~Monkie Kid~ 2️⃣

Fusión #4

Espero que les guste~

-MK...- Macaque no tenía ni idea de que hacer en esos momentos, viendo al angustiado chico acurrucado, sus hombros temblando por culpa de su llanto ahogado por sus propias manos. Se acercó un par de pasos, dudoso, sentándose junto al menor después de unos segundos de duda, rosando ligeramente su espalda con su cola.

-L-Lo siento...- MK no podía contenerse. Se sentía extrañamente inestable, triste y melancólico, con los pensamientos negativos resonando en su cabeza y siendo más ruidosos de lo habitual.

-No necesitas disculparte- fue rápido en negar, rodeando los hombros ajenos con su brazo, acercándolo a su costado. -¿Puedo hacer algo para ayudar?- se sentía inútil en estos momentos, una sensación que odiaba.

-N-No sé- el mortal sólo sollozo, acurrucándose, sintiéndose mal por molestar al motor. Macaque rebano su cerebro en buscar de respuestas, cuando un recuerdo en particular se le vino a la mente, uno de aquellos años mucho antes de la pelea con el dios.

Wukong y Macaque estaban en su nido, uno roncando ruidosamente y el otro con los ojos fijos en el techo del lugar en donde vivan por el momento. Se sentía extraño, solitario y triste de alguna manera, y no podía dormir sin importar lo mucho que lo intentara o lo cansado que se sintiera. Respiro profundo y dejo escapar un largo suspiro, solo quería dormir.

-Hey...- se volteo ante la voz, viendo que su contraparte se había volteado a verlo, bostezando ampliamente. -...¿todo bien?-

-...no puedo dormir...- admitió con una mueca, no había podido dormir muy bien en días y eso era molesto, incluso si no lo necesitaba realmente, dormir era un hábito placentero.

-Oh...- el de pelaje claro quedó pensativo por unos segundos, extendiendo su mano para la sorpresa de su acompañante.

-No voy a fusionarme contigo- fue rápido en negar, reconociendo el gesto ajeno con facilidad.

-Vamos...- sonrió. -...te ayudará a dormir y lo sabes- Macaque hizo una mueca, eso era cierto, sus periodos de insomnio a veces se solucionaban con una fusión pero no quería ser dependiente de eso. -Deja de pensar tanto y dame su mano, tonto- bufo pero decidió aceptar por esta vez, agarrando la mano ajena, dejándose llevar por aquella sensación tan familiar. La fusión se acomodo en el nido, con sólo un par de los ojos dorados abiertos y atentos, con ambas colas entrelazadas entre sí. Macaque se permitió acurrucarse en el interior de aquella mente, confortado por la presencia ajena y la sensación de tranquilidad que le transmitía. No quería ser dependiente pero estar juntos de esa manera era una de las mejores cosas.

-Oh...- parpadeo ante el recuerdo algo sorprendido al decir verdad, no pensaba mucho en los años antes de la pelea. -Ven aquí, Kid- abrazo al menor, rodeándolo con sus brazos y cola, sintiéndolo apoyarse en su hombro con facilidad.

-N-No quiero fusionarme contigo...- MK sollozo, sintiendo las intenciones del mayor. -...no cuando p-puedo molestarte- la fusión era más que compartir mente, cuerpo y poderes, era compartir sentimientos e incluso recuerdos a veces. Así que si, el chico se sentía mal, y lo que menos quería era molestar a su amigo con sus pensamientos y sentimientos negativos, eso no podía ser bueno para nadie.

-No me importa...- afianzó su agarre. -...me hiciste sentir querido y cálido...- fusionarse con el menor era ser invadido por aquellas sensaciones llenas de cariño y hasta diversión a veces. Esta vez sería diferente, por supuesto que lo sería, pero eso no le importaba al mono. -...ahora déjame hacerlo por ti...- se separó apenas para poder apoyar su frente contra la ajena, escuchándolo sollozar. Quería que el chico se sintiera querido y reconfortado. -...déjame ayudarte, MK- ignoro por completo como aquello sonó como una suplica.

-¿Te separaras si soy demasiado?- murmuró con pena, aferrándose a la ropa de tonos oscuros que el mono siempre usaba.

-Por supuesto- evitaría hacerlo a menos que fuera demasiado abrumador para cualquiera de los dos. MK sollozo, dejándose llevar por aquella sensación familiar, ambos fundiéndose en un solo ser con un destello de luz. La fusión parpadeo, el par de ojos oscuros manteniéndose cerrados, mientras que los dorados estaban abiertos y atentos. MK sólo se acurrucó en lo más profundo de aquella mente, todos los sentimientos y pensamiento negativos siendo lentamente ahogados por la preocupación y el cariño genuino que Macaque transmitió sin dudar.

-Estaremos bien, Kid...- murmuró suavemente, levantándose de donde habían estado sentados. -...estamos juntos ahora- y justo entonces, escucho pasos acercándose.

-¡MK!- la puerta del departamento se abrió, Pigsy entrando con el ceño fruncido. -¡Más te vale que ya estés cambiado o sino...!- se callo al instante en el que sus ojos se fijaron en la fusión, parpadeando lentamente y con sorpresa. -Oh...- se rasco la nuca. -¿Les importaría separarse para que yo pueda recuperar a mi único empleado?- se cruzó de brazos.

-No- la fusión se cruzó de brazos, mirando fijamente al demonio más pequeño, como si lo estuviera desafiando con la mirada. El cerdo gruñó, abriendo la boca para reclamar pero se detuvo en seco, notando que los ojos oscuros ajenos estaban cerrados. Eso era raro, aunque pudo suponer a que se debía.

-MK no se siente muy bien hoy, ¿no?- relajo su expresión y su postura, preocupado por el menor. Lo había visto actuar extraño la noche anterior pero a pesar de todo sus intentos, MK no le dijo nada más que un entusiasta "¡estoy bien!" antes de correr escaleras arriba para ir a su departamento.

-No...- negaron rápidamente, luciendo ligeramente más relajados que antes. -...pero Macaque esta ayudando- informó después de pensarlo unos segundos.

-Bien...- dejó escapar un largo suspiro, cansado de repente. Estaba preocupado pero esperaba que el mono de las sombras pudiera ayudar al menor de alguna forma. -...ven conmigo si quieren comer algo, les cocinarse lo que quieran- porque cocinar y poder dar comida reconfortante era lo mejor que sabía hacer. Pigsy sonrió cuando la fusión asintió con una pequeña sonrisa y se fue, cerrando la puerta tras de si antes de bajar para ocuparse de su restaurante. La fusión tarareo, moviendo su larga cola lentamente, una sombra formándose bajo sus pies. Se hundieron en la oscuridad, dispuestos a buscar un lugar más tranquilo para estar.