~Monkie Kid~ 2️⃣

Protector #2

Espero que les guste~

Los días siguientes de aquella pelea contra Erlang Shen fueron tensos y tristes, con MK negándose a salir del pequeño niño que antes habían armado, mirando tristemente a la nada y guardando silencio en su mayor parte. Habían intentado todo lo que se les ocurrió para animarlo o incitarlo a moverse al menos pero nada parecía funcionar. No le presto atención a Mei aunque ella le salto encima y lo lleno de abrazos. Apenas picoteo la comida que Pigsy le había traído. Apenas parecía escuchar las historias que Tang le contaba con toda la emoción. Tomaba a pequeños sorbos el té que Sandy preparaba especialmente para él, acariciando de manera distraída a Mo. Se acurrucaba entre los brazos de Nezha, sin decir nada, simplemente ocultando su rostro en el hombro ajeno.

Nada funcionaba, nada de lo que intentaban parecía animar al niño o que lo obligara a moverse siquiera. Era desesperante para todos.

-¿Sigue sin moverse?- Mei hizo un pequeño puchero, mirando hacia la casa del dios con tristeza.

-Me temo que si- asintió Wukong, dejando escapar un largo y cansado suspiro.

-¿Cuánto tiempo estará así?- Pigsy se cruzó de brazos, preocupado más que molesto.

-No tengo idea- negó el dios, sintiéndose tan perdido como todos los demás allí presentes.

-Pobre MK...- Sandy acarició a Mo con expresión triste. Ninguno de ellos sabía que hacer a estas alturas, no después de probar todo lo que se les ocurrió y ver con tristeza como no parecía funcionar de ninguna manera.

-¿Macaque?- llamó Nezha al notar la mueca en la cara del mencionado.

-...esta llorando otra vez...- murmuró con tristeza, pudiendo escuchar con su sensible audición como el menor lloraba, ahogando sus sollozos de alguna manera. Loa presentes hicieron una mueca, tristes ante eso.

-¿Deberíamos...?- hizo un gesto hacia la casa.

-Creo...que darle algo de espacio seria bueno- respondió y a pesar de que ninguno quería dejar a su amigo triste solo, también sabían que debían darle algo de tiempo a solas.

... ... ... ...

MK solo podía sentirse triste, deprimido, acurrucado en el nido de mantas y almohadas del que no se había movido desde que lo dejaron allí, excepto para ir al baño o darse una ducha después de horas de convencimiento de parte de los monos.

Se sentía derrotado, de una manera humillante y casi denigrante. Fue golpeado sin problemas, fue vencido sin esfuerzo. Lo intentó, en serio que lo intentó, pero aquel sujeto salido de la nada fue mucho más fuerte que él, luchando con una sola mano y una expresión de aburrimiento en su rostro, hasta parecía decepcionado.

-Que decepción resultaste ser, triste mortal...- fue lo que dijo Erlang Shen después de golpearlo un par de veces. -...esperaba algo mucho más del "sucesor" de alguien como Wukong pero supongo...que no todo se puede en este mundo...- dolió, no podía negar que dolió. Se escuchaba tan decepcionado y molesto, mirándolo como si no fuera más que basura, agarrándolo por el cuello y usándolo como sebo para que Monkie King atacará.

Sollozo, abrazando un almohada para enterrar allí su rostro, avergonzado. Era un desastre, una deshonra para el legado de alguien como Monkie King. Siempre había tenido dudas de si mismo y aunque crecieron cuando levantó el bastón mágico, logró ignorar todo eso en medio de su emoción y todas las locuras que sucedieron después pero cuando no pudo enfrentarse la primera vez a LBD, esas dudas aumentaron de manera considerable. Se volvió casi como una voz en el fondo de su mente, una que susurraba insultos y le recordaba el fracaso que era. Esa voz que lo torturaba aumentó su volumen, volviéndose gritos que apoyaban las palabras de Erlang Shen, haciéndolo sentir cada vez más hundido y deprimido.

Se sentía pésimo, era un desastre. Era un pésimo sucesor, no era digno del bastón ni de los poderes del dios, era algo que sabía desde el principio pero que ahora no le quedaba más que aceptar.

-Lo siento...lo siento tanto...- tenía que devolver el bastón para darle la oportunidad a Monkie King de buscar a alguien mejor que él, a alguien digno de ser su sucesor, alguien que no tuviera tantos problemas como él...alguien que no fuera débil como él.