Solo Será Un Momento

La Fiesta

Estamos parqueadas afuera de la casa de Lily y lo único que puedo pensar es en qué demonios trabajan sus padres para tener una casa tan hermosa y unos arreglos de halloween tan bonitos. Habían maniquíes con disfraces regados por el patio, incluso podría decir que hay máquinas de humo entre las calabazas que hacían un efecto un poco tenebroso, también tenían una tumba de la cual salía una calavera cuando alguien se acercaba. Habían bastantes personas afuera.

—¿Por qué todos están disfrazados? —Le pregunté a Calle cuando me fijé en sus disfraces. Ella se ríe silenciosamente.

—Tengo otra sorpresa. —Me dice, regreso la mirada a ella y me tenso, estaba acercando su rostro hacia el mío, luego se gira para los asientos de atrás, miro hacia otro lado disimuladamente hasta que tiene dos cerchas con ella, de una cuelga un top flojo y corto blanco, de la otra cuelga una chaqueta de cuero genial, como de motociclista. —Te disfrazarás de chica mala y yo ya estoy disfrazada de porrista, seremos esa pareja. —Comenta haciendo énfasis en la palabra "esa" y lo dice casualmente como si eso no hubiera creado una ola de nervios en mí. —En la bolsa de la chaqueta hay un pañuelo, cuando termines de cambiarte te lo pondré, te espero afuera.

Daniela se baja de su carro sin darme tiempo para cuestionar todo esto, con algo de confusión me cambio y rápidamente me bajo del carro. Ella está recostada contra la puerta de los asientos de atrás, al verme se despega y me extiende la mano para que le dé el pañuelo.

—¿Qué es todo esto? —Le pregunto y mientras le doy el pañuelo, ella se acerca para colocarlo y amarrarlo con delicadeza en mi cabeza, sigue sin decir nada pero las comisuras de sus labios están elevadas, ella estaba feliz.

¿Qué significaba todo esto?

—Descúbrelo cuando entres.

La casa de Lily es una locura, es moderna y rectangular. Hay un camino señalado por lápidas, calabazas y candelas eléctricas que llegaban a la enorme puerta de la entrada, las personas entraban y salían por lo que la puerta estaba siempre abierta y por dentro podía ver que ya llevaban tiempo aquí, al entrar las personas me saludan con abrazos y felicitaciones pero no por el partido, en realidad me deseaban un feliz cumpleaños.

¿Era esto?

«No, ¿Cómo van a hacerte una fiesta de cumpleaños a ti?»

Empujé ese pensamiento lejos y decidí no adelantarme.

Del enorme candelabro en la sala colgaban telarañas y arañas falsas, habían luces colgadas en las paredes que hacían parecer a todo como una discoteca, era un ambiente un poco oscuro y podría jurar que estaba casi toda nuestra promoción, la siguiente promoción y unos chicos de grados más abajo aquí. La mayoría me felicitaba por mi cumpleaños y algunos me felicitaban por el partido. Al parecer ganarle a nuestro rival eterno era una buena razón para celebrar.

Además Daniela no me soltaba la mano.

Lily me abrazó en cuanto me vio y me gritó feliz cumpleaños, pero se notaba que estaba en modo anfitriona así que iba de un lado a otro con un uniforme de porrista manchado de sangre falsa. Estábamos en la sala de abajo que ocupaba un espacio muy grande, había gente con disfraces muy divertidos, por ahí vi a alguien disfrazado del sombrerero loco, me preguntaba si iban a ir a algún lugar y decidieron cambiarlo a última hora.

—Esto me parece una locura. —Le digo a Daniela por encima de las voces. Ella saludaba a las personas con habilidades sociales que no le había visto antes, parecía bastante feliz entre todos nosotros, entre su escuela.

Encuentro a Andrea, está eufórica bailando y saltando junto a nuestro equipo de voleibol cerca de lo que parece un...

—¿Por qué hay un maldito escenario en medio de la sala? —Le pregunté a Daniela cuando me percaté de lo que era. Encima estaba un equipo de sonido que parecía costoso, de ahí retumbaba la música. Daniela tenía el rostro iluminado, parecía estar divirtiéndose con mis reacciones. Regreso la mirada a el escenario, en la pared hay una manta colgada y tiene escrita con pintura roja "Feliz cumpleaños Poché" y parece sangre.