Solo Será Un Momento

¡Corte!

—Estamos listos. —Me dijo mi asistente de dirección, se apellidaba Ruiz y era bastante eficiente en su trabajo. Alto, delgado y de ojos marrones que parecía solo usar shorts y playeras en su día a día. Él mantenía a dirección y a producción en contacto, si algo le hacía falta a producción se le hacía saber a dirección y encontrábamos una solución, eso si no la encontraba él antes. Venía a mí cuando realmente no podía resolver los problemas y era una gran ayuda para todos. Así que cuando me dijo que todo estaba listo, apreté las manos sobre la cámara análoga que me colgaba del cuello que utilizaba cuando dirigía. Me aclaré la garganta.

A veces miraba a través de ella hacia el encuadre porque me encerraba del mundo de personas que me estaban viendo. Era como terapia para mí. Recordarme que esto lo hacía por mí y que las personas del exterior no me importaban.

El video musical tiene diferentes partes. Mi estúpido cerebro decidió contar algunas cosas sobre nuestra relación así que cuando escribí el guión no estaba tomando en cuenta que tendría que ver todo esto. Lo había pensado vagamente cuando acepté dirigirla, pero verla frente a un montón de espejos que simulaban al que teníamos en nuestra ciudad mi mente simplemente se volvió rígida. Tenía a Ruiz, el cual adoraba cuando lo dejaba a cargo pero estaba segura de que a la diva frente a mí no le gustaría nada la idea.

Me levanté y me puse detrás de la cámara que iba a estar grabándolos de frente. A Daniela y a una chica que era un poco más pequeña que ella. Una modelo/actriz en subida que estaba teniendo bastantes recomendaciones últimamente. Salió en un video junto a Justin Bieber, si no estaba mal. Una chica que iba a estar tocándola y corriéndola por el laberinto de espejos en el que las seguirían. 

Daniela usaba un vestido corto y de tirantes blanco con una chaqueta de lona que casi le caía de los hombros. Su cabello estaba alisado excepto por el flequillo que le caía por los lados de una forma muy estética, usaba tenis blancos y en general me robaba el aliento. Ella se ría mucho con los trabajadores y hablaba con todos, no le hizo ningún problema al equipo de maquillistas que llevé a su remolque. Era una artista cero problemática, una versión que no me cuadraba por los comentarios y rumores que recibí sobre ella. 

Ella hablaba con su co actriz y parecían tener conexión. Apreté la cámara de nuevo y me obligué a calmarme.

La actriz usaba una playera blanca de manga corta que dejaba ver su abdomen, usaba unos pantalones de lona holgados y unos tenis blancos, además ella tenía el pelo atado en una cola alta que resaltaba lo hermoso de su rostro, mandíbula definida, ojos verdes, pecas, era bastante hermosa.

Y Daniela estaba peligrosamente cerca de ella apoyada contra uno de los espejos, de brazos cruzados y viéndola un poco hacia abajo. 

—Chicas. —Las llamé. Ambas se giraron al instante. Apreté la cámara entre mis manos, sentí la presencia de Ruiz a mi lado y solté las manos. —Me imagino que leyeron el guión, pero como recordatorio. —Miré a Daniela con intensidad, ella respondió con la misma seriedad y juro que podía cortar el aire con la tensión que comenzó a crecer entre nosotras. —Ahora mismo están teniendo una de sus primeras citas en este fantasioso lugar así que ya saben, coqueteen, corran por allí, bésense y eso que hacen las personas en las primeras citas... —Terminé de darles instrucciones. Daniela y ella asintieron, pero la mirada de Daniela se quedó clavada en la mía unos segundos más. —¿Entendido? 

Ambas asintieron así que regresé a mi asiento lejos de la cámara y de ella, yo tenía una pantalla personal cerca de mí que me iba a permitir seguirlas por el laberinto aunque no estuviera presente y también tenía una radio para comunicarme con Anderson, el operador de cámara. Ruiz se aclaró la garganta y caminó al frente de la cámara con la claqueta de cine que iba a marcar el número de escena, toma y fecha que era. La puso al frente de la cámara.