Ella Me Tiene

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Me encantaba pasar las navidades con la familia Garzón. Aunque habían algunos contras, como el frío clima que siempre había por estas fechas, aunque eso lo remediaba estando cerca de Poché y usando cualquier excusa para abrazarla o pegarme a ella, la cual siempre estaba calientita. Me encanta cuando toma mis manos entre las suyas para calentarlas. También aprovechaba momentos para meter mis manos frías por debajo de su suéter y sentirla brincar al sentir el contacto frío, la escucharía reírse quejumbrosa pero jamás las quitaría de lugar. Eran tres navidades que pasábamos juntas si contábamos la del año en que regresamos oficialmente y genuinamente me gustaba. Su familia era muy diferente a la mía y me encantaba compartir y verlos compartir, pero nada superaba la felicidad que emanaba Poché al sonreír con ellos. Antes de ese año, en los años oscuros, me escapaba a algún lado junto con mis padres o sola.

No quiero recordar esos años.

Estaba acostumbrada a pasar navidad aquí, en donde crecí, en donde la pasaba ella.

Eso comenzaba a ser un problema para todos los vecinos, para todos los suburbios, porque la calle o en algunas calles rondaban papparazzis o fans y a veces husmeaban cerca de las ventanas. Una total invasión a la privacidad que solía haber por aquí.

Me incluyeron en sus tradiciones y celebraciones con mucha facilidad pero lo que no me esperaba era que yo me sentía cómoda entre ellos. Recuerdo que antes de llegar con ellos mi mente divagaba por posibles situaciones incómodas por cómo se ha dado la relación con Poché. No, nada de eso. Me encantaba armar el árbol junto a ellos, me gustaba escuchar las historias que repetían todos los años y de las que se reían como si estuvieran reviviendo el momento.

No era como si yo no hubiera disfrutado mis navidades cuando era pequeña o mientras crecía, es solo que mi familia nunca ha sido como la familia de Poché. Tenemos otras tradiciones, como tomar chocolate caliente juntos en la sala después de que mamá haya terminado de adornar el árbol; a ella le gusta de cierta forma así que ella lo arma sola. Ese tipo de cosas es diferente.

Hablando de cosas diferentes.

Este año por culpa de la poca privacidad que se vio el año pasado nuestros padres han decidido tomar cartas en el asunto y han decidido que todos pasaremos navidad juntos en una cabaña lejos de la ciudad. Lo que ha puesto a Poché con los pelos de punta.

Tenía dos semanas de no verla porque tuve conciertos navideños por el disco navideño que mi disquera me pidió sacar. No me molestó, incluso me divertí escribiendo canciones navideñas sexys, y a la vez cantaba clásicos. Lo único malo de estar viajando y que mi novia no quisiese irse conmigo era que no podía dormir bien, especialmente porque Poché y yo vivíamos juntas desde hace tiempo, despertaba a mi lado todos los días. Dormir sola se sentía casi antinatural. Así que tener a Poché en la habitación de la cabaña dándole vueltas a su maleta intentando buscar algo en vez de prestarme atención me irritó un poco.

-¿Qué buscas? -Pregunté sentándome al lado de su maleta. Poché suspiró sin dejar de buscar, parecía muy concentrada por lo que tuve que repetirle la pregunta colocando mi mano sobre la suya. Ella cerró los ojos y comenzó a hacerse una cola en el pelo.

-No puede ser que lo haya dejado. -Dijo mientras regresaba a su búsqueda pero esta vez sacando todo lo que tenía adentro de la maleta.

La habitación era amplia y de día debe ser bastante luminosa con ventanas de piso a techo, el techo era alto y tenía las vigas de madera expuestas haciendo la ilusión de un espacio más abierto, teníamos una pequeña sala con muebles cuadrados que estaban en una esquina de la habitación sobre una alfombra azul que se expandía circularmente. Nuestra cama tenía dos mesitas de noche cuadradas y pintadas de negro a cada lado, la cabecera era negra y rectangular de madera traía unas lámparas que de momento estaban encendidas. Algunos cuadros parecían antiguos y algunos modernos, había un teléfono de casa viejo sobre la mesa de la sala y había una manta de lana que seguro fue tejuda a mano en una esquina de la cama, donde Poché colocaba su ropa y otras cosas.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora