—¿Cómo que vas a divorciarte de papá?
La noticia fué repentina hasta para él, que era el hermano mayor.
El acuerdo de separación fué hecho por los ex esposos a espaldas de sus hijos y una vez firmados los documentos, sólo quedaba dar aviso de la decisión.
—Tuvimos una discusión el día que te lesionaste. —confesó la madre, limpiándose las lágrimas, tratando de ser fuerte. Lo que menos deseaba era darle malas noticias a su hijo que estaba aún en recuperación. —Me culpó por no haber estado más atenta y también se enteró que Ary te suplió en ese programa de entrenamiento. La verdad es que... nuestro matrimonio ya estaba decayendo desde hace años.
—¿Y tú firmaste? ¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Porqué no nos dijeron nada?
—Bueno, tú eres el mayor y ya eres un jóven adulto, puedes quedarte conmigo en Japón si quieres.
—¿Cómo que yo puedo quedarme en Japón? ¿Y Ary?
La señora Zian bajó la cabeza. Las leyes no fueron tan flexibles en su condición de madre soltera y sin trabajo.
—Perdí la custodia. —sollozó— Ary se mudará con tu padre. Va a regresar a su tierra.
—¿Mudarse? Ella está en Bluelock, mamá. Si la saca de ahí, perderá todo el progreso que ha alcanzado hasta ahora, ¡no puede hacerlo!
—Lo siento... no pude hacer nada. Mientras ella sea menor de edad vivirá con su padre.
—Necesito hablar con él. Debe permitirle terminar el entrenamiento, además, ella cumplirá 18 en unos meses más, no tiene que llevársela. Sólo es cuestión de tiempo. ¿Mamá?
—Arey, eso no importa, porque tu hermana es una chica y ese es un programa para delanteros varones. No quiero que mi hija sea expuesta a los riesgos de jugar con hombres que podrían lastimarla.
—Espera, mamá, no lo entiendes, Ary es muy buena jugando.
—¡No es suficiente con ser buena! —levantó la voz, haciendo que su hijo callara— Si a tí no te interesa, a mí sí. Prefiero que se vaya con tu padre porque yo no puedo cuidarla. Mucho menos estando tan lejos de casa y en un lugar donde corre tantos riesgos. —arrepentida de haber gritado, abrazó al chico mientras lloraba. —Lamento todo esto... debí tener dos hijos varones, es mi culpa.
—Mamá, basta. —Dijo Arey, esta vez entonando con seriedad. —Mi hermana va a ser la mejor delantero del mundo. Me importa su bienestar tanto como sus sueños porque confío en ella. Ary levantará la copa mundial sobre los hombros del equipo japonés. —aseguró tomando la mano de su madre, transmitiendole la felicidad que sentía por tí— Y ese día estarás orgullosa de haber concebido a una mujer.
Dos equipos de cuatros personas llegaron a la fase donde estabas tú. Alardeando sobre lo rápidos y buenos que fueron para alcanzar dicho nivel de la prueba.
Tomabas el almuerzo junto a Aryu, quien fué el único al que viste de tu equipo después de hacer ejercicio.
—Y entonces, no tuvieron su momento de intimidad porque tenías miedo de quedar embarazada. —concluyó abiertamente, luego de que le contaras lo que pasó con Bachira.
—Casi olvido que eres muy directo. —te saltaba una vena en la frente porque el chico glam no media sus palabras en sitios públicos. —Pero ya qué. El entrenador sabe todo lo que hacemos y hablamos la mayoría del tiempo.
Ego asintió desde su cubículo, sin culpa alguna.
—A decir verdad, dudo que solamente sea por esa razón. Más bien, te niegas a romper con el fino hilo que te separa de aquello que pueda pasar si te entregas al placer sexual. Y no te culpo, la primera vez debería ser especial, aunque tienes bastante de dónde escoger. —con decir aquello último, hizo que te atragantaras con tu comida.
—¡ARYU!
—¡AREY! —Gritó glamouroso llevándose el cabello hacia atrás. —Aún me encanta cómo suena. Minimizas mi único complejo y haces que me guste mi nombre.
—Me cuesta enojarme con este hombre, si sus movimientos exagerados no fueran tan graciosos...
—Oye, el bajito cara de niña. —llamó un tipo de los equipos recien llegados con aires de grandeza. —Se ve que llegaste hasta aquí por pura suerte, no te sientas mal pero, ¿qué tal si nos enfrentamos? Así te podemos mandar a tu casa más pronto. Bluelock necesita deshacerse de la carga.
—Sólo ignóralos, Zian. No valen la pena —dijo Aryu en frente de aquél equipo prepotente.
—¿Que no valemos la pena? Mira quién lo dice, un larguirucho que también se ve afeminado. ¿Acaso todo su equipo es igual de patético? —se burló otro de ellos.
—¿Porqué nos voltean la cara? ¿Tanto miedo les causamos? —Se sentó el tercer chico sobre la mesa a tu lado y eso te ponía nerviosa, pues Barou te descubrió de esa manera— A mí me parece que sí son un par de chicas. Si no me creen, veamos lo que hay debajo de sus pantalones.
—O de sus pelucas. —se mofó el resto refiriéndose al cabello largo de Aryu.
—Malditos bravucones, pongan una mano sobre mí y se arrepentirán. —Lanzaste una mirada furiosa y determinada. Estabas harta de los tipos así.
—¿Quién te crees que eres para amenazarnos? —Con intención de tomarte por el cuello, la mano del chico se aproximó a tí, pero ya estabas preparada para cualquier acción amenazante y le tomaste el brazo antes de que pudiera tocarte, torciendo lo suficiente para causarle dolor. —¡Cabrón! ¡Suéltame, mierda! —enfureció jaloneandose hasta que lo dejaste ir y cayó de espaldas al suelo. —¡Te mataré, bastardo! ¡Denle una paliza!
Para cuando esté dió la orden. Aryu se había levantado y de una patada de largo alcance con su pierna dominante mandó al suelo al resto como pinos de boliche.
—Chuza. —festejó dando una vuelta glam.
—Maravillosa jugada. —elogiaste haciéndole una reverencia. Momento que aprovecharía el mismo tipo para acertarte un golpe por la espalda, el cuál tampoco pudo ejecutar, porque alguien lo tomó por el hombro, rompiendo su equilibrio y seguido de esto hundiéndole la cara en los restos de comida de tu plato.
—Provecho, imbécil.
Aryu y tú se sorprendieron al ver que se trataba, nada más y nada menos que de Itoshi Rin.
—¡Los acusaremos con la dirección por el uso de violencia! ¡Sólo queríamos jugar con ellos! —justificó el que comenzó el acoso.
—Oigan, tenemos que irnos ya, ellos son el top 3, ¡miren! —señaló el segundo cobarde los números de tu equipo y el tuyo.
Ni bien se percataron de aquello, el equipo entero salió despavorido de ahí, algunos gritando disculpas y otros llorando. Tus ojos brillaban de emoción con aquel final felíz. Por primera vez te habías defendido de quienes intentaban rebajarte, con ayuda de tu equipo.
—Todavía no terminaba mi espagueti...
Oh, sí, y también te quedaste en ayunas.
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ZIAN [+18]
Fanfiction• Bluelock x tú Eres una gran delantera que ama el fútbol, pero nunca has jugado en un equipo de hombres. Infiltrarse en Blue Lock sin saber de qué se trataba fué tu mayor error. Mientras intentas sobrevivir, aprenderás por las malas el largo camin...