Roba Voces

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Espero que les guste~

Nota: Recuerdo que alguien me comento una idea así pero no me acuerdo quien

Desde que tiene memoriam Pigsy siempre había amado la música. Cantaba todo el tiempo que podía, cuando hacia tareas o simplemente caminaba, amaba cantar para su familia y verlos disfrutar pero especialmente amaba la gran sonrisa que se dibujaba en el rostro de su madre cuando cantaba su canción favorita, una que solo se aprendió para ella. Incluso cuando años después, decidió seguir su pación por la cocina, cantar aún era algo especial que nunca abandono.

Amaba cantar cuando estaba cocinando, sintiéndose a gusto de una forma difícil de explicar de poder mezclar las dos cosas que mas le gustaba. Amaba cantar para MK, quien siempre lo escuchaba con mucha atención y daba aplausos entusiastas, sin importar cuanto pasara el tiempo. Amaba ir al karaoke y cantar para los clientes presentes, teniendo un lugar determinado que era su favorito, uno donde un viejo amigo suyo era el dueño.

Iba tan seguido como podía, aprovechando para ir a ver a su amigo y pasar tiempo con él, además de cantar y hacer disfrutar a los clientes presentes, quienes le aplaudían y lo felicitaba por su voz. Fue en una de esas visitas, cuando se estaba sentando en una de las sillas altas y agarrando su vaso de agua dejado arriba de la barra después de cantar cuando alguien se le acercó.

-¡Eso fue asombroso, señor!- una chica, quizás de la edad de MK, se le acercó. Tenía una gran sonrisa en su rostro, mirándolo con sus ojos claros y brillantes llenos de asombro, su cabello largo de color negro atado en una coleta alta balanceándose suavemente y con sus manos acariciando suavemente el bonito vestido amarillo que tenia, combinando con zapatos bajos negros. -¡Tiene una gran voz!- sonrió enormemente.

-Bueno, gracias- sonrió sin poder evitarlo, su entusiasmo era muy familiar, la imagen del menor viniendo a su mente de manera inconsciente.

-¿Cantaría conmigo, por favor?- preguntó amablemente, entrelazando sus manos frente a ella en una pose suplicante.

-Claro, puedes elegir la canción- no dudo en aceptar porque a pesar de que cantar era una de sus cosas favoritas, cantar con alguien más era algo no siempre tenía la oportunidad de hacer. Ella dio un pequeño salto, corriendo hacia el pequeño escenario de karaoke, esperándolo con ambos micrófonos en mano y una canción elegida. Cantaron con todo lo que tenían, divirtiéndose, con sus voces haciendo una extraña y genial combinación que dejó a todos encantados. Esa noche se fue a su casa con una sonrisa enorme en su rostro, sin poder sentir nada más que satisfacción y felicidad, durmiéndose con rapidez, sin sentir nada diferente o extraño...hasta a la mañana siguiente, cuando intento hablar y nada salió de su boca. Era extraño, no sentía irritación ni dolor en su garganta, así que eso no podía ser el problema pero sin importar cuanto intentará, ni siquiera un susurro salía de su boca y tampoco podía sentir esa familiar vibración que venia de su garganta, como si no tuviera la voz siquiera para intentar. Entró en pánico, no va a negar eso, pero decidió cambiarse e ir al trabajo, sintiendo que quizás MK y sus amigos monos podrían ayudarlo.

-¿Pigsy?- MK lo miró, confundido por la falta de gritos de parte de su jefe, bajando la vista al sentir su teléfono vibrar y enarcando una ceja al ver que tenía un mensaje del mayor, quien lo estaba mirando fijamente y haciendo un gesto hacia el aparato. -Está...bien- no entendía pero abrió el mensaje, dispuesto a seguirle la corriente por el momento. -"No tengo voz"- leyó, alzando la vista. -Fuiste al karaoke, ¿no?- recordó que que el mayor le había comentado algo al respecto el día anterior. -¿Te duele la garganta? Creo que Sandy nos dejó algo de té que podría ayudar- ofreció, preocupado pero Pigsy negó y escribió, el teléfono del menor volvió a vibrar. -"No me duele la garganta ni nada pero tampoco puedo hacer siquiera un sonido"- alzó la vista, frunciendo el ceño, eso no podía ser bueno. -¿Nada de nada?- el mayor negó, abriendo la boca e intentando nuevamente, sin poder siquiera hacer ningún sonido. - Eso...es malo- tarareo, pensativo. -¿Paso algo raro?- preguntó, el mayor negando después de unos segundos. -Llamaré a Macaque, quizás él sepa algo-decidió, ya buscando el contacto ajeno, llamando y agradeciendo que le mono le atendió rápidamente. Le explico lo mejor posible la situación, contando lo poco que sabia y leyendo lo que el cerdo escribía en su propio teléfono, llegando a suplicar por la ayuda, aliviado cuando vio como su sombre se deformaba y de allí salió el mono de pelaje oscuro, luciendo cansado de alguna manera.

-No he visto algo como esto en mucho tiempo...- Macaque tarareo para si mismo, pensativo ante la historia que el menor le había contado, viendo de reojo al demonio cercado que aún no podía decir nada. -...te robaron la voz- era un hecho pero Pigsy de igual manera no pudo evitar hacer una mueca, luciendo miserable ante la noticia.

-¿Se puede robar algo como la voz?- MK ladeo la cabeza, sorprende por aquello.

-En un mundo de demonios, celestiales, dioses y fantasma, todo se puede- asintió el mono con una sonrisa burlona. -Aunque no puedo recordar que un demonio tuviera ese tipo de habilidad...- quedo serio, repasando la lista de demonios que había visto y conocido con los años pero sin recordar que alguno tuviera el poder de robar voces.

-Por favor...dime que no es un fantasma...- suplico el menor, temblando ante la posibilidad de enfrentarse a otro espíritu enfadado o algo así.

-Lo siento, Kid...- lo miro de reojo, haciendo una mueca, tampoco le gustaba eso. -...pero lo mas seguro es que si, sea un fantasma- asintió y MK se tiro al suelo, sollozando en posición fetal, quejándose de como no quería volver a enfrentarse a un fantasma y lamentando su mala suerte. Mientras tanto, Pigsy se llevo una mano a la garganta e hizo una mueca, preguntándose que clase de espíritu elegiría robar voces y sintiéndose ligeramente devastado, le habían quitado una de sus paciones.

~Monkie Kid~ 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora