~Monkie Kid~ 2️⃣

Cambios de Cuerpo #2

Para los que pidieron otra parte ^_^

Espero que les guste~

Macaque camino a grandes pasos, las personas moviéndose fuera de su camino ante sus ceño fruncido y su aura de enojo puro. Estaba absolutamente furioso y no lucho por ocultarlo, dejando que se notara a simple vista, era más fácil asustar a cualquiera.

-¡MK!- gruño ante la voz familiar, viendo a la chica de gran sonrisa acercarse. 

-Estoy ocupado- gruño sin hacer el amague de detenerse, notando de reojo como ella se detenía en seco y lo miraba con los ojos bien abiertos, obviamente sorprendida. Macaque simplemente siguió, ya luego el chico se ocuparía de hablar con ella. Llego a su destino y allí lo vio, el tonto demonio que había causado todo el problema. Gruño, acercándose rápidamente y sacando el bastón en el proceso, sin saber si se veía realmente aterrado como se vería con su cara pero sintiéndose satisfecho cuando el demonio sudo al verlo, luciendo horrorizado. -Tu...- lo apunto con el bastón, una sonrisa dibujándose al notar como el demonio tragaba en seco y temblaba de miedo. -...es hora de que arregles lo que hiciste-

... ... ... ...

MK decidió meditar porque mantener mantener las orejas ocultas y evitar que el ruido sea abrumado era difícil si no se concentraba, se preguntaba como el mono podía vivir así durante tanto tiempo. Tendría que conseguirle un buen par de orejeras con cancelación de ruido para que pudiera tener algún tipo de descanso. Así que se sentó de piernas cruzadas en el suelo de su departamento, agradecido de haber limpiado un poco antes, cerro los ojos y respiro profundo, recordando algo de su entrenamiento y concentrándose en mantener el control de los poderes ajenos. Justo cuando empezó a sentirse tranquilo y enfocado, escucho una voz muy familiar.

-¡Macaque! Me imagine que estarías aquí- era Monkie King y MK no necesitaba abrir los ojos, podía sentirlo parado no muy lejos, mirándolo fijamente.

-No le prestes atención, no le prestes atención...- pensó, manteniendo los ojos cerrados y una respiración constante, la punta de su cola moviéndose. Debía resistir, su hora del cuento estaba en peligro, no podía hacer ninguna tonteria que avergonzara a Macaque.

-¿Me estas ignorando, "mono emo"?- Wukong se cruzo de brazos, golpeando ligeramente el suelo con uno de sus pies, frunciendo el ceño ante la falta de respuesta. -¡Macaque! ¡Macaque!- empezó a repetir el nombre ajeno, cada vez más fuerte y molesto por la falta de respuesta.

-¡Lo siento mucho, Monkie King!- pensó, sollozando internamente, manteniéndose físicamente quieto y tranquilo. Su hora del cuento, estaba haciendo eso por su hora del cuento.