79.- Grace

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Decenas de personas se acumularon alrededor de la gran tina de agua, donde ambos jugadores se disputaban el desempate después de pescar 4 patos cada uno.

Entre la multitud se escuchaban gritos de apoyo hacia Kaiser y Sae por igual. El último patito parecía inclinarse hacia la red del Itoshi mayor.

Gritos de euforia y aplausos no se hicieron esperar, hasta que Sae recibió el flash de una cámara directamente en los ojos y soltó su red para terminar perdiendo, siendo Kaiser el ganador.

—¡Hey! ¿Quién hizo eso? —Tus ojos buscaron al responsable de disparar aquella luz, cegando por un instante al mediocampista, quien tardó un par de segundos en recuperar la claridad.

Se trataba de un paparazzi. O mejor dicho, una orda de ellos.

—¡Sae Itoshi! ¡Sae Itoshi! ¿Qué estás haciendo en Alemania? ¿Fuiste convocado para algún partido amistoso? ¿Te veremos jugar pronto?

Sae no entendía nada de la prensa Alemana además de que habían dicho su nombre. Por la manera en que se expresaban, escuchaba gritos que fácilmente podría interpretar como insultos.

—¡Oigan! ¡No lo hostiguen! —empujaste a uno de los reporteros que estaba intentando hacerle fotos a su rostro, hasta que alguien entre ellos te reconoció.

—¡Ah, es ella! —señaló— ¡Es Ary Zian!

—¡¿Ary Zian?! ¡¿La chica de Bluelock?! ¡¿Volviste con Sae Itoshi?! —En ese momento, todo empeoró.

—¡Ary! ¡Ary! Responde por favor, ¿seguirás participando en el programa? ¿Jugarás en el mundial?

—¿Anotarás un autogol como en el partido contra la Sub-20 de Japón o lo tienes bajo control?

—¿Estás saliendo también con Michael Kaiser? ¡¿Es una cita de tres?!

—¡¿Te gustan más los Alemanes o los japoneses?!

—¡¿QUE?!— Reyne apartó a las personas con ese grito y sobresalió entre la multitud alzando las manos con una expresión de hartazgo— ¡BASTA! Escuchen bien. ¡Yo soy la ÚNICA novia de Michael! Y les voy a explicar lo que Ary vino a hacer aquí.

El silencio repentino te arrastró la sangre a los talones. Alguien detrás de tí masculló: "Ella es la hija de Reyne Klark, uno de los hombres más influyentes y ricos de Alemania, dueño de grandes fábricas de cerveza en el país".

Reyne sonrió placenteramente al tener todos los focos en la mira. De un momento a otro, los paparazzi se habían olvidado de Sae, quien aprovechó para escabullirse de la muchedumbre.

—¡En tres días se llevará a cabo un partido único en nuestro país, donde Ary Zian y yo, Klarisse Reyne, nos enfrentaremos por el título de la mejor delantera del mundo! Y también... si yo gano, la voy a reemplazar en el programa Bluelock.

Los ojos se te pusieron en blanco. Lo que había dicho no era verdad, pero la prensa en vivo lo estaba viralizando como una tormenta implacable.

—Vengan a vernos en el estadio oficial del club femenino. Los cupos están limitados. Que todo el mundo se entere quién es la verdadera reina. —finalizó haciendo un ademán con las manos, simulando ponerse una corona y obteniendo los gritos, elogios y aplausos de los espectadores.

Las preguntas y fotografías no se hicieron esperar. La rubia estaba obteniendo la mayor atención y su mensaje pronto se haría conocido en cada rincón del planeta.

—Creo que ya dijiste suficiente, Reyne. —dijiste entre balbuceos con la intención de caminar hacia ella, pero Sae te tomó de la mano y te indicó que te acercaras a él.

—No se qué están diciendo, pero no lo empeores. —Advirtió llevándote con él entre la gente.

—Y por si aún no les convence una delantera promedio como Zian, —siguió hablando la rubia al ver que tratabas de alejarte— tenemos como cereza en el pastel la participación de dos jugadores de la élite mundial. —agregó señalando a ambos— ¡Sae Itoshi y Michael Kaiser!

Las cámaras nuevamente buscaron a Sae y lo llenaron de luces. Kaiser también fué enfocado y fotografiado mientras mantenía una mínima expresión facial de neutralidad. Escondiendo su verdadera opinión al respecto, en un silencio de ultratumba.

—¡Klarisse! ¿Desde cuando sales con Kaiser? ¿Piensan formalizar su relación una vez que ganes el partido?

—Si entras a Bluelock, ¿qué pasará con tu carrera en el fútbol femenino?

—Ay, bueno, no puedo revelar todos mis secretos ahora. —Reyne sentía que el mundo le pertenecía. Ese momento de fama era un deleite. Grace la tomó de la mano y la sacó de ahí tan rápido como pudo, siendo perseguidas por la prensa. —¡¡Aay!! ¡¡Grace!!

—Nosotros también nos vamos. —Se apresuró Sae a correr contigo estratégicamente lejos de cualquier persona que los pudiera reconocer.

Reyne soltó la mano de su compañera una vez que lograron ocultarse en una cabina de fotos instantáneas, sacando a una pareja que acababa de entrar.

—Se suponía que era un partido privado, ¿porqué dijiste todo eso? —regañó Grace, ignorando que la máquina comenzó a tomar la primera foto.

—¡Porque ese es mi sueño! Quiero ser reconocida, más que Zian. No me importa lo que deba hacer para que el mundo me vea más allá del apellido de mi padre, yo seré la mejor delantera del mundo.

—¡Pero ya lo eres! ¡No necesitas que una bola de farsantes te lo digan a cada momento! ¡Para mí eres la mejor!

—¡Silencio! ¡Sólo lo dices porque te gusto!

Grace se quedó helada al recibir esas duras palabras. Su corazón empezó a doler y un nudo se formaba en su garganta. Se tomó la segunda foto.

—...¿Siempre lo supiste?

—¡Era obvio! ¡Todos se daban cuenta! Por tu culpa me tuve que buscar un novio para que no supieran que eres... —Cuando Reyne se detuvo de lo que iba a decir, era muy tarde, Grace ya tenía lágrimas por todo el rostro. Se tomó la tercera foto. —Grace...

—Cállate. —la empujó, dando un paso  atrás— Siempre se trata de tí... y yo siempre estoy corriendo detrás tuyo como una estúpida para asegurarme de que seas felíz, no me importaba si sentías lo mismo o no... ¡porque soy la única persona real que tienes a tu alrededor!

—¿D...de que estás hablando?

—Kaiser está jugando contigo.

Con aquella frase, Reyne también tragó saliva y sus ojos parecían cristalizar lágrimas, su compañera podía ser todo, pero jamás le había mentido y no quería creer que esa era la excepción. Se tomó la cuarta foto.

—Estoy sola... ¿No es así? —preguntó bajando la mirada, perdiendo entre lágrimas la arrogancia que la caracterizaba.

Grace tomó su barbilla y la mantuvo elevada para evitar que se diera por vencida, la miró a los ojos y sonrió mientras su llanto viajaba por sus mejillas.

—No, me tienes a mí.

Se tomó la quinta foto, donde ambas chicas unían sus labios en un beso.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora