La Final (Al fin)

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Porque nunca te rindes, porque incluso con tu pasado todavía confías, todavía bailas y amas con todo tu ser. Porque no te frena el miedo.

Era la primera semana de febrero. Andrea estaba hecha un manojo de nervios cuando no estábamos entrenando porque la torturaba la espera de la final, pero a la vez nos preparábamos mejor. Yo estaba tranquila descubriendo de nuevo quién era y creo que lo estaba dominando.

Descubrí que cocinar no es lo mío, me gustaba sí, simplemente no era buena. Me encantaba jugar videojuegos, mi atención pasaba en ello por horas y no me molestaba estar a solas. También mantuve mis opciones sobre la universidad en mente. Seguía pensando en si debería tomarme un año sabático o no. La opción seguía allí.

Mis padres me dijeron que si me tomaba un año sabático debía trabajar y no me negaba ante eso, ellos solo me pidieron que trabajara, también me dijeron que podía irme a alguna ciudad a vivir y que ellos se encargarían del alquiler de un apartamento, que yo me mantuviera con comida y eso era todo lo que querían de mí. La idea se me hacía muy buena.

Pero a la vez tenía un impulso, quería estudiar filmografía. Ser cineasta si no es que ya lo era. No me había fijado en la cantidad de películas que había visto hasta hace un mes. Me encantaba criticar y ver películas. La colorimetría, los planos, la actuación, la musicalización. Todo lo que volvía de las películas una armonía, un storytelling que te dejaba marca o te hacía reír. Andrea apoyaba la idea, me dijo que ella iría a la gran ciudad, que la excelente universidad de Colten le había llamado la atención y que era una de las élite. Me dijo que investigaría universidades con esa carrera, ideó un plan para que termináramos viviendo juntas. No quise romper sus ilusiones diciéndole que aún no lo decidía así que la dejé.

La gran ciudad... No lo sé.

¿Iría Daniela a la gran ciudad?

Una cosa sobre mí: tenía una memoria muy dificultosa.

Así que no recuerdo cuál era la universidad a la que Daniela entraría.

Me regañé mentalmente. «No importa a dónde vaya ella, tú tienes que ir a la que tú quieras ir».

Había convencido a Andrea de que hiciéramos un maratón de películas unos días antes de la final, estábamos viendo todas las películas chickflick que conocía porque sentía que Andrea necesitaba algo así. Ligero y fácil de consumir, además de que eran graciosas. 

Pero cada que aparecía alguna porrista en la película mi corazón daba un vuelco. No había vuelto a hablar con Daniela, lo único que podía hacer era ver sus historias una y otra vez. Era tan hermosa. 

—¿Crees que vaya a la final? —Preguntó Andrea sabiendo en lo que estaba pensando.

—Jamás se perdería la oportunidad de usar su uniforme una vez más. —Le contesté. Andrea chasqueó y me señaló dándome la razón.

La vi una última vez en el parqueo, ella estaba a un lado del pickup de Lily junto a sus amigos. Seguramente estaban planeando algún tipo de salida por el último día de clases y lo confirmé cuando comenzaron a subirse al carro. El mío estaba a unos metros del de ella, así que cuando se giró a ver hacia el colegio con lo que reconocí como nostalgia, nuestras miradas chocaron unos segundos. Daniela me guiñó el ojo y se subió. 

Me regresé a mi casa sonriendo como una idiota.

∆∆∆∆∆

El sonido de mi corazón retumbaba en mis oídos. Estábamos a unos minutos de salir a la cancha, era la final. Me había dividido el pelo en dos trenzas que iban desde arriba hasta abajo. Mi cabello estaría quieto y no me molestaría en todo el juego. Sentía que estaba transpirando y simplemente estábamos escuchando a Andrea hablarnos antes de salir.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora