—¿Pero qué? —Murmuré con la voz ronca en cuanto me desperté, la luz que entraba a mi habitación me causaba un dolor de cabeza horrible, además la puerta del balcón estaba abierta, tenía frío. A mi lado dormía plácidamente un muchacho de espalda musculosa del cual no tengo recuerdo. Me revisé, aún tenía pantalones de pijama pero solo tenía bra en la parte de arriba. Mierda, ¿Entonces qué pasó?
Comencé a moverlo para que se despertara y ver si él estaba igual. Un gruñido de su parte me hizo saber que estaba vivo. Él giró la cabeza abriendo un ojo forzadamente, me intentó sonreír apretando los labios y supuse que tenía la misma situación con la luz que yo. Y sí era un muchacho bastante apuesto. Nariz recta, cejas definidas, ojos grises, seguro era más alto que yo. Puso sus brazos por debajo de la almohada y recostó la cara en la almohada viéndome con el mismo ojo.
—¿Qué tal la resaca? —Me preguntó. Me reí.
—No me recuerdo de nada-
—No hicimos nada, si esto te preguntas. —Me interrumpió con rapidez y preocupación a la vez que se sentaba rápidamente cruzando las piernas. Tenía su pantalón de tela puesto. Jalé un poco el edredón para cubrirme el cuerpo pero su pierna bloqueaba el paso, así que la levantó un poco cuando se percató.
—¿Entonces por qué te dejé quedarte?
—Oh, créeme, quería irme. —Alcé la ceja pensando en todas las opciones que podría usar para que se quede otro día. —Pero me dijiste que no querías estar sola, me pediste que me quedara.
—Bueno, gracias, supongo... —Contesté, había olvidado su nombre. Estiró la mano.
—Dan. —Contestó sonriéndome. Sonrisa colgate. Lo estreché de la mano. No sentí nada.
—Daniela.
—Sí, ya te conocía, eres como súper famosa y muy guapa. —Agregó. —¿Crees que ya estás bien como para que pueda irme?
Alcé la ceja de nuevo pensando que me estaba manipulando para que lo hiciera quedarse. De todas formas lo jalé del brazo para que se montara encima de mí.
Aún no quería procesar todo lo que pasó ayer. Esto iba a ayudar.
∆∆∆∆∆
Una semana después me encontraba corriendo hacia mi sesión semanal en el estudio. Iba en sweatpants y un sudadero con el hoodie bien puesto para no ser reconocida.
—Daniela, estás pero tardísimo. —Me dijo Train esperando recostado contra su puerta de metal mientras yo bajaba trotando por las gradas de un callejón angosto repleto de grafitis. Era mi productor, con él inicié todo este sueño. Piel oscura, ojos oscuros y penetrantes, trenzas largas en todo el cabello, altísimo.
—Perdón Train, te lo compensaré.
—Recuerda que ya no eres mi prioridad, tengo más artistas. —Me dijo con un tono irritado, llevaba una chaqueta de lona con picos de metal. —Y tus excusas me las paso por el culo.
Nuestro trato era crudo y nos sincerábamos de una forma un poco irrespetuosa, pero funcionábamos en el estudio.
—Perdóname Train, es la última vez que lo diré. —Le contesté cuando estuve frente a él, apreté la cinta de la mochila azul en donde llevaba mi computadora y algunos cables mientras lo miraba con seriedad. Tenía que curarme la resaca o no iba a poder trabajar, así que tuve que pasar comiendo algo grasoso (mi nutricionista lo odiará) y compré un par de medicinas que me salvaron de los dolores de cabeza. Tiendo a no tomar medicina después de un día de fiesta, pero hoy era necesaria. Me miró unos segundos con decepción y luego se movió para dejarme pasar.
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Solo Será Un Momento
FanfictionPoché tiene algo que la mayoría de personas no: determinación. Después de confrontar y llorar más desgracias, traiciones y sorpresas de las que puedes contar con los dedos de las manos y pies, ella no iba a dar todo por perdido. Un nuevo instituto l...