Fake

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He perdido amigos literalmente por no hacer nada malo.

Se han ido y hemos perdido el contacto, lentamente dejamos de hablar. Ellos dejan de mensajearme o yo olvidaba contestar, dejaban de interesarse en averiguar sobre mí y yo me cansaba de iniciar las conversaciones porque me cansaba de que mi lado fuera el único que aún sostenía el lazo por ambos. Los dejaba ir, me quedaba con esa curiosidad eterna de saber cómo les está yendo mientras desaparecían de todas partes.

Ellos desaparecían dejando alguna huella, un rastro de que estuvieron aquí alguna vez y a veces me gustaría que no fuera así, que se fueran tan impecablemente que me fuese difícil recordarlos porque ahora solo tengo todos estos conocimientos como la historia de su cicatriz en la quijada, la mancha en la alfombra de esa casa, los restaurantes favoritos, los secretos y las risas que reconocería en cualquier lugar.

Las personas me han tracionado en el pasado, personas que pensaba que eran mis amigos o una entrenadora que llevaba años enseñándome, incluso mi mejor amiga me mintió por meses porque no sabía cómo decirme que se iba de la ciudad.

Las personas me han roto o se han llevado pedacitos de mí a donde se vayan, eso es parte de crecer. No me molestaba la idea de que dejaba de ser amiga de alguien porque he estado lista para ello desde el momento en que les conozco, mis defensas y mis miedos me la ponían tan fácil en caso de que dejase de hablar con Matt o Julián, incluso con Andrea aunque realmente deseo que esa conexión nunca se pierda.

Pero perder los lazos con Luis fue devastador porque era perder a una gran parte de mi alma de una forma atroz. Me agarró de sorpresa.

Quería saber qué lo había llevado a hacerme algo tan malévolo, algo tan inmaduro.

Así que busqué a la persona responsable de todo esto.

Me encontraba a dos horas de mi ciudad natal y a cinco horas de la ciudad donde vivía. Pasé dejando a mi mamá a nuestra casa y le dije que estaría de regreso por la noche o madrugada. Resulta que Barbie había borrado casi todos sus videos y se había quedado con tan solo un par en su cuenta oficial pero todos los videos eran de hace casi cuatro años, intenté mandarle un mensaje por allí pero no le llegarían los mensajes jamás porque mi cuenta no está verificada. La busqué en todas las redes sociales hasta que encontré en su twitter un correo electrónico. Hubiera querido que me contestara todo lo que le adjunté en el correo pero lo único que me mandó fue una dirección de una pequeña ciudad y ahora me encontraba en el porche de una casa de madera bastante linda y pequeña cubierta de nieve, las cortinas no me dejaban ver hacia adentro y no sabía cómo tocar a la puerta y mantenerme tranquila. No sabía cómo mantenerme tranquila ante la persona que destruyó dos de mis relaciones más fuertes.

Luis y yo hablábamos por mensaje por lo menos una vez al día y algunos días eran conversaciones largas, era el amigo con el que más he podido hablar y expresarme, recuerdo que cuando comenzamos a ser ese tipo de amigos en mi mente solo pasaba la idea de que cuando dejásemos de hablar ese sería el sentimiento más solitario del mundo.

Y no estaba tan lejos de la realidad.

Es raro sentir todo este odio que no va dirigido hacia él si no a lo que me hizo. Es complicado sentir toda esta tristeza. Toda esta frustración.

Si Luis me hubiese pedido dinero a mí...

—¿Poché?

Me giré. Pensé que en cuanto la viera comenzaría a gritarle, que tal vez le pegaría o incluso comenzaría a llorar pero no sentí nada más que curiosidad por saber qué había pasado con ella. La nieve caía leve y Barbie estaba bien cubierta, traía un gorrito, guantes y una chaqueta bastante abultada, no tenía la apariencia de una persona que fue premiada como la influencer del año por varias revistas. Tenía dos bolsas de papel con lo que parecía ser el súper y a su lado había un carro parqueado con el baúl abierto. Me acerqué sintiendo la nieve hundiéndose bajo mis zapatos, ella seguía quieta en su lugar observándome tomar las otras dos bolsas de papel que quedaban. Cerré el baúl y acomodé mejor las bolsas en mis brazos. Ella parecía asustada de verme.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora