Sun Wukong: Reborn #8

1.3K 166 45
                                    

Espero que les guste~

Nota: MK lo llama "Gran King" no por su título de gran sabio, lo llama así porque Reborn es mucho más grande que su propio maestro

Macaque tarareo, sacando un trozo del gran pescado que había agarrado y había puesto sobre una fogata intensa, extendiendolo hacia el menor, quien chillo al aceptar aquel trozo demasiado caliente y luchando para comerlo, gustoso a pesar de quemarse la lengua. Era de noche, dispuestos a disfrutar de una gran cena y luego dormir.

-Es tan rico~- tarareo, feliz.

-Eso es bueno...- el mono aun tenía la duda de en que momento había aceptado irse lejos de su pequeña y fría curva, acompañando al niño que buscaba a cierto dios mono. -...¿Cómo rayos me convenciste de que te acompañe?- lo miro, sin entender el extraño poder que ese chico tenía.

-Preguntando amablemente~ sonrió enormemente, inocente, riendo ante el largo suspiro que salió de la boca ajena. Terminó su pedazo de pescado, limpiándose ligeramente las manos en su pantalón.

-Estoy seguro que me hechizaste o algo así- bufo, moviendo ligeramente la pinta de su cola.

-Te hechice...- se levantó, acercándose un par de pasos al mayor. -...¡Con mi amistad y cariño!- alzó los brazos y lo abrazo dramáticamente, riendo con diversión.

-Eso fue horriblemente cursi- hizo un gesto de asco, aunque se estaba riendo ligeramente, abrazando al menor solo para ponerlo en su regazo y hacerle cosillas, MK riendo e intentado defenderse, retorciéndose pero el mono no hizo amague de detenerse ante las lágrimas y las súplicas de piedad. La risa del chico era fuerte pero no de una manera desagradable, aunque seguía pensando que ese humano era raro. Se durmió en su cueva sin miedo, lo abrazo y tomó su mano con una gran sonrisa, se dejó llevar sin siquiera una queja, incluso comía lo que le daba sin preguntar nada, el corazón del mono de las sombras ablandándose ante cada pequeña muestra de confianza que ese niño le mostraba. Se detuvo en seco cuando su aguda audición capta un sonido, moviéndose rápidamente y agazapándose, colocando al menor bajo suyo con una de sus mano, con el pelaje erizado y luciendo listo para atacar si era necesario.

-¿Macaque?- llamo, sorprendido, aunque se mantuvo arrodillado y no intento salir de su repentino escondite, preparado para sacar su bastón al escuchar como alguien se movía entre la vegetación del lugar. Estuvieron tensos, preparados, viendo con ojos atentos como una figura aparecía de entre las plantas, avanzando a grandes pasos y sacudiendo su ropa al parecer.

-Maldito demonio idiota...- gruñó el recién llegado, el tono siendo familiar para ambos.

-¡Gran King!- sonrió MK al verlo, llamando la atención ajena, aprovechando que el mono de la sombras lo soltó por la sorpresa para correr hacia el dios, quien se sobresalto ligeramente.

-¡MK!- se arrodilló, revisando de manera casi frenética al humano, quien se rio y lo dejó. -¡¿Dónde rayos estabas?!- gruñó, molesto, pellizcando las regordetas mejillas del chico, quien se quejo. -¡Te quite la vista por un segundo, un maldito segundo, y tu desapareciste!-

-¡Lo siento!- chillo. -¡Algo llamo mi atención y me perdí, lo siento mucho!- se acarició sus adolorida mejillas apenas el mayor lo soltó, haciendo un puchero. -Aunque...encontré a alguien en mi camino- señaló y ahí es cuando el dios noto al otro mono allí presente, quien estaba sentado nuevamente, luciendo tenso pero resignado al mismo tiempo. Wukong entrecerró los ojos, sospechoso y con el dorado brillando, bajando la vista al sentir un tirón en su mano. -Es amigo, no enemigo- lo miro con seriedad, alzando su mano para tocar con su índice la nariz ajena, susurrando un pequeño "boop" y haciendo que el mono parpadeara con sorpresa. -Amigo- sonrió.

-...lo que tu digas, chico- bufo, no muy de acuerdo, pero asintió, contento de ver la sonrisa ajena agrandarse.

-Genial~- asintió, satisfecho, dándose media vuelta y corriendo hacia Macaque, lanzándose para sentarse en su regazo, dispuesto a demostrarle al dios que el mono de la sombras era confiable. -Llegaste justo a tiempo, estamos comiendo- movió ligeramente los pies, tarareando.

-Aquí- tomo un trozo de pescado para dárselo al menor, quien se quejo ante la alta temperatura pero se lo comió de igual manera. -Adelanté Wukong, hay mucho- hizo un gesto hacia el pescado de gran tamaño. El dios se levantó, acercándose para sentarse de piernas cruzadas cerca del par, tomando un trozo para comer. El ambiente entre ellos no era tenso pero tampoco pacifico, MK llenando el silencio con todas las historias que se le vinieron a la mente, sus palabras interrumpidas por bostezos amplios, sintiendo sueño ahora que tenía el estómago lleno. En algún momento, mantener los ojos abiertos le resultó difícil y terminó por acomodarse en el regazo del mono de las sombras, aprovechándose de su pequeño tamaño y durmiéndose antes de darse cuenta, dejando al par de monos despiertos.

-Es muy confiado- comentó de repente, sonriendo con cierto cariño al niño dormido.

-Demasiado- asintió, frotando uno de sus dedos contra mejilla ajena y sonriendo al verlo acomodarse, escuchándolo murmurar algo entre dientes. Se miraron de reojo entre ellos, sus colas moviéndose con algo de incomodidad.

-Te ves horrible- soltó el dios, decidido a romper el extraño silencio. Había estado tan molesto con Macaque hasta que hablo con su otra versión, quien le habló de cómo lo revivieron y de las circunstancias que habían rodeado la situación. Estaba molesto pero aún así, sentía cierta melancolía por aquel que había sido alguna vez su amigo.

-Y tu no te vez mucho mejor- bufo, aunque realmente no estaba molesto. Estaba cansado, con un frío su cuerpo que se calmaba con el pasar de las horas bajo el sol, sintiéndose aún sacudido de haber sido revivido.

-Estaba peleando- se defendió.

-Yo también, ese enorme sello llama demasiado la atención- señaló hacia el menor que aún dormía en su regazo. Algo entre ambos pareció cambiar, relajándose en sus lugares, logrando de alguna manera entablar una conversación sin insultarse o hacer amague de arrancarse los ojos el uno al otro. Fue extraño pero de una buena manera.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora