Pequeños Monos #2

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Espero que les guste~

Nota: Si estos pequeños realmente existen en el mundo original, yo no lo sabia. Solo me inspire en un dibujo que me encontré en Pinterest y les puse los nombres que mas me gustaron :3

Lo primero que MK se dispuso a hacer fue sacar su teléfono de su bolsillo para avisar que no se iba a presentar a trabajar, sintiendo el verdadero terror al ver el cúmulo de mensajes y llamadas que se mostraban en su pantalla. Eso no era una buena señal.

-Oh no...- sudo, presionando llamar en el contacto de Pigsy, poniéndolo en altavoz, sin sorprenderse cuando lo primero que escucho fueron gritos y reclamos de lo tarde que estaba llegando, ordenándole que volviera en ese mismo instante para entregar los pedidos que se acumulaban. De alguna manera logró interrumpirlo y explico la situación lo mejor posible, nervioso y ansioso, sabiendo lo enojado que de seguro estaba el demonio...y no estaba muy equivocado. Así que no le quedó otra más que sentarse, escuchando lo que estaba seguro era el sermón más largo que su jefe le había dado hasta ahora, prestando atención a medias, sabiendo que lo volvería a escuchar cuando mostrará su casa por la tienda. Levantó la vista al escuchar suaves chillidos, sonriendo al ver a Rumble acercarse, mirando el teléfono con curiosidad.

-Es mi jefe...- hablo, extendiendo su brazo hacia ella y sintiendo como se apoyaba en su hombro, su cola moviéndose lentamente. -...esta muy enojado conmigo- suspiro con cansancio. La mona hizo algo parecido a un puchero, para después señalarse a sí misma y luego al teléfono, insistente. -¿Quieres decirle algo a Pigsy?- enarco una ceja, recibiendo un rápido asentimiento como respuesta. -Adelante- hizo un gesto, viendo como ella se acercaba al aparato, arrodillándose en el suelo, respirando profundamente y luego soltando un grito. El discurso del demonio se corto bruscamente con un quejido, volviéndose rápidamente en reclamos llenos de malas palabras e insultos ahogados. MK se tapó la boca, ahogando la carcajada que deseaba soltar, mientras ella lo veía con una sonrisa y ojos brillantes, luciendo orgullosa de su acción.

-¡L-Lo siento mucho, Pigsy!- logró disculparse entre risas, solo haciendo que los reclamos se hicieran más fuertes y sonoros. Al final, tuvo que aceptar cumplir doble turno por dos semanas enteras, incluyendo los sábados. Iba a tener que cancelar sus entrenamientos con Monkie King y estaría horriblemente cansado pero supuso que era justo.

Y así empezó su trabajo como niñero. Cuidar de ellos no era fácil ni difícil, aunque estaba sorprendido de lo diferentes y contrarios que eran ambos.

Rumble lo adoraba, siempre dando pequeños saltos y soltando chillidos, dispuesta a ayudar si eso significaba que podía obtener abrazos y mimos como recompensa. Se lanzaba sobre él para despertarlo en las mañanas, muy temprano al decir verdad. También adoraba ver caricaturas en su teléfono, hipnotizada por los colores de seguro, subiéndose a su hombro cada vez que el menor agarraba su celular. Era dulce y pegajosa pero a MK realmente no le molestaba, sosteniéndola con un brazo mientras caminaba por la casa o dejándola subir a su espalda mientras cocinaba.

Shadow...era otra historia. Lo ignoraba en su mayor parte, apenas mirándolo de reojo, aunque estaba seguro que estaba más atento a su hermana que a él, y nunca aceptaba nada de lo que le daba. Usualmente se mantenía en las vigas del techo, recostado, sin dejar siquiera su cola visible. No hacía travesuras, de seguro porque era la casa de Macaque, pero si meo su campera cuando se descuido por unos segundos. MK no se lo tomó personal, ni siquiera se molesto, y solo levantó su campera mientras hacía sonidos de asco, llevándola afuera para lavarla a mano con jabón blanco y colgándola en donde encontró lugar para que se secara, sintiendo la mirada fija del pequeño mono en su nuca.

Ambos estaban bien alimentados y cuidados, con el pelaje bien peinado y limpio como la primera vez que los vio, y aunque uno de ellos no estaba muy feliz con su presencia, no lo había mordido o atacado. Sip, todo iba bien por el momento.

... ... ... ...

-Él me gusta- tarareo Rumble con una sonrisa y dando pequeños saltos, ansiosa por lanzarse sobre MK para poder despertarlo como lo había hecho desde hace unos días.

-A mi no- Shadow se cruzó de brazos, molesto, moviendo su cola con irritación.

-No es malo si el jefe Macaque le pidió que nos cuidara...- ladeo ligeramente la cabeza, sin sorprenderse por la respuesta ajena. Su hermano era frío y distante con cualquiera, excepto con ella y con su jefe.

-El jefe no necesitaba llamar a nadie para cuidarnos- gruñó con el ceño fruncido. No le gustaba que un simple humano mortal estuviera en su hogar, mucho menos que estuviera allí para cuidarlos, no le gustaba en lo más mínimo.

-...es muy agradable, deberías darle una oportunidad- el humano era amable y paciente, algo nervioso cuando no podía entenderlos pero no se molestaba por nada, ni por lo pegajosa que era ella o por lo frío que era él, el humano se mantenía tranquilo y sereno.

-Primero muerto- gruñó. -Me largo de aquí- se dirigió directamente a la salida con pasos largos y firmes.

-¡Shadow, no!- ella troto para agarrarlo del brazo, mirándolo con preocupación. -El jefe Macaque nos pidió que fuéramos buenos y no causáramos problemas- recordó, dando un ligero tirón pero su hermano se mantuvo tieso en su lugar.

-No me importa...- se zafó del agarre y continuó su camino hacia la puerta, decidido. -...quédate con ese tonto humano o ven conmigo, tu decides- salió, mirando a su hermana con seriedad, esperando a que ella le dijera su decisión. La mona dudo, mirando en dirección en donde estaba el cuarto donde MK dormía y luego mirando a su hermano, repitiendo el gesto un par de veces antes de dejar escapar un largo suspiro.

-No te dejaré ir solo- troto para seguirlo, sintiéndose mal por dejar al mortal dormido pero esperaba poder convencer a su terco hermano de volver pronto y sin problemas, aunque sabía que sería difícil y casi imposible.

Fueron a la ciudad. Hicieron algunas travesuras, molestaron a unas cuantas personas e incluso se robaron algunas frutas, yendo por último al gran edifico abandonado y rodeado de carteles con letras grandes, ignorando las tablas que tapaban la entrada y la cinta que rodeaba la zona.

-Llevamos años...¡Años con él!...- gruñó él, subiendo con pasos fuertes las escaleras, sin importar como estas crujían. -...y confía más en un tonto mortal que en nosotros-

-Hicimos un desastre la última vez que nos dejó solos, ¿recuerdas?- había sido un real desastre, los cuartos de la casa terminaron hechos un desastre, con marcas de quemaduras en las paredes de la cocina y algunas bisagras de las puertas rotas, por no mencionar el desastre que dejaron en la ciudad. Había sido un día interesante y lleno de aventuras para ellos, que terminó con ambos castigados y con su jefe molesto mientras arreglaba lo que habían hecho.

-¡Fue solo una vez!- bufo con un puchero, habiendo llegado al último piso, caminando con confianza a pesar de que el piso de madera crujía ruidosamente.

-Nos dejó solos un día- rodo los ojos, estaba algo cansada de las quejas de su hermano. Shadow bufo, molesto, aunque sabía que su hermana tenía razón. Habían hecho un desastre enorme al estar solos un solo día, quien podía imaginar lo que podrían hacer con más días a solas. -MK no es malo, es amable y cariñoso, no se molesta con nosotros...- sonrió ligeramente. -...ni siquiera se enojo cuando measte su campera favorita o cuando te negabas a aceptar lo que sea que quisiera darte- él frunció el ceño pero no podía negar lo que ella decía porque era la pura verdad.

-Supongo...- hizo una mueca, su molestia anterior volviéndose rápidamente en tristeza. Solo quería que si jefe volviera y poder volver a su rutina de siempre. Abrió la boca pero antes de siquiera  poder hacer algún sonido, el piso bajó suyo cedió, su pierna quedando atrapada en el agujero que había hecho por accidente. -¡Rayos!- gruñó, enojado, esforzándose por liberarse por si solo pero sin lograrlo, sintiendo los bordes de la madera engancharse en su pantalón.

-¡Shadow!- chillo, haciendo el amague de avanzar pero deteniéndose en seco al escuchar como el suelo crujía con más fuerza. -Oh no...- miro a su hermano con tristeza, mientras que él intentaba zafar su pierna sin mucho éxito. -Espero que vengas por nosotros, MK- pensó con esperanza, sin moverse de su lugar, temerosa de que el suela cediera bajo su peso.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora