Era Porrista

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Trotaba por la acera en la ciudad escuchando Elevate de DJ Kahlil con mis audífonos a reventar. Empezaría la universidad en un par de días y había renunciado ya a la cafetería. Este año y medio aprendí a hacer buenos tragos y a hacer buenas bebidas calientes. Una habilidad que no a lo mejor no me servirá en un tiempo, pero es interesante.

Hoy era uno de esos días donde quería que duraran demasiado, no quería confrontar los miedos de ir a la universidad que me abordaban. Ignoraba las preguntas frecuentes que mi mente hacía.

«¿Y si no te gusta?»

«¿Y si es horrible?»

«Ya viste a Daniela, no la está pasando de lo mejor, ¿Quieres eso para ti?»

«¿Y si mejor pones un negocio?»

Sacudí la cabeza apretando mi celular, intentando subir más el volumen de la música y bajar el de mis pensamientos. No sé por qué me era más fácil imaginar todo lo negativo primero, pensar que es más probable que falle a que gane, es una falla que mi cerebro usaba como método de supervivencia para evitar que los eventos me golpeen de verdad, que me dejen en cama sin salir por días. Prefería sorprenderme si las cosas no salían mal a sorprenderme si las cosas no salían bien.

Comenzaba a aterrarme de nuevo, pero entonces entró una llamada de Daniela. Me detuve unos pasos más adelante colocando las manos en las rodillas y le contesté mi novia. Respiraba pesadamente, me faltaba el aliento. 

—Hola amor. 

—Hola linda. —Me contestó con un poco de humor en el tono. —¿Por qué tan alterada?, ¿Debería estar celosa tal vez? 

«Coqueta.»

—Estaba corriendo. —Le contesté irguiéndome intentando que mi tono sonara humorístico y limpiándome la frente con el dorso de la mano, pero mis pulmones ardían. Estaba en la décima y por aquí transitaba mucho la gente caminando, habían muchas oficinas y tal vez el humo de los carros no ayudaba. El ruido de la ciudad seguramente pasaba a través del teléfono.

—Yo debería hacer lo mismo, pero no tengo tiempo. —Me dijo, parecía que iba en un carro, había algo de música en el fondo. 

—¿Qué no acabas de salir de tus parciales? —Le pregunté dudosa. Ella murmuró un mjm poco convincente. —Entonces sí tienes algo de tiempo hoy.

—Claro, solo que mis compañeros organizaron un almuerzo...

Cerré los ojos con fuerza.

—Daniela, ¿Ya vas a tomar otra vez?

No me enojaba que tomara. Me enojaba que lo hiciera tan seguido. Empezaba a preocuparme de verdad, ayer había tomado vino con sus amigas para relajarse antes de las clases. Yo no quise ir, fingí que me sentía mal físicamente.

—Gané mis parciales con puntajes altos... —Contestó como excusa, era suficiente razón como para intoxicarse con sus amigos, de los que estoy segura que también odian estudiar eso y no la están ayudando para nada. 

—Te felicito, ¿Puedo pedirte un favor? —Le pregunté sin mucha importancia. Ella escuchaba atenta. —Si te sientes mal, me llamas y llego.

—Amor, te iba a preguntar si querías venir cuando terminaras el turno. 

No tenía idea de que había renunciado hace dos días porque no estaba lista para hablar del tema, creo que no sabe que empezaré la universidad en un par de días y tampoco me ha preguntado. 

Solo Será Un MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora