Amor y amistad (parte 5)

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Nagi: 7 pm.
Videojuegos.

—Nagi, contesta. —dijiste con el celular  llamando al suyo y mirando a todas partes estando en el lugar acordado. Yukimiya te obsequió un cambio de ropa como regalo, así que elegiste lo que más te gustó—Seguro que se quedó dormido en algún sitio.

Caminaste por el centro de juegos al que te invitó y lo encontraste, efectivamente, dormido dentro de una piscina de pelotas.

—Mami, hay un muerto ahí. —señaló un niño con miedo.

—Nagi, Nagi... —picaste su mejilla y luego su estómago, pero no despertaba. Así que tomaste lentamente su celular de su bolsillo y entonces su mano atrapó tu muñeca.

—Llegaste tarde. —recriminó abriendo sus ojos a media luna.

—No, llegué a tiempo. Tú llegaste antes.

—Dijiste que a las 7 am.

—A las 7 pm. ¿No me digas que llevas aquí todo el día?

—Pues, no me han echado aún.

—Eso es porque no lo podemos. —se quejó un empleado. —Y su mirada da escalofríos. Por favor, llévese a ese chico fuera de aquí.

—Cargame, Zian. —estiró sus manos fuera de la alberca.

—Tch... Que fastidio. —te quejaste a propósito para que supiera que estabas apenada.

—Esa es mi frase.

—Debemos hablar sobre esto después, Nagi. Dormir en establecimientos públicos está mal. —lo regañaste mientras lo cargabas en tu espalda sin problema.

—Lo siento...

Nagi te tiene abrazada sobre el cesped de un parque cercano, donde ambos han sacado sus celulares para unirse a una partida online contra Hiori y Niko.

—Zian, no sabía que te gustaban los videojuegos. Te habría invitado esta mañana. —dijo Hiori desde la llamada grupal.

—Es que Nagi quería llevarme al arcade pero confundió las horas y ya no pudimos quedarnos.

—Me sorprende del genio. —agregó Nikko.

—Oigan, escucho todo, ¿saben? Ya me disculpé. —se quejó Nagi, haciendo puchero y presionando más tu cintura contra su cuerpo.

La partida empezó y ambos equipos parecían ir a la par. Resultó que también eras una adicta empedernida en tus tiempos libres gracias a tu hermano mayor y podrías pasar horas frente a una consola.

Una ola de calor fué liberada entre tus piernas cuando sentiste los dedos de Nagi adentrándose en tu ropa interior.

—¿Sabías que puedo jugar con una sola mano?

Ahora tenías la presión de ganar una partida sin gemir o venirte antes de tiempo. Por suerte, la noche cayó para cubrir los actos de tu novio. Al final, ganaron la partida contra Nikko y Hiori, pero perdiste ante Nagi.

Bachira: 8 pm.
Parque de diversiones.

—A-be-ji-ta♪ — canturreó Meguru dando vueltas contigo mientras esperaban su turno para entrar a la casa de las risas.

—Estás muy emocionado. ¿Ya viste que casi todos los que entrarán son niños y adolescentes con sus padres?

—Es porque en el fondo, nosotros también somos niños y tenemos que sonreír. Tú tienes una bonita sonrisa. Quiero verla mucho hoy.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora