Fusión #2

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Algunas ideas sueltas que tenia :3

Espero que les guste~

Nota: Me inspire por completo en una cuenta de Tumblr, antes de que cualquiera pueda reclamarme xD

La fusión era algo que MK solo había visto un par de veces, usualmente entre Tang y Pigsy en ciertos días cuando era niño, aunque ahora no lo veía mucho. Tenia curiosidad, era imposible no tenerla, pero nunca pensó que pudiera probar algo así, era humano y temía ofender si preguntaba.

Resulta que los poderes de Monkie King traían muchas mas sorpresas de lo que esperaba.

La primera vez que se fusionó fue un completo accidente.

Fue en un día particularmente malo, se había levantado tarde y por ende había llegado tarde al trabajo, los pedidos se habían acumulado y muchos de los clientes le gritaron por su tardanza, incluso algunos habían pagado menos de lo que deberían y le habían cerrado la puerta en la cara. Un repentino ataque de algún demonio había destruido parte del carrito de entregas y a pesar de que pudo repararlo con sus poderes, estaba agotado. Así que volvió con la cabeza baja, dejando escapar un largo suspiro, entrando a la tienda.

-¡MK!- levanto la vista ante la voz, sintiendo que se relajaba al ver a su mejor amiga allí, esperándolo al parecer.

-Mei-Mei...- se sentía tan cansado y lo único que quería era un abrazo, algo que ella pareció entender sin necesidad de palabras, abriendo los brazos mientras le mostraba una dulce sonrisa. Él casi tropezó para acercarse a ella, rodeándola con sus brazos y hundiendo su rostro en el hombro de ella, relajándose mientras la sentía acariciar su espalda. Cerro los ojos y respiro profundo, sintiendo algo cálido expandiéndose en su interior, sin notar la luz que los rodeaba hasta que fue demasiado tarde. Tang y Pigsy, quienes habían estado en silencio por el momento, jadearon, el humano cayendo de su asiento por la sorpresa.

-Oh...- abrió los ojos con sorpresa, notando que ahora eran mas altos, su cabeza casi rosando el techo. Sacaron el teléfono que podían sentir guardado en uno de sus bolsillos, abriendo la aplicación de la cámara sin pensar. Tenia el cabello castaño oscuro, atado en dos coletas altas en punta y con un par de mechones colgando a cada lada de su rostro con toques en verde. Su ropa era una extraña mezcla del estilo de MK y de Mei pero era suave y cómoda, así que no iban a quejarse.

-Hey...- se voltearon a ver al demonio cerdo, quien los estaba viendo con asombro, acercándose a paso lento. El mayor tarareo, mientras que el humano se levantaba de donde estaba, acomodándose los anteojos. -...¿Cómo se sienten?- decidió preguntar, sonriendo ligeramente.

-...amado...- porque esa era la verdad. Solo podía sentir amor y mucho cariño que superaba por completo la sorpresa. Soltaron una carcajada, con una sensación de euforia llenándolos de repente.

La segunda vez fue un accidente también.

Fue en un día tranquilo, reunido con Mei y Red Son en la habitación de este ultimo, viendo una película cualquiera de la cual el demonio se estaba quejando y con la chica retándolo cada dos por tres. Sonrió con cariño al verlos pelear, apoyándose lentamente en el hombro del pelirrojo, quien se quedo quieto para dejarlo pero no detuvo sus quejas. Tarareo para si mismo, relajándose, sin darse cuenta de nada hasta que fue muy tarde. Mei jadeo, callándose de golpe.

-Wow...- saco su teléfono y abrió la cámara, volteando el aparato para que se pudieran ver bien.

-¿Que...?- tenían el cabello largo y atado en una coleta alta, con el mechón que colgaba frente a sus rostros de un rojo intenso y el resto castaño. Tenias la cicatriz en su mejilla y la marca roja en su frente, incluso tenían colmillos. Movieron de manera tentativa los cuatro brazos que ahora tenían, extramente cómodos con ellos.

-Te vez genial~- sonrió ella con entusiasmo.

-Por supuesto que me veo genial~- inflo el pecho con orgullo sin pensar, sonriendo de lado y mostrando ligeramente sus colmillos. Se sentían fuertes y llenos de confianza pero por sobre todo, se sentían felices.

La tercera vez...también fue un completo accidente, hay que ser sinceros.

Fue en día cualquiera, en uno de esos momentos de su almuerzo de podía y decidía compartir con Macaque en lo alto del techo de algún edificio, hablando con entusiasmo de lo que había hecho mientras el demonio lo escuchaba atentamente y a pesar de que eso se había vuelto una pequeña costumbre entre ambos, el menor podía notar algo diferente en el mayor. Lucia algo melancólico.

-¿Estas bien?- decidió preguntar, preocupado.

-Eres un niño muy raro...y demasiado amable- bufo el demonio, luciendo extrañamente triste a pesar de la pequeña sonrisa que tenia en su rostro.

-Oh...- no era la primera vez que le decían eso. Macaque nunca se había disculpado en voz alta por lo que había sucedido antes de volverse amigos pero MK no necesitaba eso, en serio que no, no cuando lo entendía de alguna manera. -Te merecías otra oportunidad- fue que dijo la primera vez que el mayor le pregunto la razón por el fácil perdón y era algo que siempre le repetía. El mono bufo pero no dijo nada, el mortal haciendo un puchero, acercándose a su amigo para abrazarlo con fuerza, sintiendo como se tensaba por unos segundos antes de relajarse. Sucedió los mismo que las veces anteriores, aunque ninguno se dio cuenta hasta que fue muy tarde. Jadearon y se lanzaron para agarrar el teléfono dejado en el suelo, abriendo la cámara sin pensar. Tenían el cabello castaño que se mantenían en punta gracias a la bandana que tenían alrededor de la cabeza y una marca rojiza alrededor de sus ojos. Tenían cuatro, el par de arriba eran dorados y el par de abajo eran oscuros.

-Wow...- se miraron a si mismo con asombro, una lenta y gran sonrisa dibujándose en su rostro. -...esto es asombroso~- movieron lentamente su larga cola, sintiendo una mezcla de diversión y felicidad en su interior.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora