Tres Pequeños

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¡Y hemos llegado al final de este bonito libro!

No voy a mentir, estoy sorprendida de haber llegado tan lejos con esto. Son dos libros, 200 capítulos de pura historia. Es un nuevo récord para mi xD

Espero que les guste~

Nota: Sé que alguien me pidió algo como esto pero no puedo recordar quien exactamente :3

Suspiro de alivio cuando su turno terminó, queriendo bañarse y acostarse por un rato antes de pasar a su siguiente actividad pero su teléfono sonó mientras subía las escaleras a su departamento, sacándolo y frunciendo el ceño con confusión cuando vio el nombre de su maestro, atendiendo y sin poder llevar el aparato a su oreja antes de que el mayor empezará a hablar.

-¡No los encuentro!- la voz del mono sonó fuerte sin la necesidad de activar el altavoz, eso sólo aumentando su confusión. -¡Me dormí solo por un rato y cuando me despierto, tres de mis pequeños están desaparecidos!- sonaba desesperado y muerto de la preocupación.

-T-Tranquilo, Monkie King- sabia el amor que el mono le tenía a sus pequeños súbditos, lo había visto tratarlos con tanta paciencia y cariño, incluso había visto como los pequeños se emocionaba ante la sola presencia del rey y se apresuraban a treparlo para darle todo el cariño que tenían. -¿Crees que fueron lejos de la montaña?- algo raro teniendo en cuenta que dicha montaña estaba alejada y bastante aislada.

-¡Oh, mis pobres bebés!- sollozo básicamente, de la manera más exagerada y única que tenía el dios.

-¿Quieres mi ayuda, Monkie King?- el mayor no respondió pero incluso sin palabras, MK podía sentir la súplica silenciosa. -Ven a mi departamento, me daré una ducha y buscaremos juntos- no iba a negarse a algo así, mucho menos cuando su maestro sonaba tan preocupado.

-...voy para haya- y la llamada se corto, un suspiro saliendo del menor, guardando su teléfono mientras terminaba de subir las escaleras y abría la puerta de su departamento, dispuesto a darse una ducha y salir a buscar a los pequeños fugitivos. Entró y para su absoluta sorpresa, fue recibido por chillidos muy familiares y llenos de entusiasmo. Trago en seco, cerrando la puerta tras de sí, parpadeando ante los intrusos y logrando reconocerlos después de unos segundos.

-Heart...- el pequeño de pelaje blanco y la manchones marrones, con uno muy particular en su frente con forma de corazón. -...Monty...- uno de los pocos monos que tenía el pelaje gris y era ligeramente más grande que los otros pequeños segundo el rey. -...Blue...- una pequeña de ojos sorprendentemente azules y brillantes. Estaban allí, en su departamento, la pequeña sosteniendo lo que parecía ser una corona de papel con muchos dibujos y piedras coloridas pegadas como adorno. Se acerco, arrodillándose frente a ellos, notando lo emocionados y felices que estaban, obviamente sin saber lo preocupado y desesperado que estaba su rey. -¿Cómo llegaron aquí?- acarició suavemente la cabeza de Monty, quien se apoyo en el toque al instante, ellos chillando nuevamente. Le estaban respondiendo pero no podía entenderlos. -¿Qué hacen aquí?- Blue alzó la corona como respuesta, aunque solo hizo que el menor se sintiera más confundido. -¿Para mí?- ellos asintieron, así que se inclino y dejó que colocarán la corona en su cabeza, viendo como ellos se emocionaban. -Gracias- sonrió con cariño, conmovido incluso si no sabía la razón de aquel repentino regalo, abriendo los brazos para abrazarlos y sintiendo sus pequeñas manos aferrarse a su ropa. Tarareo, ahora solo quedaba esperar a que mono entrará corriendo a su departamento.

Y no mucho después, se encontraba viendo en silencio atónito como su maestro estaba sermoneando, arrullando y verificando a sus pequeños, quienes estaban soltando suaves chillidos de lo que supuso eran disculpas y luciendo avergonzados. Dejó la corona en el mueble más cercano para guardarla más tarde, tomando algo de su ropa y yendo a su baño, decidió a bañarse mientras esos monos disfrutaban de su momento. Es la primera vez que un problema se resolvía tan rápidamente.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora