That Bitch

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Como era de esperarse mis amigos querían celebrar con una fiesta, el triunfo, yo por otro lado no soy una persona que celebre mucho sus triunfos. Por lo general cuando saco la nota que quería sacar en el examen, lo único que siento es una mezcla entre alivio y frustración, no sé por qué y eso me hace no querer celebrar, realmente solo quisiera descansar.

Pero esta vez no puedo negarles una celebración, fueron bastante atentos conmigo y sinceramente... me gustaba mucho. Si estoy siendo sincera yo solía pensar que mis amigos eran casi tan plásticos como se miraban en el exterior y ahora me siento como una idiota. Tal vez Poché tiene razón, debería abrirme un poco más por lo menos con ellos.

Así que propuse ir a celebrar a mi casa solo nosotros el sábado, Jugar algún juego de mesa o emborracharnos.

O emborracharnos por culpa de un juego de mesa.

Solo me faltaba el permiso.

—Tu madre estará muy orgullosa de ti. —Decía mi padre. Yo sonreía porque sabía que me estaba viendo de reojo. —Yo también lo estoy, nuestra pequeña genio.

—Gracias papá, tal vez podríamos salir a cenar algo de sushi o comida italiana. —Le contesto en un intento de hacer una pequeña cena de celebración con ellos, sentía que merecía una noche de atención de su parte. Mi padre se giró a verme un segundo abriendo la boca con las cejas alzadas a punto de responderme solo para ser interrumpido por su teléfono.

«Salvado por la campana.»

—Hola cariño, estás en altavoz. —La saludó mi papá más como advertencia que con cariño.

—¿Ganaste? —La seria voz de mi madre se filtra por las bocinas de la camioneta de mi papá. Ni si quiera un Hola, cariño o ¿Como te fue en el colegio? ni mucho menos Cuéntame todo lo que te sucedió en la escuela hoy. No, a ella le gustaba ser directa en cuanto a mis estudios.

A pesar de estar acostumbrada a recibir su atención de esa forma, hoy estaba un poco descolocada, ninguno de ellos ha preguntado la razón de por qué tuvieron que recogerme más temprano del colegio ni de por qué los han llamado de la enfermería. Respiré profundo antes de silenciar ese lado de mi cerebro.

—Gané, soy presidenta otra vez. —Le contesté.

—¡Tres años seguidos! —Grita mi madre como si hubiese sido logro suyo, razón que me emociona más a mí. —Mi pequeña genio, ya dejaste historia en ese colegio. —Agrega haciéndome sonreír, este sería un buen momento para preguntarle sobre la fiesta. —Bueno, ¿Ya vienen a casa?

—Sí, mamá, yo quería-

—Excelente, dile a tu padre que pase comprando la cena a Fillies.

—Mamá, sobre eso-

—Cariño, tengo mucha hambre. —Me interrumpe mi madre. —¿No quisieras ir a cenar tal vez el sábado? —Pregunta leyéndome la mente, su tono estaba repleto de cansancio dañándome un poco más, miro a mi papá pero él va concentrado en su tarea de manejar.

—El sábado tengo una reunión. —Dice mi padre.

—Entonces el domingo podría ser.

Joder, de verdad no saben cuánto quisiera una noche normal con ellos.

—Sí, el domingo está bien. —Asentí comprendiendo que tal vez el domingo cenen conmigo.

∆∆∆∆∆

—Pero ganaste. —Dice Poché con la voz tristona antes de comenzar a engullir su sándwich. —No es justo. —Agrega con comida en la boca. Mi rostro se engulle de asco al notar unos pedazos salir volando de su boca. Podía escuchar que habían estudiantes jugando tenis, se filtraba el sonido de la pelota golpeando contra las raquetas a través de las ventanas del salón del consejo estudiantil.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora