~Monkie Kid~ 2️⃣

Pérdido y Encontrado

Espero que les guste~

Nota: Ya es el capitulo 99 y como en el libro anterior, lo dejaré a votación. Dejen sus comentarios si quieren otro libro y si sucede, esperemos que ese llegue al estreno de la cuarta temporada xD

Nota-2: ¡Wow, en serio que no esperaba llegar tan lejos!

Nota-3: ¿Sabían que Lego Monkie Kid parece que va a empezar a dar en Cartoon Network?

Petición de: -pacoelpato

La cosa empezó como un inocente pero gran juego de esconderse y buscar, MK logrando convencer a sus amigos de que se unieran después de mostrarles ojos brillantes y algunas súplicas súplicas, chillando cuando se resignaron y asintieron.

Y así empezó el juego, teniendo toda la ciudad disponible, con el dios buscándolos con una sonrisa casi depredadora en su rostro.

Encontró primero a Tang, quien ni siquiera se había escondido y estaba sentado a plena vista dentro de una pequeña tienda de comida, llenando su insaciable estómago.

El siguiente fue Pigsy, quien se escondió en su propia cocina, durmiendo se del aburrimiento. Sus ronquidos lo delataron.

Siguió el sonido de una discusión con voces muy familiares, encontrando sin mucho problema a Mei y Red Son, ella corriendo y riendo a carcajadas, él persiguiendola de cerca y con el cabello en llamas. No siquiera quería saber que había pasado entre ese par.

Encontrar a Sandy no fue mucho problema, encontrándome felizmente en su barco y en medio de todos sus gatos, tomando el té tranquilidad.

Se paro en medio de algún lugar y decidió comentar, sonriendo con diversión, algunas tonterías contra el príncipe y soltando un grito cuando sintió un repentino peso en su espalda, gritando quejas mientras luchaba contra Nezha, quien le gruñó insultos y amenazas.

No necesito buscar a Macaque porque este se presentó por sí sólo, divertido y con una sonrisa burlona, emergiendo justo después de hundir al dios en una sombra y dejarlo caer a un pozo de agua firmado por la lluvia de hace no mucho tiempo, riendo a carcajadas mientras el mono salía del agua, ignorando por completo los insultos y gruñidos que soltaba por el enojo, su risa solo en aumento cuando Wukong se sacudió como una especie de animal y su pelaje se infló.

Encontrar a MK se volvió el reto del juego, para su a absoluta sorpresa. Lo busco por todos los lugares pensables e impensable, llegando a tener que transformarse en águila y usar sus vista dorada pero sin encontrarlo por ninguna parte. Alertó a los demás, quienes se unieron a la búsqueda pero a pesar de ser más ojos y todo el esfuerzo, no lo encontraron.

Más allá de media noche se decidió por volver a su montaña, dispuesto a quizás descansar y pensar en donde más podría estar su desaparecido alumno, frunciendo el ceño con confusión cuando fue recibido por algunos de sus mono, quienes lo llamaban con entusiasmo.

-Hey, amigo...- lo tomó entre sus brazos, mostrando una suave y cariñosa sonrisa. -...¿Sucedió algo mientras no estaba?- el pequeño asintió, bajándose de un salto y corriendo hacia el resto de su grupo, el rey siguiéndolo a paso cansado. Una de las hembras se le acercó, acunando algo con uno de sus brazos, los ojos del mayor abriéndose con sorpresa. Ahí estaba MK, del tamaño de un osos de peluche, acurrucado y profundamente dormido en el hombro de la mona, al parecer murmurando algo entre dientes mientras se acomodaba, enterrando ligeramente su rostro en el pelaje blanco. -¿Estuvo aquí...todo el día?- la mona chillo, contestando que el sucesor había llegado en algún momento después del medio día, encogiéndose y decidiendo a esconderse entre ellos, durmiéndose en la noche después de llenar su pequeño estómago con algo de fruta que había en la casa. Wukong frunció el ceño pero no pudo evitar bufar, sin saber si sentirse molesto o no, inclinándose y tomando a su pequeño niño entre sus manos, sintiéndose algo extraño mientras lo acomodaba y apoyaba en su hombro, escuchándolo soltar un profundo ronquido antes de acomodarse, inconsciente de la preocupación que había provocado y de los problemas en los que estaba. Nada ni nadie lo iba a salvar del sermón que le iban a dar.