16.- Falta por un... ¿qué?

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Ha dado comienzo el partido. El equipo Z estudió al equipo V, iniciando una estrategia para contrarrestar sus armas.

Como no estuviste en las juntas, nadie te incluyó en dicha táctica. Confiaban en tu arma para recibir cualquier pase y meter gol cuando tocaras el balón.

—¿Porqué se esfuerzan tanto de repente? ¿De qué me perdí? —preguntaste a Chigiri, ya que lo tenías más cerca.

—¿Ves a ese tipo de ahí? —apuntó al despistado albino del V. —Es Seishiro Nagi, el mejor goleador del edificio después de tí.

—¿Goleador? Se ve que ese chico apenas y sabe que está vivo.

—Kuon dijo que hablaste con él. Creí que lo sabías. No te quita la mirada de encima. —balbuceó al final mostrando un reproche de celos.

—No lo había notado. —admitiste para voltear disimuladamente. Los ojos se Nagi se cruzaron con los tuyos por un instante. Te pusiste nerviosa, ¿qué tanto observaba?

—¡Zian! —Gagamaru te mandó el balón de un cabezazo a unos metros de distancia. Tu cuerpo parecía moverse en automático, alcanzaste el balón y lo llevaste a la portería. El mundo desapareció a tu alrededor y en ese momento sólo buscabas anotar tu gol. 

—Asombroso... Ni bien obtuvo el balón a su disposición fué capaz de tirar a portería de forma perfecta. —Reo Mikage ni siquiera se movió para detenerte. Disfrutó en primera persona tu presencia en el campo. Como una especie de fantasía. —He visto lo que quería.

—¡¡Gooool!! —gritaron tus compañeros al ver que lograste llevarlos a la cabeza en poco tiempo.

—¡Nunca dudé de ti, Ziany! —te abrazó Bachira.

—Sin duda, ganaremos este partido, con Zian tenemos la victoria asegurada.  —Se alegró Kunigami dando un par de palmadas en tu hombro.

Te sonrojaba que te trataran como uno de los chicos, era fascinante estar mezclada entre ellos y recibir palabras de admiración.

—No cantes victoria, Arey. —Aseguró Reo, determinado en sus propias ambiciones. —Tu arma tiene un increíble potencial, pero también una gran debilidad.

—¿Cómo te atreves a hablarle así? —retó Chigiri, siendo ignorado por el pelimorado.

—Te prometo que desde este momento, no anotarás ni un solo gol más. —amenazó— Cierto, ¿Nagi?

Seishiro permanecía tranquilo, en una posición de pereza, llevándose una mano sobre la nuca.

—Ya que. —dijo antes de avanzar directamente hacia tí. —No seas un dolor, por favor. Quiero terminar pronto e ir a jugar videojuegos. —te pidió con el mismo tono monótono de siempre.

—¿Seguro que este osito dormilón es un buen jugador? —te preguntabas bajo una tremenda confusión. Dudaste que aquellos chicos estuviesen hablando en serio.

Hasta que reanudaron el partido.

El equipo Z se había confiado en la victoria al usarte como carta principal. No se imaginaban que Reo Mikage había estudiado tan bien todas tus jugadas que pudo desmantelarte tan pronto como lo confirmó al verte jugar en persona. Su promesa fué cumplida.

Zantetsu Tsurugi, el corredor delantero del equipo V, interceptaba casi todos los pases que te mandaban. Reo los recibía y se los enviaba a Nagi Seishiro, quien anotaba con un excelente control del balón, como si de repente, aquél perezoso fuera poseído por una deidad del fútbol.

Así fué como los arrastraron a un doloroso 4 -1 durante el primer tiempo.

—¿Qué está pasando? —Isagi no podía creerlo. Habían destruído tu arma.

—Me costó trabajo idear este plan, pero pude ver el fallo terrible que tienes, Zian. —admitió Reo. —La única forma de vencerte, es evitando que el balón llegue a tí. Porque no eres capaz de robarlo por tu cuenta, ni tienes la fuerza para defenderte, piensas que estás jugando sin nadie alrededor tuyo, lo cuál te vuelve incapaz de confiar en alguien. Ese tipo de fútbol es impresionante, creativo y fuertemente egoísta, pero le falta mucho desarrollo.

—¡¿Quién te crees que eres para decir eso?! —Renegó Raichi— ¡No llevas ni un año jugando fútbol!

—No hace falta ser experto en futbol para deducirlo. Tengo la versatilidad de adaptarme a diversas áreas de estudio; análisis, estratégia, psicología, filosofía, pregúntame lo que quieras.

Un nudo se formó en tu garganta, si no podías ayudar a tu equipo te sentías inútil, no le veías razón a intentar jugar. Aquello era cierto, nunca jugaste en un equipo de chicos y tu fuerza física no era suficiente para alcanzar un balón o resistir el empuje de un adversario, por lo que tu forma de anotar era rápida y precisa.

—¿Hasta aquí llegó mi ego? —pensaste bajando la cabeza. —¿Esto es todo lo que puedo hacer?

—No te rindas, Zian. Nada de lo que digan debe afectarte, ya eres extraordinario por haber llegado hasta aquí. —animó Isagi, pero algo en su voz había cambiado. Estaba molesto. —Nosotros nos encargaremos de remontar este partido. —juró plenamente ajustando las cintas de sus tacos mientras Bachira, Chigiri y Kunigami se preparaban para tomarse aquél segundo tiempo como la batalla a muerte que era. 

A pesar de no recibir ningún pase, en el segundo tiempo, tus compañeros se las estaban arreglando para callar al equipo V. Bachira logró anotar el segundo gol con un impredecible regate. Chigiri venció a Zantetsu en velocidad y marcó el tercero. Kunigami se adueñó del cuarto, pues ni dos defensas pudieron detener su fuerza física.

Reo tragó Saliva. Enfocarse demasiado en tí le estaba costando el partido. Nagi no quería perder después de sentir esa frustración, tres goles enemigos los llevaron al empate y el tiempo se estaba acabando. Por otra parte, no podía reprimir más lo que su curiosidad le rogaba hacer.

—El último es tuyo, Zian. —Chigiri mandó un pase a tus pies, eras la esperanza para ganar el partido con un desempate. Si recibías ese pase, era un gol seguro.

—Esto va a ser muy molesto. —Nagi apretó los puños y corrió hacia tí para impedir que el balón te llegara. Tomándote por la cintura y obligándote a besarlo en presencia de todos. —Como lo supuse, sabes mejor de lo que imaginé.

— ¡Tiempo fuera! —escucharon por medio de las bocinas — Tarjeta amarilla para Seishiro Nagi por darle a su rival un... ¿beso? —Anri estaba asombrada y sonrojada, ni siquiera ella podía creer lo que veía —Ego, ¿eso se puede multar?

—Es la primera vez que veo algo así... —respondió con los ojos cerrados y una gota de sudor corriendo por su frente— Las nuevas generaciones me perturban.

—¡NAGI! —gritó Reo, separándolo de ti. —¿Qué crees que haces? ¡Acabas de arruinarlo todo!

—Lo siento Reo, no sabía que me darían una tarjeta amarilla.

—Eso me da igual. —despreció el jóven Mikage muriendo de envidia— Me refiero a que yo iba a ser el primer beso de Zian.

—¿Eh?

Cosa número 1 que odiabas del amor. Es imposible de ocultar lo estúpido que te vuelve.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora