La Propuesta

482 57 3
                                    



Regresar siempre me había parecido extraño, me sentía tan fuera de lugar al pasar por todas estas calles hasta la casa de mis padres y a la vez me sentía en casa. Como regresar a un lugar y notar todo patas arriba excepto un pequeño espacio al que reconoces como tu casa, en ese momento respiras con nostalgia. Estaba al frente de mi casa con dos maletas a mi lado y con inseguridad sobre si tocar el timbre o entrar con la llave de repuesto que tengo. Toqué el timbre.

—¡Dani! —Gritó mi papá y me abrazó de inmediato intentando cargarme con él. Me reí cuando hizo un sonido de esfuerzo quedándose solo con el apretón de abrazos. —¿Cómo estuvo el viaje?

—Bien, casi escribo una canción. —Le conté.

—Muero por escucharla, ya moví el bote con el álbum nuevo que acabas de sacar por cierto. —Me dijo soltándome y haciendo un pequeño movimiento de cintura. Cerré los ojos con fuerza pero me volví a reír.

—Por favor guarda esos movimientos para mamá. —Le dije mientras comenzaba a jalar mis maletas hacia el interior. Revisaba si el diseñador de interiores había hecho un buen trabajo con todo lo que mandé a remodelar. Mi mamá estaba muy contenta conmigo porque le ofrecí una remodelación gratis.

Y ella es muy, pero muy avara. 

—¿Lo que escucho es a mi Dani? —Escuché desde la cocina. 

—¿Lo que escucho es a mi mamá cocinar? —Pregunté yo de regreso. Mi mamá casi nunca cocinaba, era más mi papá el que hacía la cocina en la casa. —¿Qué haces que huele rico?

Mi madre apareció con una sonrisa en el pasillo directo a la entrada con un vestido de flores que se le miraba espectacular, tenía un pañuelo en la cabeza que me recordó a las veces que los usó no por accesorio sino por necesidad y le di un fuerte abrazo. Su cabello le llegaba por abajo del pecho y parecía más canoso de lo que recordaba. 

—También viene tu hermana y su hija, cocino porque hace años que no estamos juntas y las extraño chicas. —Me dijo apretándome en el abrazo, me asusté pensando que había olvidado el cumpleaños pero recordé que era a inicios de año. —Vi las estadísticas de tu álbum y-

—Mafe, no puedes hablar de su vida como lo hacías antes. —La interrumpió mi padre con un tono alerta, junté las cejas. —Recuerda lo que dijo Georgia, no puedes-

—Ay por favor, puedo felicitar a mi hija artista cuando yo quiera, no voy a criticarla si eso te preocupa y deja de hablar de Georgia que me dan celos. —Le regañó girándome un poco con ella. Lo único que podía ver era una pared con un cuadro enorme frente a mí así que decidí ignorar su pequeña pelea observando los detalles del cuadro. —Quiero felicitarte porque te está yendo increíble. —Me separó de ella sin soltarme de los hombros. Era una diferente persona gracias a la ayuda que recibió y no es que no la amara cuando era adolescente, pero ojalá hubiera recibido la ayuda mucho antes. —Aunque ya sabes que yo no escucho mucho reguetón.

—No pasa nada ma, para eso tienes el primer álbum.

Mi madre iba a contestar cuando de pronto comenzó a oler raro y los tres nos miramos con las cejas juntas hasta que mi madre salió corriendo a la cocina. Mi padre se rió demasiado mientras comenzaba a caminar en dirección a mi mamá arrastrando mis maletas.

Nunca me sentí tanto en mi hogar como justo ahora que noté que la playera negra de mi papá, en la parte de atrás tenía un pequeño dibujo de una parrilla incendiándose y arriba de ella tenía una frase:

¡Cuidado! ¡Mamá cocinando!


∆∆∆∆∆

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora