El Video de Seguridad

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Una de las tantas noches que salí por eventos a los que me invitaban regresé más temprano de lo normal, Barbie ha estado robándome casi todos mis proyectos y yo he estado concentrándome más en conseguir el dinero para financiar mi álbum así que a lo principal: unos eventos por aquí, alguna publicidad por allá, algunas inversiones que había hecho hacía años estaban dando frutos así que no me importaba mucho irme justo al cumplir las dos horas que tenía que estar allí de fijo. Lo único malo es que tuve que cancelar las clases de piano avanzadas y reducir las clases de canto.

Ninguna persona quería trabajar conmigo en el disco porque me estaban boicoteando, aparentemente era súper difícil trabajar conmigo. Ninguna persona quería ser contratada para manejarme a mí ni a mis proyectos, nadie quería trabajar conmigo. Por suerte había convencido a Train, un productor bastante bueno pero poco famoso, de que trabajáramos juntos en mi álbum. Renunció a la productora para la que trabajaba y está haciendo muchos movimientos económicos bastante dudosos, me pone nerviosa el no ser exitosa con esto porque no podré pagarle todo lo que está haciendo, pero fue el único que no me bateó desde el principio, le juré que íbamos a lograrlo todo juntos, le mostré algunas canciones en las que estaba trabajando con el piano y me hizo firmar un contrato de cuatro años junto a él. Así que él se encargaría de todo lo de mi álbum. No me dijo exactamente cómo, no quiero averiguar qué es lo que le dijo al banco. Me dijo que en un mes comenzaríamos las grabaciones.

Maldije por lo bajo al botar un vaso de plástico que estaba junto a la cama, Poché dormía plácidamente en mi cama y no pareció inmutarse así que me relajé. Cerré las cortinas para que no se fuese a despertar temprano en la mañana, no eran ni las once y esta chica ya estaba dormidísima. Suspiré entrando al baño para prepararme el rostro para dormir.

Ella me abrazó en cuanto me acosté. Me sentí en paz, el peso que tenía en la espalda estaba lejos de mí. Toda esta presión por debutar en la música y sobrevivir en el intento, todo ese veneno de la tan aclamada amiga de poché también me pesaba incluso si no quería, trataba de ignorarlo.

—¿Qué hora es? —Murmuró contra mi cuello. Me causaba cosquillas, sonreí. El poco alcohol que había bebido más el sueño que traía encima me estaban haciendo efecto.

—Son las once y... once.

—¿Once y once?: tú.

Me reí.

—Tú. —Susurré cansada.

—¿Por qué entraste tan temprano? —Su mano hacía círculos sobre mi abdomen, creo que era lo único que me mantenía despierta. —¿Todo bien?

—Solo tenía que estar ahí un rato, igual me pagarán.

Poché resopló. Hubo un silencio en el cual casi me quedo dormida hasta que escuché ese estúpido nombre.

—¿Y Barbie?

—Ella era host de la fiesta, tiene que ir hasta el after.

Poché me apretó como sintiéndose mal por mí. Me giré entre sus brazos para besarle la frente.

—¿Te molesta todo lo que está haciendo? —Me preguntó, sus ojos estaban un poco hinchados por dormir tanto y me pregunté desde qué horas estaría durmiendo esta chica.

—Todo lo que está haciendo ya lo hice yo desde hace años, no me molesta que las personas se superen y logren cosas. —Le contesté. Poché levantó una ceja.

—¿Pero?

—Pero me molesta la forma en la que lo consiguió.

—¿Cómo así?

Apreté a Poché contra mí y su frente quedó en mi pecho. Me reí en silencio.

—Tú de verdad no miras nada, ¿Sigues siendo su amiga?

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora