El Par

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Me estoy poniendo al día con las peticiones, tengo unas cuantas pendientes xD

Espero que les guste~

Petición de: Kiwi_uu

Hay dos pequeños demonios-mono peleando justo afuera de la casa del dios, ambos revolcándose en el suelo y gruñéndose entre ellos, llegando a dar fuertes tirones al pelaje del otro. Ambos son pequeños, uno de ellos con el pelaje negro y el otros de pelaje castaño oscuro, ambos de ojos dorados y vestidos con ropa simple, la cual ya esta algo rota y sucia por su pelea.

-¡Dejen de pelear!- MK estaba desesperado en este punto, indeciso de cómo separar al par que estaba peleando. Habían estado en paz...hasta que de alguna manera empezaron a tirarse frutas entre si, la extraña pelea de comida volviéndose una pelea a golpes antes de que el pobre humano que los esta cuidando pudiera reaccionar. -Oh cielos, oh cielos, oh cielos...- mira a su alrededor, buscando una señal que se supone que debe hacer en esos momentos, hasta que una idea repentina se le viene a la mente. Corre hacia dentro de la casa de su maestro, la cual esta algo desastrosa por la pelea entre el par, yendo directo a la cocina para poder agarrar un pote de gelatina con sabor a mango y un durazno, volviendo rápidamente afuera. -¡Hora de la merienda!- chillo y como si fuera magia, ambos se detuvieron en seco, volteando apenas la mirada para verlo, los ojos dorados brillando ante lo que le humano tiene.

-¡Dame!- se lanzaron sobre MK, quien apenas logro soltar un extraño grito ahogado antes de que ambos chocaran contra su cuerpo, haciéndolo caer de espalda al suelo. Se quejo, haciendo una mueca, notando de reojo como el par de monos ahora estaban sentados, cada quien comiendo su bocadillos.

-Quiero dormir...- sollozo internamente, estaba cansado, había estado horas cuidando de ellos y esforzándose en evitar que se mataran. Dejo escapar un largo suspiro, permitiéndose cerrar los ojos por un rato, en serio esperaba que sus amigos pudieran encontrar una solución antes de que ambos mono decidieran arrancarse los ojos o algo peor.

-Oye...- abrió los ojos rápidamente ante el llamado, notando entonces que Macaque estaba prado a su lado, mirándolo fijamente. -...solo quería asegurarme que estés vivo- sonrió, luciendo divertido ante el cansancio del mortal.

-...estoy vivo...- se sentó, estirando sus brazos por encima de su cabeza, sintiendo algo de la tensión en su cuerpo desvanecerse y abriendo ligeramente la boca para dejar escapar un amplio bostezo. -¿Donde esta Mini-King?- miro a su alrededor al no ver la pequeña versión de su maestro.

-Trepando los arboles para buscar mas duraznos, es un angurriento- bufo, rodando ligeramente los ojos, Wukong era un barril sin fondo que solo parecía adorar los duraznos. MK no pudo evitar verlo con una expresión cariñosa, esos dos eran traviesos y demasiado peleoneros pero eran adorables en sus pequeñas formas. -Deja de mirarme- frunció el ceño ante la mirada fija ajena.

-Lo siento~- sonrió y extendió su mano antes de pensarlo, logrando colorarla bajo el mentón del mono de pelaje oscuro, quien abrió la boca con el ceño fruncido para reclamar o quizás morderlo pero se quedo callado al instante en el que sintió los dedos del mortal rascando un punto especifico bajo su barbilla, un gesto que hizo que cerrara los ojos y se apoyara en el toque con un pequeño murmullo, su cola moviéndose con gusto. -¡Funciono!- chillo internamente, ese gesto siempre funcionaba con los pequeños monos que Wukong cuidaba, parecían adorar que les rascaran bajo la barbilla, aunque no espero que eso funcionara con alguien tan frio y distante como Macaque. Se detuvo a los pocos segundos, sin querer que le arrancaran un dedo, sin poder alejar su mano por las manos ajenas que agarraban su muñeca. El mono parpadeo lentamente, fijando su vista en el humano.

-No te dije que podías detenerte- gruño, luciendo molesto.

-Lo siento, lo siento- no dudo en volver a hacerlo, sonriendo con cariño al notar como el pequeño se apoyaba en su toque, un distante y casi imperceptible ronroneo empezándose a escuchar. En serio era adorable.

-¡Oye!- Wukong se les acerco a grandes pasos, metiéndose el durazno que tenia en su mano en la boca y tragando después de masticar rápidamente. -¡Yo también quiero!- demando con un puchero. MK sonrió y no dudo en rascar bajo la barbilla del dios, sonriendo cuando este también se apoyo en el toque rápidamente, ronroneando mas sonoramente que su contraparte.

-Se me cansan los brazos- pensó con una mueca interna, aunque supuso que podía aguantar por un rato, en especial si eso significaba que el par estaría tranquilo por un rato aunque sea.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora