Sobre Ruedas

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Espero que les guste~

Era un día tranquilo, uno en el que Nezha decidió simplemente tomar las cosas con calma y sentarse a leer uno de los tantos libros que Tang le había prestado. Era extraño leer por gusto y por diversión pero las historias que los mortales escribieron eran llamativas y muy entretenidas.

-¿Nezha?- levantó la vista ante la voz, sonriendo ligeramente hacia el chico que asomaba la cabeza por la puerta del departamento. -¿Estas ocupado?- se escucha indeciso, sin entrar del todo aún.

-Hola MK- saludo, ya colocando un marcador de lectura con dibujos y forma de gato en la parte de arriba en la página en la que estaba leyendo, cerrando el libro y dejándolo a un lado. -Estoy libre, ¿necesitas algo?- preguntó, haciendo un gesto para que el menor se acerca. El chico sonrió y entró, cerrando la puerta con torpeza y con un pie porque sus manos estaban ocupadas sosteniendo una gran caja.

-Te traje algo- se acercó rápidamente, notablemente alegre, sentándose en la cama y dejando la caja a su lado, haciendo un gesto para que su amigo se acercara.

-¿Que es eso?- se levantó de dónde estaba para sentarse en la cama, mirando la caja con curiosidad.

-Un regalo~- empujo el paquete hacía el mayor, quien solo pudo parpadear ligeramente. -Vamos, la sorpresa es lo que está adentro- rio ligeramente al ver que el otro no reaccionaba. -Ábrelo~- dio pequeños saltos de emoción, algo impaciente.

-Esta bien...- confiaba en el chico, así abrió la caja sin dudar, parpadeando con confusión ante lo que había dentro. Parecían unas botas muy raras, muy coloridas, con cordones hasta igual de coloridos y cuatro ruedas de color negro. -¿Que es?- no tenía idea de que eran esas cosas.

-¡Son patines!- su sonrisa se agrando, su emoción en aumento. -Yo mismo los decore...- ahora se veía algo avergonzado y nervioso. -...aunque creo que me pase con los colores...- Nezha rozó los coloridos decorados con los dedos, sonriendo ligeramente ante el detalle.

-Me gustan...- aseguró rápidamente, contento cuando la gran sonrisa volvió rápidamente al rostro ajeno. Eran demasiado coloridos para su gusto pero sabiendo que su amigo se había tomado el tiempo y el esfuerzo para hacerle un regalo así, se dio cuenta de que los colores  le gustaban. -...pero aún no entiendo su propósito-

-Son para divertirse~- rio ligeramente. -¿Recuerdas esos anillos con los que flotabas?- el mayor asintió, algo removiéndose en lo profundo de su interior pero sin demostrarlo. Extraña sus cosas. -Pues son algo parecido pero para rodar en tierra...- se removió, ligeramente nervioso al notar que el mayor no decía nada y simplemente miraba los patines con expresión en blanco. -...supuse que te gustaría sentir algo familiar...- mas silencio. -...si no te gustan, puedes decirlo. No me ofenderte ni nada...- estaba nervioso y ansioso, temblando ligeramente con algo de anticipación. Su intensión era hacer sentir mejor a su amigo, darle algo nuevo para que probará y si tuviera suerte, de que le gustara.

-Quiero probarlos- dijo de repente, decidido, el menor sobresaltándose ligeramente.

-¿E-En serio?- parpadeo, sorprendido ante eso. -¡Genial!- se levantó, dando pequeños saltos de emoción. -¡Te van a encantar, estoy seguro de ello!- Nezha sonrió con cariño ante el regalo, algo cálido creciendo en su pecho y expandiéndose por todo su cuerpo rápidamente. MK era uno de sus apoyos desde que lo había perdido todo, siempre sonriendo y dispuesto a enseñarle todo lo que no entendía.

-¿Me acompañarías?- preguntó después de pensarlo un poco.

-¡Por supuesto que si!- chillo, corriendo para rebuscar entre sus cosas, mostrando una patineta de ruedas rojas, con el logo de Monkie Kid dibujado en la parte de abajo luciendo algo rayado por el uso y descolorido por los años. -Hay u parque no muy lejos de aquí, podemos ir allí- dio pequeños saltos hacia la puerta, el mayor sonriendo con cariño ante la obvia emoción ajena. Tomó los patines y se levantó, siguiendo al emocionado sucesor, escuchándolo divagar sobre el parque y los trucos que podía hacer, incluso hablando de trucos que el mismo Nezha podría hacer.

Nezha descubrió que le gustaban. No era como cuando se movía ágilmente con sus anillos pero aquellos patines le traían una sensación familiar de libertad, con el viendo soplando en su rostro mientras se movía tan rápido como las ruedas le permitían, viendo de reojo al sonriente de MK que le seguía el paso con su patineta.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora