Ya No Soy Así

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Habían rumores de por qué Daniela y yo no estábamos juntas. No me molesté en escucharlos pero Andrea se la pasaba contándomelos.

—Dicen que te engañó. —Me susurró en plena clase de historia. —Y que la odias.

Bufé juntando las cejas. 

—Me aburre lo que la gente pueda inventar. —Le contesté. Andrea no volvió a mencionar nada.

No había visto a Daniela, intentaba con todas mis fuerzas evitarla y creo que ella también. No por algo malo, sino que las miradas furtivas que me hacían incluso estando sin ella ya eran insoportables. No iba a poder tener una interacción normal sin ponerme nerviosa, no quería afectar su reputación. O eso me decía a mí misma. Realmente me daba miedo hablarle y que su respuesta fuera una sonrisa falsa. Me partiría el corazón y me confundiría mucho más. 

Así que cuando la vi al fondo de la cafetería con sus amigos y sus ojos se posaron en mí, lo único que hice fue sonreír con los labios apretados y dirigirme a la fila e ignorarla el resto del almuerzo. Había estado almorzando afuera desde la semana pasada y no me parecía mal, pero hoy mi madre había olvidado mandarme el almuerzo. 

Hoy era la semifinal. No sé si Daniela tendría que estar aquí por el calendario de juegos pero no había ido a el anterior. Así que me encontraba hiperventilando en los vestidores con el uniforme listo, se escuchaba que había demasiada gente otra vez. Iba a ser un partido difícil contra Colten High. No quería salir.

Andrea estaba a mi lado, Amy estaba al frente y Mitchie se estaba terminando de trenzar su rizudo cabello. El resto de chicas estaban subidas en las bancas mientras escuchaban con atención a Andrea. Es buena animando al equipo. Era nuestra capitana y no la íbamos a decepcionar.

Incluso si me estaba muriendo de miedo.

—¿Entendido? —Preguntó. Todas comenzamos a vitorear entusiasmadas. 

Cuando salimos a la cancha noté que mis manos temblaban ligeramente y mi corazón latía con fuerza. Tenía que tranquilizarme o no jugaría bien. Había jugado un sin fin de partidos pero la semifinal siempre tenía algo más especial en ella. Mientras hacíamos la fila para saludar a nuestras contrincantes comencé a divagar entre el público, reconocí a Dylan entre el público, a pesar de que no le gustaba salir había decidido venir para apoyarme. Estos últimos días se había estado juntando más conmigo incluso si le decía que no era necesario, pero me dijo que no iba a dejarme sola en mi tristeza, se lo agradecí. Luego ubiqué a Matt y a Byron, estaban con un grupo de chicas bastante guapas y todos estaban parados apoyando, incluso si Daniela y yo habíamos terminado seguían viniendo a verme. Cuando me giré a ver a el público del colegio contrincante se me apretujó el corazón, en las gradas había un grupo de porristas en posición firme y segura, me preguntaba si todas se tenían que parar así. Me alegré en el fondo, las cosas comenzaban a cambiar gracias a nuestra discusión en mi carro.

Entonces las vi entrar y alinearse en las gradas, por lo que detuve un momento la fila del impacto, Mitchie chocó contra mi espalda y tuve que continuar caminando con las mejillas encendidas mientras le daba la mano a las jugadoras contrarias. 

Daniela estaba viéndome cuando eso sucedió. 

Me quería morir de vergüenza.

Holly nos llamó e hicimos un círculo para hacer la porra final. 

—Ustedes ya saben, ganen o pierdan, solo diviértanse. —La hermana de Daniela se había dejado los piercings esta vez, todas la mirábamos con curiosidad. —Jueguen por ustedes, no por nadie más. —Me miró y todas le siguieron la mirada y quise morirme por segunda vez hoy. Juntamos las manos en el centro y gritamos el nombre de nuestro colegio antes de esparcirnos, pero la entrenadora me tomó del brazo antes de ponerme en posición. La miré atenta.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora