semana...- sonrío, fingiendo desinterés, viendo como el menor se enderezaba al instante.

-¡¿En serio?!- se animo ante esas palabras. -¡Esto será genial!- chillo, emocionado. -¡Sera nuestra "hora del cuento"!- dio pequeños saltos en su lugar antes de lanzarse a abrazar al mano, quien se quejo entre dientes por la fuerza pero le dio pequeñas palmadas en la espalda, divertido. -¡Esto será genial!- decidieron hacer la "hora del cuento" algo de una vez a la semana y por alguna razón, algo que quedo solo entre ellos.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora