11.- Arey Zian

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Para pasar el mal trago de la mañana, ibas haciendo memoria sobre tus anécdotas favoritas. Sobre todo aquella donde descubriste tu arma al usarla por primera vez.

Era primer año de preparatoria y como en todos lados, apenas te hacías notar.

—Saliendo de clases quiero ir a comprar esa falda que te conté. La que salió en el vídeo musical de mi idol favorita, ya sabes de quién hablo, ¿verdad? —comentaba con entusiasmo tu compañera Yuri, la capitana del equipo al que pertenencias. El único equipo en el que una chica enérgica como tú podía entrar. Así es, el equipo de porristas. —¿Hola? Ary, ¿me estás escuchando? —agitaba su mano frente a tí.

Apenas prestabas atención mientras iban por el pasillo del segundo piso de la escuela. Tus ojos se habían enfocado en el balón que se trasladaba de un chico a otro en el campo de fútbol, deseando poder estar ahí, robar la pelota y anotar ese gol que sólo existía en tu imaginación.

—¿Ah? Yuri, ¿qué dijiste?

—Otra vez mirando a los chicos, ¿eh?~ —Te dió un ligero codazo en las costillas mordiéndose el labio inferior. —Ya dime, ¿quién de ellos te gusta?

—Nadie, veía el partido nada más.

—Sí, claro, el partido. Bien, como te iba diciendo... Después de comprarme esa falda le llamaremos a las chicas para ir a...

Dejaste de escucharla a los pocos segundos. Tu mente divagaba entre la imaginación y la realidad, observando el partido mientras te preguntabas cómo sería ser uno de los chicos. Si fueras uno, podrías jugar con ellos, podrías anotar goles y ser la mejor delantera. Ganar y resaltar, llevarte los elogios, la gloria, todo. Aunque te llamaran egoísta.

—¡Cuidado! —gritó alguien en las gradas cuando el balón salió en dirección a ustedes dos.

Para cuando Yuki se dió cuenta, el tiro casi golpeaba su rostro, pero tu cuerpo se movió al instante y de un giro tomaste impulso para mandar el balón de regreso desde el balcón.

Esa fué la primera vez que usaste una técnica, la llamaste "reacción inmediata". 

—¡Ary! ¿estás bien? —se preocupó Yuki al verte en el suelo después de haber dado aquella voltereta.

Las personas en la cancha y los jugadores no podían creer lo que habían visto. Entre ellos, el delantero Arey, tu hermano.

—¿Vieron eso? Una chica lanzó el balón de regreso con una patada increíble.

—Arey, ¿no era tu hermana?

Al no verte, supuso que te habías escondido, sabía que no querías llamar la atención después de las duras críticas en la secundaria. Enterraste tu sueño y elegiste ser porrista para guardar las apariencias.

—No creo, mi hermana no juega fútbol.

Esa tarde, ambos volvieron juntos a casa y rompiste el silencio al verlo tan callado. Creíste que estaba molesto.

—Hermano, perdón...

—¿Porque te disculpas? —Arey negó con la cabeza y te abrazó a su costado— Salvaste a tu amiga, deberías estar orgullosa. ¿Hasta cuándo vas a fingir que no sabes fútbol? Los chicos de preparatoria son diferentes, ellos no te juzgarán, quedaron impresionados con lo que hiciste. Por favor, vuelve a jugar fútbol.

—Nunca dejé de jugarlo.

—Me refiero a que te unas al equipo.

—¿De qué me sirve? Verán que sé jugar y me mandarán al equipo femenil local. Eso no me interesa. Yo también quiero ser una delantera reconocida. Quería llegar al mundial a tu lado... ¿Porqué nací como chica?

—Si alguien ya lo logró, puedes hacerlo mejor. Si nadie lo ha logrado, puedes ser la primera en hacerlo. Ary, no te rindas. Vas a ser la mejor delantera del mundo, ya lo verás.

—Que fácil para tí decirlo. Tú naciste con el género.

—Pero tú naciste con el talento. Sé que ambos tenemos un destino que compartir, mi querida hermana genio.

Cada vez que pensabas en esa escena, tu corazón se llenaba de entusiasmo. Esa era tu razón para seguir adelante.

—Mi arma es la reacción inmediata. Los hermanos Zian seremos los mejores del mundo. —Llegaste al hospital con un pequeño pastel que compraste de manera improvisada. Respiraste hondo antes de abrir la puerta y dar la gran sorpresa. —¡¡Hermano!!

—¡Ary! ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Blue lock? Escuché una conferencia de prensa y me enteré de todo lo que planean hacer ahí. ¡Te convertirán en la mejor delantera del mundo! Un momento... No me digas... ¿te expulsaron?

—Tranquilo, de hecho, me otorgaron un permiso para estar un día fuera, ¡por ser la mayor goleadora de mi equipo!

—¡¡¡Esa es mi hermana!!! ¡Ary Zian!

—¡Hey! ¡No digas mi nombre en voz alta!

—No seas dramática, estámos en privado. Y bien, ¡ya cuéntame! ¿Cómo ha sido tu experiencia?

Dos horas después.

—Y entonces, Bachira Meguru le pasó el balón a Isagi Yoichi, ¡y logró anotar con un tiro directo increíble! Ganamos 6-2.

—Oye, oye, ¡eso es fabuloso! Pero estás hablando mucho sobre esos tales Bachira e Isagi. Me voy a sentir reemplazado.

—Hermano, muchas gracias por darme esta oportunidad. Incluso si me terminan eliminando, no podré estar más satisfecha de haber llegado tan lejos.

—No, Ary. Tú vas a ganar. Serás la mejor delantera del mundo.

—¿Y cómo está tu pierna?

—Va mejorando. La operación fué complicada, ya sabes, pero con terapia intensiva podré caminar por mi cuenta en unos meses.

—No te preocupes, cuando te recuperes, lo celebraremos con un partido, tú y yo, como los viejos tiempos.

—Ah... Ary... Eso no va a pasar. Yo... no quiero volver a jugar fútbol en mi vida.

Sus palabras entraron como navajas por todo tu cuerpo. No podías moverte, buscabas una mueca, un gesto, un guiño, lo que sea que significara que lo que dijo era mentira.

—¿Qué? Arey, ¡no digas eso! ¡Era nuestro sueño! Seremos los mejores del mundo juntos, ¡¿ya lo olvidaste?! No me dejes sola...

—Sé que lo lograrás. Ya llegaste tan lejos y todo gracias a tu esfuerzo. Estoy orgulloso de ti.

—No, Arey, no me abandones, ¿qué voy a hacer sin tí? Jugamos fútbol desde los 5 años, ¡no puedes dejarlo tan fácilmente!

—Ary, no te acuerdas, ¿verdad? cómo comenzamos en el fútbol.

—Nosotros... eramos niños.

—Tú me inspiraste a entrar para callarles la boca a quienes te subestimaban. Jugaba fútbol para protegerte, pero en realidad... nunca me ha gustado.

—No bromees con eso. ¡Deja de jugar, Arey! Crecimos juntos, jugamos juntos, ¡desde niños! ¡No me vengas con eso ahora! —tus manos temblaban aferrandose a la camilla mientras lágrimas caían por tus mejillas.

—Sólo jugaba fútbol por ti, porque sabía lo mucho que te entusiasmaba. Me metí al equipo para estar a tu nivel y jugar contigo en casa porque me costaba seguirte el ritmo. Con todo lo que me cuentas de Blue Lock, sé que has encontrado a jugadores con los cuales finalmente puedes ser tú misma y explotar tu potencial. Ya no me necesitas, Ary. Sigue tu sueño. Yo siempre voy a apoyarte.

—Arey... por favor, dime que es mentira, dime que estás jugando, no me hagas esto, no me da gracia... ¿Qué voy a hacer yo sola?

—¿Acaso nunca lo notaste, Ary? Jamás necesitaste de nadie para ser la mejor. Yo siempre voy a estar contigo, siempre seremos hermanos, aunque no pueda jugar más a tu lado. Estamos conectados. Ahora ambos somos Arey Zian.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora