3.- Isagi Yoichi

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—Estas son las duchas. —pensaste al ver que todos entraron al mismo tiempo para darse un baño tras haber pasado el examen de admisión— Me temo que debo esperar a que terminen.

Cada acción a partir de ese momento era importante. El entrenamiento tenía como finalidad encontrar al mejor delantero del mundo y ser una chica no era precisamente una ventaja. Lo mejor  para tí sería mantener un perfil bajo.

—Un tipo llamado Ego hablando de egos. Qué ironía. —te reíste intentando pensar en otra cosa para olvidar los nervios y hacer el tiempo necesario hasta que el último chico de tu equipo dejara las duchas.

Más tarde, Anri revisaba las estadísticas y asistencia de cada participante. Sus tareas eran tantas que apenas podía darle su atención a los detalles, sin embargo, al revisar el estatus del equipo Z, notó algo diferente en las grabaciones de tu prueba.

—A ver, Arey Zian, aquí está. — seleccionó una pantalla enfocada en los momentos donde tuviste el balón —Hmmm, se ve más delgado que antes, ¿habrá hecho alguna dieta? —observó fijamente durante unos segundos y sus ojos comenzaban a cerrarse, se encontraba cansada tras haber reunido y evaluado junto a Ego a casi 300 participantes— No puedo suponer cosas, ¡aún tengo que terminar el reporte y mañana es la conferencia de prensa!

El agua tibia sobre tu piel después de sudar y esforzarte te devolvieron la felicidad. Jamás habías estado en un dormitorio con 10 chicos y te preguntabas cómo lograrías pasar desapercibida. Al salir del baño, te envolviste en una toalla y corriste a buscar una secadora para el cabello.

—Disculpa, ¿viste quién tomó la secadora? —Preguntaste a un chico de cabello rubio y con el rostro malhumorado.

—¿Qué eres? ¡¿Una niñita?! —gritó el chico, causándote pánico porque pensaste que te había descubierto— ¡Los verdaderos hombres no necesitan secadora!

—Raichi, eso es porque tú tienes el cabello corto. —se metió un chico más alto, de ojos rasgados y entrecerrados con su cabello castaño a la altura delos hombros. —Creo que la secadora se la llevó Chigiri, está en los vestidores.

—Oh, ya veo, gracias... eh...

—Kuon. —dijo. — Es un placer. Tú eres Zian, ¿no es así?

Asentiste con la cabeza y nuevamente agradeciste antes de irte.

—Tch, parece que tenemos dos señoritas en el equipo. —Agregó Raichi sin ironía. Realmente pensaba que eras un chico afeminado más.

Escuchaste varias voces cuando entraste, tus mejillas enrojecieron y tu cuerpo se paralizó. Casi todos los chicos estaban semidesnudos, con el cabello mojado y el abdomen expuesto. No había nadie que no estuviera en forma.

—Zian, tu rostro está rojo, ¿te sientes mal? —Preguntó Isagi antes de ponerse una camisa.

—Chi...chigi... ¿dónde está Chigiri? —lograste articular en medio del asombro.

—Por aquí. —Levantó su mano desde una banca, donde conectaba la secadora de cabello.

—Quería saber si... —te acercaste a él intentando no mirar su espalda baja, ya que se había sentado desnudo con una toalla sobre las piernas.

—¿Si te la presto? Sí, sólo espera. —respondió inmediatamente.

—Bien, iré a cambiarme mientras tanto.

—¿Te da vergüenza vestirte aquí? ¿Es porque te estamos mirando? Qué falta de confianza.

—Naruhaya tiene razón, Zian. Viviremos juntos un buen tiempo, tendrás que acostumbrarte. —agregó Kunigami.

—¿Nunca fuiste a los vestidores de tu colegio después de un partido? No es como si tuvieras algo que nosotros no. —justificó otro castaño jugueteando con una esquina de tu toalla intentando quitártela.

—Oye, basta, Imamura. Si él no quiere, deben respetar su privacidad. —defendió Kunigami de nuevo, separando sus manos de tí.

—Zian. —Te llamó Isagi extendiendo otra toalla con sus manos. —Ven, te hago casita de nuevo. Aunque seamos compañeros y vivamos juntos, no tenemos que hacer algo que no queramos, yo respeto la dignidad de Zian y su sentido del pudor.

Tu corazón se regocijó con aquellas palabras. Después de todo, aún existían los caballeros como él. Y en este caso, los compañeros respetuosos.

Con 17 años y sin experiencia previa en salir con chicos, un sentimiento comenzaba a florecer en tu alma. Justo cuando menos lo necesitabas. Te empezaba a gustar Yoichi Isagi.

La conferencia de la mañana siguiente conmocionó a los medios, tras su discurso determinado, Anri salió sintiéndose orgullosa, pues les demostraría a todos que Ego Jinpachi sería capaz de traer al mejor delantero de Japón en el proyecto Blue Lock.

Y a la expectativa, con cierto interés y a la vez una mirada desafiante. El genio mediocampista, Itoshi Sae pronunció desafiante tras la multitud.

—Quiero conocer al idiota que nacerá en este país de mediocres.

Por lo cuál tomó la arrebatada decisión de quedarse para ver cómo avanzaba dicho proyecto, con muy pocas expectativas y una actitud preparada para hundir al sol naciente de Blue Lock.

—Fuiste el primero en apuntarte, te vi correr a toda marcha antes que nadie, no me sorprende que resultaras tener un lado tan egoísta como para eliminar al único chico que conocías. —elogiaste a Isagi durante la cena— Lamento que Kira se haya ido, me habría gustado conocerlo mejor.

—También a mí, supongo. —respondió rascándose la cabeza y picoteando su platillo con Natto.

Isagi se avergüenza de eso todavía. —pensaste sin perder de vista sus labios— Es demasiado modesto, aunque tierno. Creí que los chicos como él eran del tipo frío y engreído. Me alegra haber errado. —¿De verdad no eran amigos? —insististe para saber más de su vida.

—No, lo conocí en un partido preliminar, su equipo venció al mío, me reconoció al llegar aquí y me trató bien. Es todo.

—Fué el partido de las noticias... entonces eras del equipo perdedor.

—Espero que no quiera matarme después de que arruinara su carrera futbolística.

—Isagi... creo hiciste lo que tenías que hacer. Yo estoy aquí en lugar de mi hermano, también fuí egoísta al desear mi sueño antes que cuidar de él.

—Gracias, Zian. Qué bueno que lo entiendas.

—Vaya, vaya, los dos chicos más interesantes ya están haciéndose amigos. —interrumpió alguien sentándose entre ambos— Me voy a poner celoso.

—Oh, tú eres Bachira, ¿verdad? —Identificaste al ver su particular corte de cabello.

—Qué amable al recordar mi nombre tan rápido, Ziany, ¿o prefieres que te llame Arey?

No me acostumbro a que me llamen como a mi hermano, pero al menos así recuerdo que debo mantener un perfil discreto. Como tú quieras, pero si me dices Ziany, entonces yo te diré Bachi.

—¡Hecho! —te dió la mano sacudiendo varias veces con mucha energía. —¿Y bien? —le dió un codazo en las costillas a Isagi.

—Eh... ¿bien qué?— Preguntó regresando de sus pensamientos, sólo para confundirse con la pregunta directa del chico.

—¿Son novios?

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora