Oh, Here She Comes

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—¿Tienes pareja? —Me preguntó Luis, el mejor vestido del año. Me regañé mentalmente restringiéndome de criticar a las personas por su apariencia, así que intentaría contestarle.

—La verdad es que no. —Le contesté cerrando el cuaderno donde dibujaba un ojo. Luis me miró con esperanza en la expresión pero bajé la mirada a mi cuaderno.

Intentaba dibujar el ojo de Daniela con lapicero negro mientras toda la clase hacía parejas. Si algo había aprendido en el colegio era que al final, siempre terminaba haciendo pareja con alguien, lo buscara o no.

—Bueno, me pongo en fila para pedírtelo. —Me dijo Luis con un tono bromista que me hico sonreír sin verlo. Se había sentado a mi lado hoy y curiosamente solo traía una playera blanca y unos pantalones de lona. Rodé los ojos pensando en su exageración, pero antes de poder contestarle que me unía a su grupo, Roman llegó a hablarme sobre el cortometraje que quería grabar y lo dijo casualmente, como si yo ya estuviese de fija con él.

Roman era nepobaby. Era hijo de un gran productor de cine y yo casi siempre hacía pareja con él usualmente porque el profesor nos colocaba juntos porque su apellido iba después del mío, Luis irguió la espalda en su lugar y miró hacia el frente mientras Roman me preguntaba por algún comentario sobre su cortometraje.

—Lo siento, pero Luis me preguntó si podía ser su pareja y le dije que sí. —Lo interrumpí en mitad de su pitch. No me desagradaba pero me molestaba que diera por sentado que él y yo estuviésemos en pareja.

Ni me agradaban sus chistes ni sus ideas locas sobre cortometrajes.

Roman era un chico talentoso y estoy segura de que llegaría a ser grande, pero no me agradaba la forma en que co-dirigía pero realmente se adueñaba de las situaciones. Así que por más que Luis y su arrogancia me parecieran insoportables, hice pareja con él.

—Oh.

—Pero en el próximo proyecto podemos estar juntos, ¿No crees?

—Claro. —Contestó el rubio, estaba molesto y se giró para platicar con los otros compañeros.

—Bueno chicos, terminó el tiempo para hacer grupos así que ahora les daré un espacio para que piensen en su proyecto. —Indicó nuestro profesor desde su escritorio. Giré mi silla y me acerqué al lugar de Luis intentando no hacer mucho ruido.

Luis abrió un cuaderno en blanco y me observó.

—¿Tienes algo en mente?

—Sí, ¿Y tú?

∆∆∆∆∆

Daniela dormía recostada en mi hombro mientras yo editaba una parte del cortometraje que habíamos grabado. Era casi un reality sobre la vida de un adulto joven que se acababa de independizar de sus padres, su vida, su descontrol y sus gastos. También habían comentarios sobre sus amigos, los cuales estaban preocupados por ella.

La chica había estado tan disciplinada que no conocía las restricciones, no sabía cuándo parar y pues... no me agradaba exponer sus fiestas, pero no sabía controlarse.

—¿Aún... sigues en... eso? —Murmuró Calle, medio dormida.

—Ya lo apago amor. —Le contesté guardando el proyecto pero con intenciones de seguir editando en ese momento. Daniela se re-acomodó un poco lejos de mí y solo por esa razón cerré la computadora. Ella estaba de espaldas a mí abrazando una almohada causándome un poco de celos. Luego de colocar con cuidado la laptop en mi escritorio, me acerqué a ella y la abracé intentando acomodarme.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora