21.- Jinpachi Ego

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Se llegó el día. Después de entrenar arduamente durante días. El equipo Z, el equipo V, así como el resto de participantes que pasaron la primera fase, se reunirían para comenzar el segundo panorama.

Oponentes más fuertes y nuevos partidos eran creados por tu imaginación mientras te vestías.

—Atención, Arey Zian del equipo Z, favor de presentarse en la dirección principal inmediatamente. —Los megáfonos del area de vestidores repitieron el mensaje dos veces. No pudiste evitar sentir un escalofrío.

—¿Porqué yo? —En el fondo, lo sospechabas y por eso tragaste saliva antes de atender el llamado.

—Oye, Zian. —te habló Kunigami con una expresión preocupada. — ¿Está todo bien?

En realidad, tenías miedo. Guardaste silencio y bajaste la mirada, pero finalmente respondiste.

—Creo... que ya me descubrieron... —Tu intuición te lo decía, habías descuidado mucho tus encuentros frente a las cámaras últimamente. Sobre todo cuando compartías momentos de afecto y caricias cuando entrenabas con quienes ahora eran tus novios. —Lo siento, Kunigami, si me llamaron justo en el momento que vamos a pasar a la segunda fase, significa que no voy a poder acompañarlos, este es el fin de mi camino.

—No digas eso, llegaste muy lejos, no puede acabar así para tí, mírame. —levantó tu mentón y deslizó tu cabello suelto por detrás de tu oreja para besarte, era la primera vez que se atrevía a hacerlo, porque en el fondo también temía no volver a verte. —Tendrás que devolvérmelo cuando nos volvamos a encontrar, ¿oíste? Lucha hasta el final, Zian.

Tus ojos se cristalizaron conmovidos por el acto del héroe, nunca se había atrevido a tocarte u ofrecerte afecto de esa manera por respeto a tu espacio personal, pero las circunstancias lo obligaban a tomar el valor de estrechar la relación antes de que fuera demasiado tarde.

Te abrazaste a su cintura y dejaste que siguiera acariciando tu cabello. Prometiste cumplir con su petición antes de irte. Tu héroe te había brindado el valor para enfrentar las consecuencias de tus actos.

Fuiste dirigida a la oficina principal donde Jinpachi Ego, mal sentado en una silla donde estuvo dando vueltas unos minutos antes, te miraba fríamente, no sólo a tí. A tu lado, estaba su ayudante con la cabeza baja, como dos estudiantes en el aula de castigo frente al director.

—Ustedes dos, saben lo que hicieron, ¿no es así? — comenzó a interrogar bajo un tono demandante.

—Ego, permíteme explicarte. —inquirió Anri, en un intento por defender la situación.

—Silencio, Anri. Yo soy el que va a explicar lo que está pasando. Sólo escuchen.

Nuevamente, tragaste saliva, tu juicio estaba a punto de comenzar.

—Arey Zian. O mejor dicho... ARY ZIAN. —dijo con enfasis, observando tu rostro nervioso por encima de sus lentes. —17 años, estudiante de la preparatoria Kikuri, nunca estuvo en un equipo de fútbol, no hay registro de que haya pertenecido a clubes de deporte y antes de venir aquí era miembro de un pequeño grupo de porrismo. Con esos antecedentes, ¿qué piensas que debo creer sobre tí?

Tenías un nudo en la garganta, aunque pudieras justificarte, estabas a punto de llorar.

—No es su culpa. —defendió Anri de nuevo. —Yo debí decírtelo antes, es mi error y asumiré las consecuencias, Ego. Expúlsame a mí.

—¿Uh? ¿Y qué gano con eso? —cuestionó inclinando la cabeza a un costado— Eres la única que puede entender las necesidades básicas de una chica a la perfección, después de todo, tú le proporcionaste ese artículo de higiene femenina.

—Entonces, ¿fuiste tú quién le dió la copa a Kunigami? —inclinaste tu cuerpo en dirección a Anri— Te lo agradezco mucho.

—Oigan, les estoy hablando. —Ambas volvieron a guardar silencio y esperar su veredicto. —En primer lugar, me importa una mierda quién entre al programa, sea mujer, hombre, alien, da igual. El único requisito que yo necesito es que sea japonés, ya que mi plan es crear al mejor delantero del mundo para que este país se levante de una vez por todas.

>>En segundo lugar, ahora que no hay secretos entre nosotros, tenía que hablar contigo personalmente y en presencia de Anri, para que estés enterada de lo que va a pasar a partir de ahora.

Asentiste lentamente, llevando las manos detrás de la espalda, apretando tu muñeca.

—Aún no es momento de que el mundo sepa que estás aquí, por lo que deberás seguir fingiendo que eres un chico hasta que yo te autorice. Dentro de lo posible, claro, ya que hay algunos compañeros tuyos que ya lo saben. O bien, tus novios.

—Ehh... —Ahora sí tenías la cara como un tomate.

—Tambien eso me importa una mierda, siempre y cuando no afecte tu desempeño durante el juego. Tu talento y tu arma son esenciales, así que deberás seguirlos desarollando. Con esto no quiero decir que te daré ventaja por ser mujer, esa es la tercera cosa que quería decirte. A partir de este momento, te las arreglarás tú sola en cuestiones personales. No puedo invertir en un segundo baño, vestidores, alimentos o áreas especiales sólo porque hay una mujer aquí. Los inversionistas cuestionarían dichos gastos y me metería en problemas legales. Por lo tanto, seguirás usando las instalaciones generales para guardar las apariencias, aunque eso signifique compartir tu privacidad con otros chicos, ¿quedó claro?

Esta vez, tus lágrimas eran de felicidad, ya que no te habían expulsado, aún eras parte del proyecto.

—Y una cosa más. —agregó Ego. —No me haré responsable de lo que pueda pasarte si alguien más te descubre. Ese será tu problema. Si no puedes con eso, la única alternativa que tengo para tí es por la puerta de atrás. ¿Comprendes lo que digo?

Limpiaste tus lágrimas y asentiste sonriendo. Por el mundo en tu garganta eras incapaz de hablar pero experimentabas un gran alivio.

—Ah, casi lo olvidaba. —añadió Ego como último dato. —No podrás regresar con tus compañeros de equipo.

—¿Qué?

Ego te explicó que la primera clasificación fué una farsa, que los 5 estratos del edificio eran los más bajos oara hacerlos creer que estaban entre los peores. En la segunda fase, tendrías que empezar sola y formar a tu nuevo equipo, al igual que el resto de sobrevivientes.

—Anri, guía a Zian a su nuevo destino. —señaló a la puerta. —Te deseo suerte, esta vez no será tan fácil.

Anri respiró aliviada. Te pidió disculpas por el horrible momento de tensión que pasaste y te ofreció un vaso de agua.

—Zian, permíteme decirte que eres una goleadora excepcional, aunque Ego no lo diga, el hecho de que sigas aquí significa mucho para él. Incluso puede que te tenga algo de cariño, pero no es muy expresivo que digamos. Adelante, esfuérzate y demuéstrale al mundo lo que vales. Te puedo asegurar que tu futuro no quedará enterrado aunque fueses eliminada, pero no te conformes. Estaré ayudándote en lo que pueda, ya sabes, referente a tus necesidades femeninas. Como ya dijo Ego, no podemos ofrecerte ningúna ventaja o trato preferencial, pero sí igualdad de condiciones para que puedas competir. ¡Mucho éxito, Zian!

Atravesaste la puerta que se te indicó y seguiste por un pasillo que te llevo hasta la entrada directa a la segunda fase. Respiraste hondo antes de abrirla.

—Chicos, ya voy con ustedes. Nos volveremos a encontrar.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora