¡Vete!

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Espero que les guste~

Nota: ¿Cómo creen que reaccionaria Wukong al saber que su estudiante también tiene un mechón blanco?

Estaban en hora pico, con el restaurante lleno de clientes y múltiples pedidos. Así que MK estaba atrapado en lugar, tomando pedidos con rapidez y algo de torpeza, algo mareado en cierto punto. Estaba lavando algunos de los platos ya desocupados cuando escucho una voz que reclamaba servicio. Dejo lo que estaba limpio a un lado para que se secara y se quito los guantes, saliendo de la cocina.

-¡Hola y bienvenidos a Pigsy's!- sonrió sin levantar la vista, buscando en sus bolsillos la libreta y la lapicera que estaba ocupando para anotar las ordenes. -¿Que puedo servir...le?- su voz murió al instante en el que levanto la vista y vio quien era el cliente mas reciente. Era un hombre de aspecto simple y cabello bien peinado, con arrugas leves pero visibles por la edad, apoyado de brazos cruzados sobre la barra y mirándolo fijamente.

-Hola, Qi Xiaotian- saludo con una pequeña sonrisa, MK tensándose en su lugar.

-Tu...- y a pesar de los años que pasaron, aun podía recordar aquel mismo rostro contorsionado por la ira que le gritaba insultos y muchas cosas mas, con el puño levantado, a veces incluso sosteniendo una botella de vidrio. Puede recordar ser un niño asustado por aquel hombre, un niño que corría para esconderse y dormía bajo la cama solo porque ahí era el único lugar en el que se sentía seguro dentro de aquella casa. -¿Que haces aquí?- frunció el ceño, acercándose un par de pasos para no llamar mucho la atención, lo que menos quiere es estropear el horario de trabajo.

-Vine a verte...- lo dice como si fuera obvio. -...pensé que podríamos irnos a algún lado tranquilo y hablar- su sonrisa se agranda y eso al menor no le gusta.

-No- sale mas brusco de lo esperado, negando rápidamente. -No quiero ir a ningún lado contigo, tampoco quiero hablar contigo- lo único que quiere ese que ese hombre vuelva a donde sea que estuviera y no volviera a mostrar su cara por allí.

-Qi Xiaotian...- se estremece ante el tono lleno de tensión y enojo apenas reprimido con el aquel hombre pronuncia su nombre. Tiembla y se siente patético porque a pesar de que pasaron los años, a pesar de que ahora él tiene poderes y es diferente, aun tiene miedo ante el tono de voz ajeno. -...no fue una sugerencia, fue una orden- hay algo frio en su mirada, algo que casi parece prometer serias consecuencias si no obedece.

-No- repite, ignorando el miedo que lo inunda y como sus manos tiemblan. -N-No debo obedecerte, no tengo que hacerlo- trago en seco. -Tu debes irte- no quiere verlo, ya no.

-Escúchame, mocoso...- el hombre esta visiblemente furioso, apoyando una de sus manos en la mesada para inclinarse y extender su mano libre, MK retrocediendo ante la obvia intención de agarrarlo.

-V-Vete- quiere que se valla y no vuelve mas.

-Dijo que te vallas- se sobresalta ante la voz de Pigsy y lo miro de reojo con sorpresa. El demonio tiene el ceño fruncido y los puños apretados, luciendo listo para echar a patadas al hombre si fuera necesario. -Lárgate...ahora- es una orden, su tono firme y frio sin dar opciones de desobedecer.

-Mocoso malcriado...- bufo, levantándose de mala gana al darse cuenta que no va ganar. -...hablaremos- mira fijamente al menor, quien tiembla ligeramente, les da la espalda y se aleja a paso rápido, saliendo rápidamente del lugar. MK jadea, toda la tensión en su cuerpo desapareciendo apenas ya no lo puede ver, arrodillándose lentamente al sentir sus piernas temblar.

-Hey, chico...- el demonio llama, preocupado, apoyando suavemente su mano en la nuca ajena y dejando ahí su mano al sentir como el menor se apoya en el toque. -...¿quieres ir arriba y descansar?- ofrece sin pensar. Esta preocupado y tiene curiosidad pero no va a interrogar al menor ahora, no cuando parece tan sacudido.

-...n-necesitas mi ayuda- murmura, sintiendo un nudo en su garganta. Se escucha que alguien mas entra y Pigsy levanta la vista, sonriendo y volviendo a mirar al menor.

-Obligare al tonto de Tang a cumplir con tu turno, no te preocupes- MK suelta una risa algo rota, sabiendo que su jefe obligaría a su amigo a trabajar si era necesario.

-...esta bien...- acepta. Recostarse en su cama y descansar un poco suena bien, sintiéndose repentinamente cansado. -...lo siento mucho, Pigsy...-  se siente apenado y un poco avergonzado por toda la situación.

-No te disculpes, chico- no duda en negar, sonriendo ligeramente. -Hablaremos después, si quieres...- ayuda al menor a pararse, dándole un rápido y suave abrazo. -...pero ahora, ve y descansa- MK se aferra ligeramente al mayor por un segundo y luego lo suelta, caminando con pasos temblorosos y rápidos para ir a la escalera que lo lleva a su departamento arriba. Se recuesta, apenas recordando sacarse los zapatos, enterrando su rostro en la almohada y dejando escapar un fuerte grito, amortiguado por la tela y la suave superficie. Las lagrimas salen sin su consentimiento y muy pronto, esta llorando. Se siente avergonzado y patético por temerle, se siente estúpido por temblar, se siente tonto por llorar pero ya no puede detenerse. Verle la cara nuevamente trae a su mente recuerdos que había sepultado en lo mas profundo para no volver a ver, recuerdos que solo traen dolor y tristeza.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora