¿Mala Idea?

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Habían pocas escenas en el segundo video de Daniela junto a la chica que contratamos. Yo las había pensado. Yo las había escrito. No podía estar sintiendo ese malestar en la boca del estómago, esa tensión en el rostro, ese vacío y disgusto en el fondo de mi garganta cada vez que gritaba acción.

Era de noche y habíamos rentado el parqueo de un pequeño centro comercial por unas horas para lograr esta escena. Teníamos una enorme gasolinera en el fondo y algunos letreros del edificio del centro comercial aún estaban encendidos. Daniela y Rebeca estaban en una jeep rubicon, un carro que se usaba mucho para ir a la playa. Rebeca estaba en el asiento del piloto y Daniela en el del copiloto.

Me concentraba en lo único que salía en el cuadro. Esta vez estaba parada junto a Anderson, miraba de cerca lo que él miraba porque era una escena estática, no es que no confiara en él porque si ese fuese el punto, no lo contrataría todas las veces que puedo. Era solo que esto me daba un poco más de control.

Además, estar sentada me irritaba hoy.

Ella usaba un suéter holgado que caía un poco por su hombro mostrando la piel y el tirante de una blusa. Su cabello estaba liso y casi no tenía maquillaje. Rebeca usaba una playera corta que dejaba ver una gran parte de su estómago. Daniela la había acorralado contra la puerta del carro casi pasándose al lado del piloto y Rebeca soltó un suspiro de sorpresa, rojo comenzaba a subirle por el cuello hasta las mejillas y las orejas. Aún no se habían besado.

Ya había superado las escenas donde solo estaban charlando mientras bebían de sus sodas, las cuales eran de la gasolinera. Ya había superado las escenas donde solo se miraban coquetas o ruborizadas. Esto me estaba alterando bastante.

—Música. —Le hablé en voz baja a Ruiz sin despegar mi vista de la pantalla que estaba a un lado de la cámara y me crucé de brazos. El volumen de la música aumentó justo cuando Daniela cerró el espacio que aún quedaba entre ellas, Rebeca pasaba sus manos por detrás del cuello acomodando una gran porción del cabello de Daniela hacia atrás, un movimiento que nos ayudó en cámara para observarlas mejor. Un movimiento que me sentó peor.

Sus labios se movían y sus cuerpos reaccionaban, Daniela se hacía para atrás y Rebeca la seguía de inmediato. Miré hacia arriba, a la despejada noche mientras escuchaba los latidos de mi corazón en mis oídos.

«Ya.»

—¡Corte! —No pude evitar decir. Escuché que Daniela hizo una broma y que Rebeca se rió, no escuchaba bien pero fue algo sobre que odiaba que se hubiera cortado la escena tan rápido. Ruiz me pasó su tablet y comencé a leer la siguiente escena sin prestarle atención.

Parpadeé un par de veces intentando leerla por segunda vez.

«Una pelea...»

—¿Ahora qué, Jefa? —Me preguntó Daniela con medio cuerpo afuera de la ventana del auto. Me sonreía y no era ni burlona ni sarcástica. Me sonreía con honestidad.

Estos últimos días había estado siguiéndome y habíamos estado hablando sobre el video, me llevaba sodas cuando llegaba al set y era encantadora como yo sabía que podía serlo. Ayer me encontré a mí misma caminando en dirección a su remolque cuando pregunté donde estaba y me contestaron que estaban maquillándola, usé la boba excusa de ir a apurarlas. Solo quería escuchar sobre qué hablaban. Siempre he pensado que Brenda sería una muy buena entrevistadora, periodista. Así que Daniela me daba su atención, una Daniela que no me atacaba y cuando hablaba no me mentía ni intentaba ocultar sus expresiones como tanto había perfeccionado estos años, toda esta atención de su parte...

Se sentía genial.

Daniela siempre había sido refrescante.

Así que cuando sentí esta sensación... Mierda... estos ridículos celos, porque solo esa palabra puedo usar para definir ese ardor, enojo y ahogo que me molestaba en el estómago, no podía concentrarme en el diálogo.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora