~Monkie Kid~ 2️⃣

Pequeño Tritón #2

Espero que les guste~

Wukong tenían una bañera en su pequeña casa que usaba cuando tenía ganas de darse un largo y relajante baño, una bañera que no dudo poner el tapón y llenarla todo lo posible sin que se desbordara, metiendo al pequeño tritón allí. El pequeño miró a su alrededor lleno de curiosidad, al parecer sin estar molesto por estar limitado, sus ojos fijándose en una botella que había allí, colorida y muy llamativa. Se estiró todo lo posible para agarrarlo, abriendo la tapa de alguna manera y olfateando con curiosidad, sonriendo ante el suave y rico olor que tenía lo que sea que tuviera esa botella en su interior.

-¿Donde está? Sé que lo guarde aquí- el mono gruñó entre dientes, rebuscando entre las cosas de su baño. Tenía algo para desinfectar heridas, siempre lo tenía, especialmente para sus monos más jóvenes y torpes que se lastimaban con mucha facilidad. -¡Te encontré!- sonrió, victorioso, agarrando la pequeña botella que había estado buscando. Se enderezó, volteándose a ver al intruso, abriendo los ojos con alarma al notar que él tenía entre sus pequeñas manos una botella de shampoo, el cual se estaba llevando a la boca con obvias intenciones de probarlo. -¡No!- se lanzó, logrando agarrar la botella, sacándola suavemente del agarre ajeno. -Esto huele muy bien pero no es nada rico, Kid- sonrió con nerviosismo ante el puchero en el rostro del niño. Dejó la botella lejos del alcance del menor y se dispuso a desinfectar la herida del intruso, quien se retorcido y siseo casi como un gato pero no intento huir o morder, así que el rey lo tomaría como una victoria. No podía ponerle vendas, no si siempre se mantenía en el agua, así que espero que estar seguro y a salvo en una bañera con agua de canilla evitará cualquier tipo de bacteria o infección. Lo vigilará por si las dudas. Cuando terminó, dejó las cosas a un lado, ignorando lo mojado que haría tenía las mangas y las manos.

Alzo la vista, dispuesto a hablar, aunque se callo al instante en el que sintió pequeñas y mojadas manos en sus mejillas. Parpadeo, sorprendido, el niño estaba estirado y mirándolo con curiosidad infantil, sus manos palpando las mejillas del mono, moviéndose para poder enredar sus mojados dedos en el pareja ajeno. El mono parpadeo, estaba siendo inspeccionado por un tritón lleno de curiosidad.

-Eso es mi pelaje. Es como tu cabello pero yo lo tengo por todo el cuerpo. Es genial, ¿no?- no le gustaba el silencio, así que se permitió divagar un poco, cruzando sus brazos en el borde de la bañera e inclinándose, dejando que el niño explorará. No le importaban las manos mojas, iba a oler a mono mojado luego pero eso se podía solucionar con una buena ducha. Los pequeños dedos del niño llegaron a las orejas ajenas, parpadeando con sorpresa cuando el mono movió ligeramente las orejas. -Y esas son mis orejas, las necesito para escuchar- soltó un quejido ahogado cuando unos pequeños dedos de repente empujaron sus labios. Fue brusco y torpe, insistente también. El mayor se quejo, tomando suavemente las manos ajenas, alejándolas de su boca. Entendió el mensaje. -Tranquilo, tranquilo...- abrió la boca obedientemente, mostrando sus dientes y colmillos. La cerró después de unos segundos, divertido al ver el sombrío en el rostro del niño. -Se ven bien, ¿no?- sonrió enormemente, mostrando sus colmillos, recibiendo un asentimiento entusiasta como respuesta.

El niño se señaló a sí mismo con emoción y abrió la boca. Tenía dientes, por supuesto que los tenía, pero también tenía colmillos, unos más pequeños y de aspecto filoso.

-Ambos tenemos colmillos...- sonrió ligeramente, viendo la sonrisa que se dibujo en el rostro ajeno. Se veía feliz y era adorable, no había manera de negarlo. Mantuvo el contacto visual y movió ligeramente sus orejas, el niño imitando su gesto y moviendo ligeramente las extrañas aletas rojizas que tenía a cada lado de su rostro. El momento fue interrumpido por el sonido de un estómago reclamando comida. -No tengo idea de que comes- Wukong sabía que debía darle de comer al niño, iba a hacerlo, pero no tenía ni idea de qué podía comer. -Eres del agua, así que supongo to que debes comer algo como algas o algo así- el tritón asintió y luego frunció los labios, un extraño gesto que al mayor le pareció muy familiar. -¿Pescado?- enarco una cena, tarareando al verlo asentir, ya sacando uno de sus mechones de pelaje. Mandó a un clon a comprar, no tenía ganas de ir a la ciudad, para eso estaban los clones.

No mucho después, Wukong vio con cierto asombro como el pequeño tritón le daba una mordida al pescado crudo, arrancando un trozo con facilidad, masticando con una sonrisa. Era raro y sorprendente, no había esperado que el niño comiera así.

-¿Esta rico?- el menor asintió con ánimo, dándole otra mordida al pez, al parecer sin importarle las espinas. -¿Quieres probar uno de esto?- mostró un pequeño paquetes de algas, usualmente eran para el sushi pero supuso que era lo mejor que se podía conseguir. Lo abrió y lo extendió, el menor agarrando una de  las algas, luciendo confundido. Parecía un papel, uno muy raro y verde. El menor lo olio y se lo llevó a la boca, masticando con expresión pensativa, sonriendo después de tragar. -¿Es bueno?- el tritón asintió, agarrando otra de las algas y extendiéndola hacía el mono, quien parpadeo. El dios aceptó después de un poco de duda, eso en serio no se veía apetecible pero se decidió a probar, dándole una mordida. Mastico lentamente, haciendo una mueca, la textura no era nada buena. -Se me pego al paladar...- bufo entre dientes, luchando para sacar aquella cosa de su paladar. Noto con diversión como el niño se reía, aunque sólo ligeros y roncos sonidos salieron de su boca. Exagero un poco solo para poder hacerlo reír un poco mas y mientras lo escuchaba, ya estaba repasando en su mente algo que pudiera ayudar con la garganta del niño. Tenía mucha curiosidad de escuchar su voz.