El Cierre Que Llora

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Las luces policiacas alumbraban el parqueo, hay dos ambulancias y nuestros padres están a unos minutos de venir. Estamos sentadas en la parte de atrás de la ambulancia y nos dieron una manta a cada una, la enfermera del colegio nos llevó un té a cada una porque creo que eso es lo único que saben hacer. Aparte, no estábamos heridas. El seguro del colegio al fin estaba siendo usado. Johan y Carlos estaban a nuestro lado. Estaban molestos porque no pudieron estar cerca de nosotras cuando todo esto pasó pero los tranquilizamos diciéndoles que no fue su culpa. 

La entrenadora Rossen estaba en la parte trasera de alguna de esas patrullas y uno de los policías estaba terminando de tomarnos los datos. 

Ni Daniela, ni yo nos mirábamos.

—¿Alguna otra cosa? —Pregunta el policía. —Seguramente encontraremos todo cuando revisemos su casa, pero me gustaría no dejar nada suelto para que podamos encarcelarla un buen tiempo, después de todo ustedes son unas niñas.

Respiré profundo al ver a Carla recostada contra uno de los carros cerca de nosotras, estaba con su grupo de amigas y parecía estar preocupada, no tenía la expresión fastidiosa que usualmente tiene, ni hablaba ni sonreía con burla. Ella también estaba viéndonos. Lo único que hice fue ladear la cabeza hacia el policía, era una señal de que ella tenía que decirle sobre el mensaje que recibió. Carla pareció entenderlo porque caminó hacia nosotros.

—Disculpe oficial, tengo algo de información que podría servirle. —Dijo al llegar. El policía se dirigió hacia ella y caminaron unos pasos lejos de nosotras. Daniela la miraba con curiosidad, luego me miró a mí como si hubiese descubierto algo.

—Tú querías decirme eso, que creías que nuestro acosador era la entrenadora. —Se quitó la manta de los hombros. —¿Verdad?

Me encogí de hombros apretando los labios. Elevé la mirada hacia ella. Sentía que había un abismo en medio de nosotras, lo odiaba. 

—Intenté decirte. 

—Pudiste ser más directa.

—Estaba intentando tener tacto después-

—¿Después de que te vi besando a Grace?

—Calle... ¿Podemos hacer una pausa?, mira todo lo que pasó.

Calle se tocó el puente de la nariz y cerró los ojos como si le doliera la cabeza y luego respiró profundo. Podía sentir la incomodidad de Carlos y Johan, tanto que incluso dieron un paso lejos de nosotras cuando notaron que empezamos a discutir. 

—Todo esto fue un error. —Dijo levantándose, dejando la manta en la ambulancia. Se giró a verme, «Ay mierda». Me daba nausea mientras las lágrimas silenciosas caían por sus mejillas. —Será mejor que terminemos nuestro trato aquí. «Ve hacia ella». —Consideremos nuestro acuerdo como finalizado.

Tengo un nudo atorado en la garganta que no me deja hablar, mi miedo de perderla irónicamente no me deja moverme. Lo único que puedo hacer es negar con la cabeza, lágrimas amenazan con rebalsarse de mis ojos y ella parece notarlo.

—Ya alcanzamos nuestras metas, ambas logramos lo que queríamos, ¿No? —A Calle le tiembla la voz, pero su postura, su cara y sus gestos son impecables, podía controlar el resto de su cuerpo con perfección, pero sus emociones aún lograban colarse a través de su tono de voz. Ella se aclara la garganta y extiende la mano hacia mí. —Cerremos el trato.

Miré hacia su mano extendida en mi dirección. No la tomé. No podía terminar así, con otro apretón de manos. Daniela se acerca a mí y mi estómago se vuelve hielo, ella mira hacia mis manos y toma una, ella se aleja un paso sin soltarla y pienso que va a jalarme con ella, pero solo hace el apretón de manos, luego mira a Carlos y le pide que se vayan.

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora