Cámaras Por Todas Partes

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—Por favor Barbz, llevo esperando bastante.

—Te juro que no sé qué pasó, Calle.

Hablaba con Barbie por teléfono en el baño de las oficinas donde me reunía con mis managers, llevaba casi mes rogándole por las imágenes de las cámaras de seguridad que tenía en la sala de su casa. Alguna prueba en video de que solo estábamos de fiesta y listo, alguna prueba física de que no engañé a Poché.

Suspiré. No iba a dármelas pero debía insistir.

—Pero si ya regresaron, ¿Para qué las necesitas?

—Es solo que ella... no sé, no estamos tan bien y siento que si ella tiene certeza de que... —No sabía cómo explicarlo, solo de pensarlo me costaba respirar porque Poché parecía diferente. No quería darle más información. —Solo las necesito.

Ella exhaló aire y no sé qué significaba eso. Estaba segura de que sí las tenía y estaba esperando una oportunidad para chantajearme si en todo caso, que es muy poco probable, sí había engañado a Poché.

—Lo lamento, pero son en vivo, no-

—Esas cámaras tienen una nube, ¿Quieres que te ayude a ver? —Pregunté apretando la mandíbula de último. Barbie estaba siendo imposible. No me contestó de nuevo, es que yo tenía razón. —¿O es que quieres algo a cambio?

Se rió con sarcasmo.

—Daniela, si la hubieras engañado yo misma se lo hubiera dicho.

La puerta de los baños se abrió y cerré los ojos. Pegué el borde del teléfono a mi frente y decidí resignarme. No quería crear una pelea con la nueva amiga de Poché.

—Bien, me tengo que ir.

—Ten un buen día.

—Sí, sí tú igual.

∆∆∆∆∆

Poché había estado viajando con su grupo de la universidad a vacacionar porque por fin habían terminado sus cursos. Les faltaba un paso más para graduarse pero lo más difícil ya lo habían hecho y yo quería que Poché disfrutara su viaje, cuando me pidió que la acompañara le dije que tenía mucho trabajo por delante y que la iba a estar esperando con muchas ansias.

Así que aquí me tenía ordenando tulipanes naranjas por todo su apartamento.

Ella tenía un apartamento ahora, pequeño y funcional.

La chica de la empresa que hacía este tipo de arreglos románticos estaba conmigo y me hacía todo tipo de preguntas sobre Poché porque le encantaba saber la historia de sus clientes. Era una chica bastante persuasiva por lo que me sacó pedazos de nuestra historia-

—¿Entonces por qué haces este detalle si ya regresaron?, ¿O lo haces porque te sientes culpable?

Levanté la cabeza confundida después de colocar una tarjeta entre el enorme arreglo de flores sobre la mesa de entrada. Habían velas por todas partes y floreros con tulipanes naranjas haciendo camino hasta la sala de estar donde le tenía un regalo envuelto en papel craft.

—Porque ella y yo siempre tenemos este tipo de detalles. —Fruncí el ceño, la pelirroja me miraba inquisitiva. —¿Qué piensas que pasó?

—No es por ofenderte, de verdad solo que por el hilo de la historia yo pensé que la habías engañado o algo así.

Me mordí el labio intentando reprimir mi enojo. Poché se molestaría si se llega a enterar que maltraté a alguien que contraté. Me erguí y me toqué el puente de la nariz.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora