Lloyd y MK #4

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Espero que les guste~

-¡Detente ahí!- el pequeño Nezha fue el primero en ver a quien se acercaba, levantándose y haciendo aparecer su lanza, colocándose en pose defensiva. Eso llamó la atención de los otros niños, quienes dejaron lo que restaban haciendo para mirar que sucedía.

-Wow, wow, wow...- Macaque alzó las manos, sosteniendo con su cola una bolsa blanca y levantando una pequeña bandera blanca, mostrando una sonrisa divertida en su rostro. -Vengo en son de paz, en serio que si-  las llamas que rodearon las manos del pequeño Red Son le dio la señal de que no le estaban creyendo. -En serio que no vine a hacer nada malo...- alzó ligeramente la cola, el sonido de la bolsa haciendo que los pequeños la miraran. -...tu jefe hizo fideos, pensó que querían algo menos...lleno de azúcar-

-¡Fideos!- los ojos de MK brillaron ante las palabras ajenas, relamiéndose ligeramente. Dio un salto desde donde estaba, ignorando los llamados de los demás, chillando con diversión mientras caía. Macaque lo vio, atrapándolo con facilidad, sonriendo ligeramente ante el pequeño ente sus brazos. -¡Mac!- lo abrazo con felicidad, al parecer sin importarle lo sucio que aún estaba el pelaje oscuro.

-Hey, Kid~- le devolvió el gesto, sintiendo la mirada fija de los otros pequeños. -Vas a tener que pagar la cuenta de mi tintorería- murmuró, su ropa iba tener que ser muy bien lavada después de todo el desastre, no quería ni imaginar cuanto iba a tardar en limpiar todo su pelaje.

-Si, señor~- rio, sin parecer siquiera arrepentido. -Fideos, fideos, fideos...- canturreo, estirando sus cortos brazos, haciendo un gesto hacia la bolsa. El mono rodo los ojos pero le entregó la bolsa al menor, quien la abrió con impaciencia.

-¡MK!- Lloyd frunció el ceño desde su lugar, ligeramente molesto por la obvia confianza ciega del su amigo. Estaban en una guerra, a punto de conquistar la ciudad entera, y su amigo con poderes raros saltaba a los brazos del enemigo con toda la tranquilidad del mundo.

-¡Lloyd!- sonrió, sin parecer notar el enojo ajeno, alzando la bolsa con entusiasmo. -¡Son los fideos que hace Pigsy, de los que te hablé!- el rubio suspiro con frustración, pasando una de sus manos por su cabello.

-Por más que huelan delicioso, lo más seguro es que tengan algo- señaló con el ceño fruncido. -¡Kai me dijo que muchas veces hay que desconfiar de nuestros enemigos!- recordó las palabras del ninja de fuego. -¿Y si nos pusieron algo para dormir y pararnos?- entrecerró los ojos, desconfiado. A Red Son se le vino una idea a la mente, empujando al chico vestido de negro para que se callara, ignorando sus quejas.

-¿Sabes que?- sonrió, divertido. -Es de muy mala educación dejar a la gente mirar...- su sonrisa se agrando, el castaño mirándolo con atención. -...el que trajo la comida, por etiqueta, es quien debe comer primero~-

-Es cierto, es cierto- asintió el de cabello negro, cruzándose de brazos.

-Oh...eso tiene sentido- el sucesor mito la bolsa con un pequeño puchero, pensativo.

-No hay suficiente- comentó el mayor porque esa era la verdad.

-¡Podemos compartir!- sonrió MK, entusiasmado de repente. -No quiero que te quedes mirando como comemos, es de mala educación, Red Son lo dijo- miro a su amigo con ojos brillantes, orgulloso de haber encontrado una rápida solución. Macaque hizo una mueca en su interior, notando de reojo las sonrisas burlonas de los más pequeños que los miraban desde su lugar seguro.

-Rayos...niños inteligentes y desconfiados...- pensó con molestia, aunque por fuera mantuvo su sonrisa tranquila. -Claro chico, podemos compartir- recibió una gran sonrisa ante su respuesta y muy pronto, fue arrastrado a donde estaban los demás, sentados en el suelo en un círculo y con todas las miradas fijas en el, mientras MK tarareaba y sacaba los potes bien cerrados con fideos de la bolsa. Abrió uno de ellos, sonriente ante el familiar y delicioso aroma, agarrando los palillos que allí habían.

-Aquí tienes, Mac~- le extendió la comida al mayor, quien lo agarro, sin quedar más opción. Con las miradas expectantes y fijas de los pequeños desconfiados, tuvo que comer, sin sentir siquiera el somnífero bien escondido por el sabor de los fideos.

-¡Olvide agradecer la comida!- habló Red Son de repente, llamando la atención.

-¿Qué pasa red?- preguntó MK con curiosidad.

-Mi padres me contaron hace muuuucho tiempo, que si no agradeces la comida, un malvado espíritu te perseguirá~- dijo el pelirrojo de repente, queriendo esperar para ver cualquier efecto que la comida pudiera tener.

-¡Oh, es cierto!- asintió el rubio, entendiendo el plan. -¡Hagámoslo!- sonrió al notar que el mono se tambaleaba ligeramente en su lugar, luchando obviamente para no dormirse. Fingieron una rápida oración de agradecimiento, MK luciendo confundido pero dispuesto a seguir las costumbres ajenas, Macaque perdiendo rápidamente la lucha contra el suelo, recostándose y durmiéndose rápidamente. -Sabía que le habían puesto algo a la comida- sonrió, victorioso.

-Era obvio- asintió Red Son.

-Tonto...- Nezha sonrió.

-¿Macaque?- llamo MK, ladeando con curiosidad la cabeza al ver a su amigo durmiendo profundamente. Acarició suavemente la cabeza del mono dormido, tarareando una melodía.

-¿Es despistado o...?- murmuró el rubio, señalando la escena.

-Solo es inocente- respondió el príncipe con una pequeña sonrisa.

-Muy, muy, muy inocente- agregó el pelirrojo.

-Oh...- asintió, mirando de reojo al mono, una lenta y gran sonrisa dibujándose en su rostro. -¿Y si le teñimos el pelaje de rosa?- alzó un pote de tintura rosa, era temporal pero tardaría mucho en salir.

-¡Si!- asintieron con ánimo y sonrisas malévola.

-¿Crees que podamos atrapar a Wukong?- preguntó Nezha, viendo que había también potes de la misma tintura pero de un fuerte color verde. -Me gustaría teñir su pelaje~- sonrió enormemente, feliz de imaginarse al dios con el pelaje verde.

-Estoy seguro de que podemos hacerlo- asintió el rubio, ya pensando en cómo atrapar al dios. Aún tenían tiempo para divertirse antes de que ser niños terminará y todo volviera a la normalidad.

Mientras tanto, escondido en la tienda de fideos, Wukong sintió un escalofrío corriendo por su espalda y un mal presentimiento llenándolo. Eso no era nada bueno.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora