71.- Michael Kaiser

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—¿Quién se cree con decir eso?

—La vamos a poner en su lugar.

—Empecemos de una vez.

Fueron tan sólo algunos de los comentarios que hacían previo al silbatazo que dió Anri en ausencia de la entrenadora que se había quedado dormida.

La patada inicial fué de Alemania, con la intención de eliminar cualquier ventaja a tu favor. Observaste tranquilamente el pase hacia una lateral que corrió por la banda lo más alejada posible de tí. Para sorpresa de todas, no la perseguiste, sino que te colocaste en una posición cercana a tu portería, presionando lo justo para confirmar tu prediccion.

—No está haciendo de portera, ¿qué pretende parándose en el área de penaltis? —se preguntó la lateral, pensando que te habías rendido de alcanzarla, así que pateó el balón a la red, golpeando el borde de forma ridícula y cayendo justo en tu poder.—¡¡NOO!! ¡¿Pero cómo?!

—Tu patético tiro tenía una trayectoria predecible. Por eso estás mejor como lateral y no en la delantera. —dijiste levantando el balón para llevarlo sin temor por el centro del campo, esquivando a las defensas, burlando a la centro y anotando en un rango lejano a la portería con precisión justa y veloz.

Ninguna, ni siquiera la portera fué capaz de ver el tiro hasta que golpeó la red.

Las bromas y las burlas desaparecieron tan rápido como tu reacción inmediata se hizo presente.

—¡No le dejen el balón! —ordenó Reyne, despreciando tu primer gol. —Solo tuvo suerte.

—Cuidado con lo que dices. —retaste pasando al lado de ella— La suerte también es un arma.

En la siguiente jugada, interceptaste el pase de Grace en el aire y regateaste a las defensas haciendo que chocaran entre ellas. Nuevamente marcaste un gol desde media distancia. Esta vez, la portera hizo lo posible por alcanzarlo y se terminó rompiendo una uña dentro de los guantes.

—¡Falta! ¡Falta! ¡Ella hizo que mis defensas se lastimaran!

—Lo lamento, Reyne. —dijo Anri, bastante satisfecha con lo que estaba viendo— Zian no cometió ninguna falta, ellas se tropezaron. Además, en este partido no hay restricciones, ¿o sí?

—Volví a abrir la herida de mi nariz. —se quejó la defensa que había sido golpeada por su capitana el día anterior.

—¡Lo siento mucho! —Se disculpó la defensa 2.

—¡Alguien va a tener que pagarme la manicura! —gritó la portera.

—¿Acaso... la subestimamos? —pensó Reyne, negando en su mente para no pensar en eso y cambiar de estrategia. —¡Chicas! Basta de juegos. Esta perra quiere otra lección.

Sabías lo que esas palabras significaban. Ellas habían aprendido tus armas y movimientos, pero tú no te habías quedado atrás. Con la orden de ataque de Reyne, era más que obvio para tí comprender sus movimientos, predecir sus trayectorias.

Se acercaban a tí sin frenar sus intenciones. La mano abierta de una de ellas se apresuró para agarrarte el brazo y te giraste para hacerla torcerse la muñeca sin usar violencia. Una fuerte corredora barrió por el suelo buscando quitarte el balón y lo elevaste en el aire, pero esta te tomó del tobillo y diste una maroma para soltarte. En eso una más se lanza sobre ti y la esquivas dejando que caiga sobre la anterior.

Anotaste sin problemas el tercer gol. La portera se vió obligada a tomar el riesgo de frenarlo, quebrándose otra de sus preciadas uñas.

—¡¡Ayyyyy!! ¡Tiempo fuera! —Lloró la que había recibido a su compañera encima, fracturándole una costilla. —¡No puedo seguir, me dueleee!

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora