¡Ven Aquí!

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Espero que les guste~

Wukong adoraba arreglar el pelaje de sus pequeños monos blancos, había algo relajante en ese preciso momento que lo hacía sentir cálido y feliz, sensaciones que solo aumentaba al escuchar sus felices chillidos y sus charlas animadas. Amaba ese momento porque significaba unión, era una forma de demostrar cariño entre ellos y es por eso que no dudo en arrastrar a MK al pequeño proceso.

Fue de repente y sin avisar, con el dios yendo directamente a la ciudad y básicamente raptando a su sucesor, subiéndolo a su nube e ignorando los reclamos de todos los presentes que ordenaban que soltara al chico. Se lo llevó sin pedir permiso y sin dar explicaciones, yendo directo a su montaña y a donde estaban sus monos. Ya los había arreglado a todos ellos, todos luciendo limpios y contentos, solo le faltaba el chico.

-¿Monkie King?- MK esta confundido pero se dejó guiar sin mucho problema, confiando en su maestro. Se sentó, cruzando las piernas y agarrando su bandana cuando el mono la desató, sobresaltándose al sentir las manos ajenas repentinamente en su cabello, desenredando los mechones castaños con tranquilidad. No entendía nada de lo que estaba sucediendo pero podía escuchar a su maestro tararear con alegría, así que cerró los ojos y lo dejó hacer lo que se que estuviera haciendo. Wukong estaba totalmente feliz de agregar a su alumno al proceso, incluso si no lo entendía o no participaba activamente.

Agregar a Macaque al proceso no fue algo que realmente pensó. Fue solo un instinto que surgió de su interior al ver el estado revuelto del pelaje negro, sus dedos picando por la repentina necesidad de arreglar ese desastre.

-Me estas mirando raro- Macaque frunció el ceño ante la mirada fija del dios.

-Tu pelaje esta feo- fue sincero, levantándose de donde estaba, moviendo lentamente la cola.

-Eso no es tu problema- bufo ante el comentario, retrocediendo un paso al darse cuenta que Wukong parecía estar preparándose para saltar o atacar. -Ni se te ocurra- entrecerró los ojos.

-¡Déjame arreglarlo!- salto, el de pelaje negro esquivándolo rápidamente y empezando a correr, el dios siguiéndolo de cerca.

-¡Aléjate de mi, loco!- gruñó, aunque la extraña escena le traía recuerdos que había reprimido en el fondo de su mente. Wukong siempre había sido un desastre y el irresponsable pero quien básicamente lo obligaba a arreglar su pelaje, sin importar las quejas o la lucha.

-¡Ven aquí!- lo tacleo, logrando al fin rodearlo con los brazos. Uso algunos clones para mantener al mono de las obras quietos y empezó a arreglar el pelaje negro, algo molesto por el desastre de nudos que era.

-En serio estas loco...- Macaque ni siquiera lucho, sabiendo que no tenía sentido a estas alturas.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora