En Las Nubes

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Abrí la puerta de mi casa después de esa increíble semana en la playa junto a mis amigos y Daniela. Eran pasadas las cuatro de la tarde y mis padres seguramente dormían una siesta porque cuando entré y grité mi saludo como normalmente lo hago, no me contestaron. No tardarían en despertar. Estaba cansada porque el día anterior nos quedamos despiertos hasta ver el amanecer y me gustaba recordar ese momento, estaba siendo revisitado por mi mente por quinta vez hoy.

Rodeábamos una de las fogatas que hicieron los chicos en la arena de la playa. Éramos bastantes, habían diferentes círculos de grupos y yo estaba en uno mezclado con mis amigos y los de Daniela. Fue un momento sublime porque solo nos contábamos historias de todo tipo, anécdotas, chistes, incluso hablamos sobre el futuro. Daniela tenía su mano en mi cintura y yo estaba recostada en su hombro cuando alguien mencionó la parte del futuro. La sentí tensarse así que me separé un poco para verla y preguntarle sutilmente con la mirada sobre su tensión. 

Ella negó con la cabeza mintiéndome y miró hacia la persona que hablaba sobre la ciudad a la que se iría para la universidad. No quería confrontar la verdad, que no tiene ni idea de a dónde me iré yo y que yo tampoco tenía idea.

O bueno... no hasta hace poco.

—Te seguiré a donde vayas. —Le murmuré recostando mi quijada en su hombro. Ella giró la cabeza y estiró el cuello como pudo para verme, no parecía estar segura de lo que dije porque me miraba seriamente, pidiéndome que lo repitiera. —A donde vayas, te seguiré.

Le repetí. Ella bajó un poco la cabeza y alzó las cejas.

«¿En serio?» Me preguntó sin hablar.

Cerré los ojos un par de segundos asintiendo un poco la cabeza, presionando en su quijada.

«En serio.»

Antes de que pudiera abrir los ojos, ella me plantó un beso corto y me abrazó con fuerza unos segundos por lo que yo me reí silenciosamente. Luego se relajó y volvió a su posición inicial y yo a la mía.

Pero no volvimos a tocar el tema. 

Otro momento que se repetía en mi mente fue el momento del amanecer, todos aplaudíamos y gritábamos con música baja de fondo. Nos levantamos y corrimos a meter los pies en la orilla del mar cual niños pequeños. Algunos comenzaron a tirarse arena entre ellos, algunos solo estaban observando el mar que parecía infinito. Alguien se había atrevido a lanzarme arena en la espalda y ese alguien era Andrea, por lo que la correteé hasta lanzarle arena en el pecho, pero un chico gritó algo y se entrometió para que no le diera. Era el amigo de Dani, Byron. Alcé las cejas sorprendida y me giré cuando Andrea le extendió la mano para ayudarlo a levantarse. 

—¿Viste eso? —Pregunté cuando me puse a un lado de Daniela, ella asintió con la cabeza.

—Siempre ha tenido un crush con ella, pero hasta este año quiso intentarlo pero entonces le dije que tenía novio.

—Julián es mi mejor amigo aunque no hablemos mucho, así que no me agrada mucho esa información. —Le dije mientras giraba la cabeza para verlos platicar. —Pero ella también es mi mejor amiga-

—Poché, solo están hablando. —Daniela me tomó de la mano riéndose burlonamente. —Él solo quería aunque sea hablarle antes de irse.

Me giré a verla pensando que tal vez había exagerado la situación, que debía tranquilizarme más. Daniela y yo nos dedicamos a ver el resto del amanecer hasta que fuimos interrumpidas por Lily, la cual insistía en tomarnos una foto romántica. Nos indicó cómo posar y dónde pararnos, nos tomó varias fotografías hasta que gritó de emoción al final de una. Daniela y yo nos acercamos a ver las fotos y realmente estaban increíbles. Mi favorita era una donde yo salía con los ojos cerrados, dándole un beso en la quijada, en la foto no se mira bien pero estamos tomándonos de la cintura y lo que me gusta más es que Daniela se mira tan feliz. Ella también tiene los ojos cerrados y está sonriendo de esa forma donde la comisura de sus labios están totalmente hacia arriba, real.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora