La Propuesta

660 53 11
                                    


—¿Para qué las llamas? —Le murmuro entre dientes.

—Son parte de mi equipo. —Contesta sin ningún tipo de falsedad. Las cuatro chicas de Voleibol se paran en el lado de la mesa donde está Holly y nos saludan amablemente, algunos devolvemos el saludo con una sonrisa. Lara me golpea levemente con el codo y rodeo los ojos. —Hola chicas, de nuevo las felicito por el juego de hoy. —Ellas sonríen y agradecen. Parecían incómodas.

María José me mira un breve momento con curiosidad, luego bajo la mirada a mi teléfono. Escucho que empiezan a hablar un poco sobre el juego cuando siento que Lara me golpea con el codo de nuevo y me inclino un poco hacia ella.

—Invítala a sentarte contigo. —Susurra Lara. Leo su rostro, no parece tener malas intenciones... en realidad su expresión parece de ayuda. Lara, la persona más chismosa de la escuela no tiene su típica mirada vibrante y ansiosa como cuando quiere ser la primera en enterarse de algo y también tener el poder de divulgarlo. No, a ella le interesa más la idea de ayudarme a ligar con una chica. —¿Quieres que le diga yo? —Interrumpe mis pensamientos. Niego efusivamente con la cabeza. —La escuela entera piensa que están saliendo, creo que ya deberían hacerlo público.

—Estamos pensando en hacerlo a nuestro tiempo, además yo siento que le intimida cuando están todas ustedes. —Le murmuro de regreso. Lara parece emocionarse.

—Lo sabía, no podían ser menos obvias, a la próxima invítala a sentarse. —Sonríe apretando mi mano y yo la aprieto de regreso. Observo a María José una vez más, está asintiendo a algo que mi hermana le está diciendo, parece que es la última que queda. Cuando mi hermana termina de hablar ella se despide.

—Buen partido Garzón. —Le digo antes de que se gire y ella me sonríe levemente apretando los labios y se va. Lara me da un leve codazo cómplice y ahora sí puedo notar que está emocionada por otras razones.

«Polémica quieren, polémica tendrán.»

∆∆∆∆∆

¿Tu casa es la grande y como de piedras? ¿Puedo hablar contigo un momento? Le pregunto por Insta, ni si quiera le puse un hola porque quería ser lo más directa posible. Estaba sentada dentro de la camioneta de mi papá que estaba en marcha porque sentía que estaba por la casa de los Garzón, su papá le vendió la casa al mío y creo que mencionó que vivían cerca.

Hola, cómo estás? qué buen partido tuviste, hola, gracias bien y tú? bien, ¿Estás en tu casa?

Me contesta divertidamente y mis ojos lo hacen por instinto, el rodarlos. No la soporto.

Garzón, necesito tu ayuda

Sí es esa, ya bajo contigo

Apagué el auto a un lado de la acera frente a su casa. Era bastante bonita y todo en ella gritaba que María José vivía allí, de nuevo mi instinto no me falló. Parecía hecha de piedras antiguas o bloques antiguos pero estoy segura de que solo es una fachada. Cuando llegué a la puerta de madera observé que tenía partes de vidrio con colores por los lados y formas bastante anticuadas. Me preguntaba por qué pasaba tan desapercibida. La luz del porche de piedra que me cubría se encendió y María José apareció por la puerta.

—¿Estás bien? —Me pregunta en cuanto abre la puerta y mira por detrás de mí con preocupación, como si yo estuviese huyendo de algo y se hace a un lado, bajo tres gradas y me fijo en el amplio espacio, los muebles estaban barnizados de color oscuro y eso me agradaba. María José abrió una puerta corrediza de madera y pasamos a su sala. Tenía dos sillones negros largos y una alfombra de colores celeste pastel y blancos cubriendo el suelo, no había una mesa en el centro y tampoco había una televisión, solo una librera esquinera que llegaba hasta el alto techo. —¿Sucedió algo?, qué diferente te ves con ropa normal. —Comentó. No estaba segura sobre a qué se refería con ese comentario. 

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora