Roba Voces #2

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Espero que les guste~

Nota: Mi primer idea era hacer un fantasma vengativo pero a medida que escribía, eso cambió y así es como quedó xD

Nota-2: Yo leo sus mensajes, mi gente. Los leo pero no esperen que este disponible todo el tiempo para contestar, así que en ese sentido tengan paciencia porque contestaré cuando pueda y tenga tiempo

Con un poco de investigación en Internet gracias a la siempre lista Mei, descubrieron que Pigsy no había sido la única víctima. Había reclamos en las páginas sociales de como habían perdido sus voces repentinamente, aclarando que sin dolor o irritación en sus gargantas, y de como nada de lo que hicieran pareciera ayudar, todos apuntando hacia el mismo karaoke y diciendo que allí había algo raro, sospechoso de alguna manera.

Así que ambos se decidieron por ir al mismo karaoke del que todos se quejaban, dispuestos a revisar y conseguir alguna pista de alguna manera, aunque no pudieron evitar distraerse por la alegría del lugar, llegando a subirse al pequeño escenario allí presente y cantando un dúo, sus risas cortando la canciones de vez en cuando. Se bajaron, sentándose en uno de las mesas de allí, tomando a grandes tragos el basó de agua que tenían y acomodándose para esperar su comida, olvidándose momentáneamente de su objetivo principal y disfrutando del hombre con voz agradable que estaba cantando en esos momento. El lugar era pequeño, colorido y bien iluminado, los clientes presentes haciendo que el ambiente sea agradable y divertido.

MK levanto la vista, mirando a su alrededor con ojos curiosos pero sin encontrar nada sospechoso, notando como felicitaban a aquel hombre que acaba de bajarse del escenario y como un grupo empujaba a su amiga, animando la a cantar. Tarareo, entendiendo porque su jefe adoraba tanto aquel pequeño lugar bien decorado e iluminado, cómodo con el ambiente lleno de felicidad y diversión. Es entonces cuando un suave tarareo llamó su atención, su extraño y espectral eco logrando que un escalofríos recorrerá su espalda, viendo a la responsable parada al lado de la máquina de karaoke. Era pequeña, una niña para su sorpresa, con su cabello corto apenas rozando sus hombros, pálida y con los ojos claros fijos en aquel hombre que había cantado, avanzando hacia él a paso lento, sus zapatos negros sin siquiera hacer un sonido y los bordes de su vestido blanco ondeando suavemente. Nadie allí parecía notará siquiera.

-¿Qué está...?- observó, con asombro, como ella pasaba a través del cuerpo del hombre, quien se estremeció y tosió, una pequeña esfera brillante formándose entre las pequeñas manos de la niña mientras se alejaba. La pequeña miró la esfera, llevándola a su propio pecho, como si la estuviera guardando en sí interior, volviendo a tararear mientras se acercaba a la puerta principal del local. Y lo siguiente sucedió casi en cámara lenta, los ojos claros encontrándose con los oscuros, su visión dorada activándose por puro instinto y notando entonces las múltiples esferas brillantes que ella escondía dentro de su pequeño cuerpo. La niña parpadeo, retrocediendo al darse cuenta que él podía verla claramente, acunando sus manos contra su pecho y con un destello brillando en sus ojos claros antes de desviar la vista para salir del pequeño lugar rápidamente.

-¡E-Espera!- se levantó, casi tropezando, y corriendo tras ella antes de pensarlo, escuchando los gritos de Mei detrás suyo pero estaba más concentrado en no perderla de vista, sorprendido de encontrarse de repente en las rejas que formaban la puerta del cementerio de la ciudad. Hizo una mueca, retrocediendo con miedo, el cementerio estaba apenas iluminado y daba escalofríos en la noche, lo que solo empeorando por el suave viento que movía los pocos árboles presentes y provocaban ligeros crujidos. Se dio media vuelta, dispuesto a alejarse de aquel lugar lo más rápido posible, tensándose cuando una suave tonada se empezó a escuchar. Era la misma voz femenina que había llamado su atención en el karaoke, la voz de ella tarareando una melodía sin letra pero con un suave y bonito ritmo, aunque resonaba ligeramente y eso traía escalofríos al pobre sucesor. -No quiero entrar...- sollozo para si mismo, sacando su fiel bastón y apretándolo entre sus manos mientras miraba la entrada al cementerio, respirando profundo para armarse de valor y avanzando con pasos temblorosos, soltando un grito cuando el portón de la entrada se cerró tras suyo, dejándolo sin salida y sin más opción que avanzar, temblando de pies a cabeza, siguiendo lo mejor posible el tarareo. La encuentra de unos agonizantes segundos, dándole la espalda y arrodillada frente a una tumba al parecer, su tonada volviéndose cada vez más suaves mientras él se acercaba a paso lento y cuidadoso, apretando su fiel bastón entre sus manos, preparado para cualquier ataque pero ella no se movió, se quedó allí, quieta y sin mirarlo.

-¿Hola?- llamo, tentativo y temeroso, temblando cuando ella dejó de tararear de golpe.

-...hola...- habló, un eco fantasmal en su tono de voz lleno de cansancio y tranquilidad. Él trago, acercándose un poco más, la lápida llamando su atención. Había un nombre allí, uno algo borroso por los años y la falta de cuidado adecuado, con floreros viejos y flores marchitas.

-¿Quién era?- preguntó, bajando ligeramente la guardia, sintiendo la tristeza que emanaba de ella.

-...era yo...hace mucho tiempo...- contestó suavemente, alzando una de sus pequeñas manos para acariciar la áspera superficie. Ella levantó la vista para mirarlo, él sintiendo que estremecía ante las lágrimas que corrían por sus pidas mejillas. -...solo quiero a mi mamá...- sollozo, bajando la vista y abrazándose a sí misma, la ola de tristeza que emanaba de su cuerpo golpeando al chico, quien se contuvo con toda sus fuerzas para no llorar.

-Oye...- guardo su bastón, arrodillándose a su lado pero sin llegar a tocarla, su corazón rompiéndose ante su llanto silencioso. Era solo una niña, una pérdida y que buscaba a su mamá. -...¿Sabes donde esta?- se mordió el labio inferior al verla negar, mirando la lápida de aquella tumba, notando con cierta dificultad un nombre. -..."Lily"...- leyó, sobresaltándose cuando ella levantó la cabeza de repente.

-...Lily...- sonaba asombrada y emocionada, sus dedos rozando el nombre borroso escrito en la lápida. -Ese...es mi nombre...- jadeo, una lenta y temblorosa sonrisa dibujándose en su rostro, lágrimas corriendo por sus mejillas. -Mi nombre es Lily- rio, sonando alegre y aliviada.

-Bueno, Lily...- sonrió ligeramente, llamado su atención. -...soy MK- extendió su mano hacia ella, quien soltó una carcajada y aceptó el agarre. Su toque era tan frío como lo esperaba pero la gran sonrisa que ella tenía lo ayudaba a ignorar ese pequeño detalle.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora