Mi Amada #3

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Tenia un par de ideas mas xD

Espero que les guste~

Las cosas a partir de ahí se volvieron algo complicadas. Todos sus amigos se volvieron ligeramente protectores, acompañándolo siempre que pudieran y con los demonios espantando a la presencia, la cual MK podía sentir que se enojaba cada vez mas. Quedarse en la casa de Sandy, quien había ofrecido amablemente una de sus habitaciones libres, fue un alivio porque la presencia no lo seguía hasta allí y sus sueños estaban libres de aquel demonio con esa mujer.

Todo llego a una especie de limite en un día que parecía ser normal, con el menor a punto de ir a entregar los últimos pedidos del momento cuando los gritos se empezaron a escuchar.

-Oh, rayos...- bufo con un puchero. -Lo siento Pigsy, debo encargarme de eso- mostro una pequeña sonrisa hacia su jefe, quien hizo una mueca.

-No hay problema, chico- negó rápidamente, haciendo una gesto para que el menor se fuera. Él sonrió enormemente, dejando los pedidos algo acumulados en la gran mesada y sacándose la chaqueta del uniforme para no romperlo como el ultimo, saliendo y luego corriendo, siguiendo el ruido de los problemas. Se detuvo al ver a los demonios causantes de los gritos y los destrozos, frunciendo el ceño. Hizo aparecer su bastón, haciendo grande para poder girarlo con una de sus manos.

-Aquí vamos...- se preparo, dispuesto a saltar para detener todo el desastre, pero sus pies apenas se despegaron del suelo cuando un fuerte agarre alrededor de su muñeca lo detuvo, cayendo al suelo. Jadeo, asustado, al ver y sentir una presión en la muñeca, luciendo como si una mano invisible lo estuviera agarrando. -Suéltame, suéltame...- murmuro con algo de pánico pero el agarre era firme y no se movía, incluso parecía apretarse un poco con su intento de escape. Hiperventilo un poco, estaba asustado, no le gustaba nada lo que estaba sucediendo. -¡Suéltame!- sintió algo de su poder removerse con fuerza y con un destello dorado, estaba libre. Acuno su muñeca contra su pecho, viendo con asombro y miedo la marca rojiza que ahora tenia, una marca con la apariencia de una mano muy grande al decir verdad. El frio lo envolvió de repente y se estremeció, rápido en levantarse y tomando su bastón para alejarse de allí corriendo, decidido a ignorar la marca en su muñeca por el momento.

... ... ... ...

-¿Kid?- llamo Macaque al ver al menor tan quieto de repente. Lo había estado vigilando, sentado cómodamente sobre uno edificio no muy lejos y observando la pelea, enarcando una ceja ante la torpeza del chico en sus movimientos. Así que cuando todo termino y los demonios cobardes huyeron, se decidió por acercarse a paso lento. -¿MK?- se paro a su lado, colocando con cautela su mano en la espalda ajena, logrando que el menor reaccionara y levantara la vista para mirarlo con los ojos bien abiertos.

-Macaque...- sonrió ligeramente al verlo, acunando su mano contra su pecho, un gesto que llamo la atención ajena.

-¿Te lastimaste?- agarro la mano del menor con suavidad para revisarlo, solo para detenerse en seco ante la marca rojiza que rodeaba la pequeña muñeca del humano. Entrecerró los ojos, apenas evitando dejar escapar un gruñido de enojo. -¿Te lastimo?- acaricio ligeramente la marca. Debía haber desaparecido con los poderes ajenos pero aun seguía allí, fresca y colorada.

-Me agarro...creo que no le gusto que fuera a pelear- soltó una risa algo hueca, el mono frunciendo el ceño ante eso. -Esta muy molesto, puedo sentirlo...- se estremeció, sintiendo aquella sensación de frio acercándose. -...esta aquí...- susurro, tieso en su lugar, alzando la vista para ver al mayor al escucharlo gruñir. 

-Nos vamos de aquí- Macaque dio un suave tirón a la mano ajena para acercarlo y de repente, MK estaba hundido en la oscuridad de una sombra, saliendo al poco tiempo y parpadeando con confusión al ver que estaba en la sala llena de gatos de Sandy, sentado en el suelo.

-¿Eh?- vio entonces a Mo, quien se le estaba acercando con un maullido y la cola en alto. -¡Mo!- sonrió, extendiendo los brazos, abrazando suavemente al felino apenas estuvo cerca. Estaba tan entretenido con el pequeño gato que ronroneaba entre sus brazos que no vio a Sandy y a Macaque no muy lejos, mirándolo.

-¿Estará bien?- pregunto el de piel azul, preocupado por su amigo.

-Lo estará- no había duda en las palabras del mono. -Tu quédate aquí y no lo dejes solo, ¿bien grandote?- recibió un asentimiento decidido como respuesta. -Buscare a Wukong y a los demás...- gruño, un destello morado brillando en sus ojos. -...es hora de deshacernos de ese maldito fantasma- y se hundió en una sombra, dejando a Sandy para vigilar a MK por el momento.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora