Mi Concierto Favorito

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—Dani, vinieron más cartas para ti. —Habló mi mamá desde la puerta de entrada. Se había corrido la voz de que estaba de regreso en mi hogar, en realidad me sorprendía lo tardado que fue a pesar de que me había tomado fotos con fans en la propuesta de Lily. Amaba leer las cartas que me hacían los fans, amaba saber qué pensaban de mi música, si los ayudó en algún momento o si les disgustó y en qué forma. Quería saberlo todo.

Estaba sentada en la mesa del comedor comiendo cereal frente a mi computadora revisando todas las ideas que mi director de escenario me había mandado para el tour. Por el momento me inclinaba a una paleta de colores donde predominaba el morado, también que una parte del escenario se inclinara. Mi mamá me dejó siete cartas a un lado del computador y detuve todo lo que estaba haciendo para abrirlas, tres fueron ilustraciones sobre mí que quedaron increíbles y tres eran textos sobre lo mucho que amaron mi nuevo álbum.

Una carta era de D'Anton High.

Sonreí al ver que el emisor era la directora Astrid, abrí la carta con nostalgia. Pasé mis ojos por cada letra con total atención. Me reí ante la propuesta. Querían que me presentara en una noche mágica-una fiesta para los últimos años estudiantiles-, que al parecer fue idea de la presidenta del consejo estudiantil de este año. La idea me parecía irreal porque ha pasado mucho, han pasado diez años.

No estaría molestándote con una locura así si no fuera porque la estudiante que lo solicitó e insistió me recuerda demasiado a ti. No tienes que contestar a la carta si estás muy ocupada, comprenderemos.

No está demás decirte que estamos orgullosos de ti.

Atentamente

Directora Astrid R.

—¿Qué dice? —Me pregunta mi madre mientras se servía una taza de café. Estaba de espaldas a mí pero sabía que algo me había capturado la mente.

—¿Todavía tienes el número de la escuela? —Pregunté.

∆∆∆∆∆

Hice sonar el claxon una vez estuve afuera de la casa de Poché, todo me resultaba familiar, al verla salir apresurada por la puerta de su casa me abrazó un cálido sentimiento de paz, me derretía por esta mujer. Le bajé volumen a la canción que sonaba en cuanto se acercó.

Llevaba puesto un pantalón de tela negro y una blusa de seda negra con cuello. Yo iba en un vestido dorado y una chaqueta del equipo de fútbol de la escuela. Poché abrió la puerta y cuando las luces se encendieron se rió con mucha fuerza cerrándola de nuevo quedándose afuera. Podía verla continuar su burla a través del vidrio. Negando con la cabeza volvió a abrir la puerta para encontrarme sonriendo con vergüenza, mejillas rojas y todo. Pensaba que era un detalle lindo.

—Jamás usaste uno de esos, ¿Por qué empezar ahora? —Me preguntó subiéndose a la camioneta, iba a plantar un beso en mi mejilla pero estiré el cuello a un lado para que no pudiese alcanzarme.

—Lo siento, tengo mi maquillaje perfecto. —Le dije. Poché rodó los ojos y me giré a verla mejor, parecía molesta. —Y esa es la razón por la que decidí ponerme labial de último.

Poché sonrió justo cuando las luces se apagaron y sentí la presión de sus labios sobre los míos, la recibí con una cálida respuesta envolviéndola con mis brazos. Poché apretó una mano en mi muslo jalando un poco del vestido. Recordando que ya iba unos minutos tarde y que estábamos en un espacio público, que no sabía si habrían fotógrafos por aquí, me separé de ella.

—Ya vamos tarde. —Le dije cuando vi que quiso acercarse de nuevo.

—Ellos pueden esperar, tú eres mía ahora. —Me contestó enterrando sus dientes en mi cuello. Jadeé. Al sentir su sonrisa en mi piel tuve que dar un pequeño brinco hacia atrás. Poché soltó una risa juguetona mientras su mano se atrevía a subir por debajo del vestido.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora