Aryu fué el último en quedarse en los baños, haciéndose un tardado tratamiento capilar debido a su larga melena oscura.
Envolviste tu cuerpo en una bata de baño y fuiste al vestidor para cambiarte. No tenías más planes esa noche y elegiste la pijama.
—¿Cómo te sientes, Ziany? ¿Disfrutaste el baño? —Bachira ya estaba ahí, secando su cabello mientras el resto de su cuerpo destilaba algunas gotas por su piel. Ni siquiera podías mirarlo a los ojos sin que estos se desviaran por milisegundos a su miembro viril y ya hasta había contagiado a Aryu con esa costumbre.
—Quisiera decirte que sí, pero me pone muy nerviosa estar rodeada de chicos desnudos. —te sinceraste— Además, creo que incomodé a Rin. Él se fué antes que nosotros, como si fuera tan inocente, el muy...
—Me parece que tiene 16 años, es un año menor que nosotros.
—Dios, parece de 24 y se comporta como viejo amargado de 80.
—Es verdad, pero debe tener sus razones, supongo. —Bachira dijo aquello en un momento de seriedad, para luego volver a sonreír y ponerse el uniforme en lugar de la pijama— Iré a practicar un rato, ¿quieres venir?
—Bachi, me encantaría, pero nos acabamos de bañar, vas a volver a ensuciarte y Rin te echará al pasillo.
—¡Entonces podré jugar fútbol toda la noche! —celebró al terminar de cambiarse y se acercó para darte un beso en la frente antes de irse.— Dulces sueños, abejita.
—Mi querido mounstro. No tiene remedio. —Susurraste yendo hacia los dormitorios con una sonrisa en el rostro. —Que amplia habitación. — dijiste al entrar— ¿Será nuestro premio por estar en el top? —No dudaste ni un segundo en arrojarte sobre una de las camas y abrazarte a la almohada— ¡Ahh, estos colchones son tan suaves! Ya quiero dormir.
—Oye, niña. Sécate el cabello. Estás mojando todo. —Por la emoción no te diste cuenta que Rin estaba ahí, silencioso y juzgador en su estado natural.
—Que escándalo, ni que fueras a dormir conmigo. —Le arrojaste la almohada para que se callara, no querías lidiar con él otra vez y te extendiste como una estrella acaparando todo el espacio.
En cambio, Rin atrapó el suave objeto y no dudó en responder.
—Parece que eres tú la que intenta dormir conmigo, esa es mi cama.
—No tiene tu nombre. —Renegaste fastidiada de escucharlo— Para que algo sea tuyo, al menos tienes que marcarlo y yo no veo ningúna marca tuya aquí. —Le diste la espalda quedando boca abajo para ignorarlo, logrando todo lo contrario cuando sentiste el peso de su cuerpo sobre el tuyo. —¡¿Q...qué crees que haces?!
Trataste de levantarte apoyando las manos sobre la cama y empujando tu cabeza hacia atrás, pero Rin volvió a poner la almohada frente a tí para hundir tu rostro en ella y ahogar el grito que te provocó al morderte el cuello.
—Ego, ¿estás seguro que fué buena idea permitirle a Zian compartir su privacidad con los demás chicos? —Para Anri, aquella situación seguía siendo motivo de análisis y no quería irse a dormir con tantas dudas.
—Debe acostumbrarse a ese tipo de situaciones si quiere sobrevivir en Bluelock. —Contestó sin prestar mucha atención, ya que estaba presenciando otros partidos— Quejarse por nimiedades como esa demostrarían que su capacidad de adaptación es nula. Ella es consciente de eso. Acatará cada regla y procedimiento con tal de sobresalir tal como lo ha hecho hasta ahora. Lo mismo aplica al momento de confrontar a sus rivales.
—A decir verdad, estuve pensando en su último gol. Ella no quería anotar pero tampoco pudo evitarlo. ¿Eso significa que ha estado jugando sin dirección?
—No. Eso significa que algo la está perturbando en este momento. Anri, ¿recuerdas a tu ex novio? Ese por el que lloraste durante un mes porque te engañó. Te deprimiste tanto que dejaste de trabajar.
—Sí, ya no me lo recuerdes. ¿Qué hay con eso?
—Las situaciones donde se afectan negativamente los sentimientos son más susceptibles para las mujeres. El amor es algo maravilloso si tienes una relación sana, pero sino, te conviertes en un peligro para tí mismo y para tu pareja. Zian no está fallando porque sea mala delantera, pero convivir con Rin Itoshi la hace sentir que está en una película de terror, siendo ella la víctima.
—En ese caso, ¿deberíamos separarlos?
—No. Eso empeora la situación. Sólo le daremos la razón a lo que él le está haciendo creer que es. Quiero ver lo que hará Zian para salvarse así misma antes de que el miedo la mate.
La marca de sus dientes en tu cuello había dolido lo suficiente para hacer que un par de lágrimas salieran de tus ojos. Al separarse de ti, no lo pensaste ni un segundo y lanzaste un golpe al aire que pretendía llegar a su rostro, de no ser porque el chico lo evadió tan rápido como pudo, tomando tu brazo para dejarlo tras tu espalda, sometiendo tu cuerpo debajo de él.
—¡Escogiste a Bachira porque sabías que Isagi y Nagi no se quedarían callados con tu actitud! —exclamaste entre lágrimas de coraje al ser inmovilizada.
—Estás equivocada. —corrigió acercándose a tu oído— Escogí al cabeza de tazón porque sus intenciones contigo son puras, las mías no. —confesó tomándote por sorpresa y haciendo que tu cuerpo se estremeciera— Yo detesto compartir.
—Si me obligas a hacerlo contigo, te denunciaré. ¡Adiós a tu carrera futbolística!
—Sí, adiós a la tuya también. Te descubrirán, meterás en problemas legales a los organizadores de este proyecto. Yo probablemente pasaré un año bajo supervisión paternal cómodamente en casa por ser menor de edad y en todo caso, eres un año mayor que yo, no te beneficia mucho que digamos. Te lo dije, ¿no es así? Estás en un campo de batalla siendo mujer. Sólo le sirves al enemigo como juguete de entretenimiento.
—¡Te mostraré que no es así! Juguemos un partido. Tu y yo, ¡ahora mismo!
—¿Y qué crees que ganas con eso?
—Retirarás tus palabras, dejarás de molestar y me pedirás perdón.
—¿Y si pierdes?
—Pues...
—Déjame ayudarte. —apretó tu trasero y te obligó a mirarlo a los ojos jalando tu cabello— Si yo gano, te haré mía y no podrás negarte.
En ese momento, las palabras de advertencia de Ego cobraron sentido.
"Si alguien más te descubre, no me haré responsable de lo que pueda pasarte".
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ZIAN [+18]
Fanfiction• Bluelock x tú Eres una gran delantera que ama el fútbol, pero nunca has jugado en un equipo de hombres. Infiltrarse en Blue Lock sin saber de qué se trataba fué tu mayor error. Mientras intentas sobrevivir, aprenderás por las malas el largo camin...